LIMA - PERÚ LUNES 16 DE MARZO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 1:1-3
"Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo".
*** La salutación paulina, como es norma en las cartas por él escritas, señala su autoridad apostólica, quién lo eligió como tal, y por la voluntad de quién. Su coadjutor, el hermano Sóstenes, es incluido como parte de su equipo ministerial, y no como coautor de la epístola.
*** Los destinatarios, son los hermanos corintios, los mismos que son definidos por el apóstol como santificados en Cristo Jesús (apuntando a su elección y procesamiento espiritual para el alcance de la herencia al alcanzar la madurez). Cabe acotar que la expresión "a ser" de él como apóstol, y de ellos, como vasos santificados; no consta en el original, pues ello futuriza un hecho que ya es real en la experiencia de los mencionados, tanto en el plano de la promesa como en el ámbito de la realidad procesal que late junto con sus corazones en un rítmico palpitar.
*** Pablo, envuelve a todos los que, al igual que los hermanos corintios, comulgan con la misma fe, invocan el mismo nombre del Señor, y se confiesan como dentro de su esfera de gobierno o Señorío. Jesús, le dijo a la samaritana acerca de este tipo de adoración, sin montes recordatorios ni monumentos, haciéndole ver que la ubicación era: "en espíritu y en verdad" que era la auténtica adoración, y la búsqueda del Padre en nuestro panorama relacional Dios-humanidad (Jn.4:21-24).
*** Es imperativo que observemos cómo la santidad se establece por el Señorío. Que Jesús sea tu Salvador, es porque borra tu pasado y te da una promesa para el futuro; que sea tu Señor, lo fija y lo asegura, forjando una constante, en tiempo real, que perenniza tu esperanza por la fe que se te impartiera con valores prácticos y visibles (2Co.3:18;4:16-18).
*** En el día de la boda, los contrayentes se hacen mutuas promesas y se ponen anillos de compromiso, mirando su futuro con esperanza. Pero la vida matrimonial es otra cosa. La luna de miel pasa pronto, y la vida juntos debe alcanzar ribetes gloriosos, yendo de menos a más; si no, la frustración traerá abajo dicha relación. Esa es la parte dura y difícil que le toca manejar al Espíritu Santo, haciendo de los dos uno. La regeneración, la renovación, la transformación y la conformación que nos lleva a la glorificación, es su magna tarea y, o la estamos viabilizando, o la estamos estorbando.
*** La Gracia, como dádiva divina que se extiende delante de nosotros en su maravillosa magnitud dispensacional (de principo a fin) es puesta a nuestra consideración; así como la paz (que simboliza la armonía reinante entre la oferta divina y nuestra aprobación del hecho para su cristalización). Tanto el Padre, como el Hijo, se hacen presentes para lograr la maravillosa perspectiva de la comunión célico-pedestre (Jn.14:20-23).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/03/2015
DESDE LA SALUTACIÓN, PUEDE VERSE LA INTENCIÓN DEL APÓSTOL PABLO PARA TRATAR EL PUNTO DE LA ACTIVIDAD SANTIFICANTE QUE CORRE PARALELA ENTRE EL OBRAR DEL ESPÍRITU Y NUESTRA PARTICIPACIÓN COMO GENTE QUE HA ACEPTADO SU REDENCIÓN Y SE SIENTE COMPROMETIDA CON ÉL PARA ALCANZAR NIVELES ADECUADOS QUE LES PERMITAN HEREDAR LAS PROMESAS REGIAS DENTRO DE LOS PARÁMETROS EXIGIDOS POR LA DEIDAD. LA SANTIDAD NO ES VISTA COMO UNA OPCIÓN O PROBABILIDAD, SINO COMO UNA PRIORIDAD Y UNA NECESIDAD SIN LA QUE NADIE VERÁ A DIOS (MT.5:8;HE.12:14;AP.22:4).
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