LIMA - PERÚ JUEVES 19 DE MARZO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS CORINTIOS
Primera de Corintios 1:10
"Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer".
*** Al concluir la acción de gracias, afloran otro género de noticias. La perfección declarada en los versos anteriores se estrella contra esta decepcionante participación de nivel corporativo, que lleva a Pablo desde la felicitación más gozosa, a la reprimenda más enojosa, pues la gloria de lo participado se ve opacada trágicamente por un asunto más propio de iniciados sin mayor formación y de actitudes apriorísticas. Veamos:
(I) La rogativa apostólica. Conjurándolos en el nombre del Señor Jesús, de sagrado valor para todos en la Iglesia, es a que se hable una misma cosa: ¿Mero lenguaje informal y trivial sin mayor importancia? ¡No! Pablo capta aquí un espíritu de división que puede destruir el ánimo general y tornarlos facciosos, desmoronando la unidad eclesial y doctrinal, sacándolos de su perfecta armonía en el espiritual fluir.
*** La naturaleza griega, solía dividir lo espiritual de lo moral y de la responsabilidad legal. La religión (como panorama espiritual oportuno), era una cosa; el plano moral, otro; y la responsabilidad legal, otra. Tal línea de pensamiento componía una mixtura indeseable para los que poseían una monolítica perspectiva como santos de Dios, pues todo ello es una unidad indivisible para el pensamiento judeo-cristiano (1Ts.5:23).
*** En un greco-romano liberal cabía una perfecta participación espiritual religiosa, y una moral relajada y hasta una conducta deshonesta, separando estas cosas en una personalidad triple que, con todo, lucía acepta socialmente. Así, la unción, trabajaba con tu espíritu; tu alegría y tu tristeza, tu ánimo y tu desazón, con tu alma (¡y había que buscar compensaciones, lógicamente!), y lo que hicieras con tu cuerpo (glotonería, embriagueces y conductas libertinas) eran cosas del cuerpo que, a fin de cuentas, carecían de valor (según la filosofía local típica de estoicos y epicúreos). Y aunque usted no lo crea, también ocurre eso hoy en día en las "congregaciones liberales" con permisivas venias ministeriales.
*** ¿Dónde radicaban las divisiones? En la instrumentalidad (en aquellos que lucían, según el parecer de los corintios, más sabios o entendidos; más elocuentes; más antiguos en el plano de la elección; o más celestial en su posición). ¡Los hinchas estaban destrozando la selección! Poniendo y sacando entrenadores y jugadores de modo alternativo, y esperando que el resto de ruidosos incompetentes, pasivos indiferentes, obsesivos recurrentes o prosaicos simplones; se dieran cuenta que ¡ellos tenían la razón! ¡Amén!
*** El acuerdo común: Una misma mente (forma de pensar) y un mismo parecer (modo de obrar sobre una línea de acción) eran algo que estaba muy distante, dada la naturaleza recalcitrante de los corintios (todos eran de Jalisco: No perdían nunca). ¿Cómo enfrentará Pablo esta crisis? Lo veremos mañana.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/03/2015
LA OBRA ESPIRITUAL HA DE SER CONSIDERADA COMO UNA REALIDAD TRIPARTITA, AFECTANDO NUESTRO ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO. LA MISMA NO ES IMAGINARIA, NI TIENE QUE VER CON TRANCES ASTRALES O MOMENTOS CELESTIALES DE CIERTOS RECOGIMIENTOS, SINO CON LA VIVA REALIDAD DE QUIENES SON CONSCIENTES DE SU PANORAMA RELACIONAL CÉLICO-PEDESTRE, NO VIVIENDO ABSORTOS EN UNA CIERTA NUBE, SINO AMPLIAMENTE CIERTOS DE LO QUE AFECTA A NUESTROS DOS CAMPAMENTOS EN UN MODO TRASCENDENTE. MEDITEMOS.
ResponderEliminar