LIMA - PERÚ JUVES 01 DE MARZO DEL 2018 MENSAJE # 2336
LEVÍTICO 10:1-3. (VERSIÓN PESHITTA).
"Los hijos de Aarón, Nadab y Abiú, tomaron cada uno su incensario y pusieron fuego e incienso en ellos. Y ofrecieron delante de Yahweh fuego extraño en el tiempo que no se les había ordenado. Entonces emanó fuego de la presencia de Yahweh y los consumió, y murieron delante de Yahweh. Luego Moisés dijo a Aarón: Esto es lo que habló Yahweh: Seré santificado por los que se acercan a mí, y ante todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón guardaba silencio".
=== El orden divinal, con las instrucciones pertinentes a los sacrificios, las ofrendas, y la restitución de la comunión para todos los transgresores, ya había sido impartida a Aarón y sus hijos, y la obediencia a las pautas divinas eran esenciales para que todo se ejecutara en conformidad con su voluntad. La seriedad del Padre al compartir las participaciones del sumo sacerdote, Aarón, y de los sacerdotes que le hacían compañía: Sus cuatro hijos: Nadab. Abiú, Eleazar e Itamar, había sido explicada en detalle por Moisés. Las intrusiones o intromisiones de parte de los jóvenes sacerdotes, nos muestra lo sagrado que es para el Señor el orden instituido, y lo grave de las consecuencias de desacatar el sacro mandato. Es importante, básico, vital, por nuestra parte el ver las cosas como Dios las ve en nuestro panorama relacional con la Deidad en calidad de siervos suyos, independientemente de cómo nos sintamos por la investidura y por las asignaciones. La institución del orden, y la constitución del sacerdotal fluir, ubicaba a cada uno de los componentes en su contexto; esto es, como autoridades que sirven a Dios según lo que él ha estipulado para cada quien, sirviendo al Padre y a su pueblo en conformidad a lo regulado por él. Cuando se comete rebelión, y se altera el orden instituido, aparece el juicio por causa de la divina investidura. Si bien los "traviesos hijos mayores" de Aarón, pensaron que podían hacer fácilmente lo que su padre, es porque menospreciaban la elección y la unción que sobre ellos reposara; así, pues, detrás de este acto de tosca emulación, lo que había en ellos era REBELIÓN CONTRA EL ORDEN INSTITUIDO, Y CONTRA LA AUTORIDAD PATERNA. Ellos fueron la antesala del joven Absalón, de Adonías, de Amnón, cuando cada uno de ellos irrespetó al ungido de Yahweh, y tuvo en poco el reino de Dios.
=== Es indudable que los jóvenes estuvieron de acuerdo para realizar este hecho que fuera considerado profano en extremo por la Deidad; de allí lo repentino del juicio, mostrando así la ira que le causara al Padre el irrespetuoso acto de profanidad por parte de los dos hermanos, pereciendo calcinados en su presencia; consternando a todo el pueblo de Dios, que contemplara los cadáveres de aquellos jóvenes sacerdotes recientemente ungidos, sintiéndose abrumados por tal acontecimiento. Sus atuendos, sus incensarios, el fuego y el incienso, y la unción que sobre ellos reposara, no impidió en lo más mínimo el juicio del Señor. Dios no te concede su gracia y su autoridad para que tú hagas lo que quieras, como quieras y cuando quieras... ¡NO SEÑOR! La autoridad delegada exige el respeto a la investidura, al llamamiento, a la elección, al equipamiento que sobre ti Dios ha puesto, siendo tú el primero para respetar tales cosas con mucho temor y temblor por tu representatividad. La santificación divina implica una separación, dedicación y consagración; y cuando ves los sacrificios que ofrecen los que han caído en alguna transgresión, el mayor es el del sumo sacerdote ¿por qué? Porque él representa a la nación entera, y sus pecados manchan a todos a nivel general, dada su enorme responsabilidad. Aquellos que hemos sido llamados al ministerio, y que hemos sido honrados por la Deidad con tal demostración de su gracia para con nosotros (1Ti.1:12); hemos de asimilar la responsabilidad con toda la reverencia del caso, santificándonos en todo para que le seamos agradables.
=== Toda forma de veneración u homenaje a Dios habrá de pasar por el cedazo de su estricta voluntad. El fuego era extraño, pues Dios nunca les había referido que pudieran hacer las cosas según sus pareceres; sino obedeciendo un orden claramente instituido; y aparte de ello, el autor nos dice que el tal era algo extemporáneo; no había justificación para que Dios se viera "obligado a aceptar" las imposiciones de los noveles sacerdotes; no es así como hemos de interactuar con la Deidad, y fue por eso que el Señor Jesús habló de un yugo compartido, implicando que es él quien inicia los movimientos, nos dirige específicamente, y nos lleva a realizar una acción que para el Padre es agradable, oportuna, conveniente, y de superior intento. Es por eso que el boyero se pone delante de los bueyes y los lleva rectamente hacia su meta, trazando una línea que no se desvía de su partida y destino. El sumario y punitivo juicio hizo salir de Dios el fuego que consumió a los hermanos, y lo que más debe afectarnos es este epitafio: 'MURIERON DELANTE DE YAHWEH'. Su relación con el Padre se hizo cenizas, y esto me trae a la memoria este verso: "Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse EN CENIZA sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran" (Ez.28:18). Y es esto lo que nos dice Yahweh: "" SERÉ SANTIFICADO POR LOS QUE SE ACERCAN A MÍ, Y ANTE TODO EL PUEBLO SERÉ GLORIFICADO". Que nuestras asignaciones a nivel eclesial nos llenen de temor y temblor como asistentes del Señor, y como sus representantes por su gracia. Si nos santificamos en él, él será glorificado.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/03/2018 MENSAJE # 2336
LO SAGRADO DE NUESTRA RELACIÓN CON LA DEIDAD, NUNCA DEBE SER TENIDO EN POCO. ÉL NOS HA DADO ANTE SÍ UN SUPREMO VALOR COMO SERES HUMANOS UNGIDOS QUE LE SIRVEN CON RECTO CORAZÓN, NO PERDAMOS DE VISTA NUESTRA ELECCIÓN Y NUESTRA SAGRADA RESPONSABILIDAD ANTE ÉL.
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