LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 07 DE MARZO DEL 2018 MENSAJE # 2349
JOSUÉ 5:13-15.
"Estando Josué cerca de Jericó. alzó sus ojos, y vio a un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Él respondió: No, mas como Príncipe del ejército de Yahweh he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Yahweh respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo".
=== El Padre tiene como característica principal los detalles, y cada cosa solicitada por él a sus siervos debe ser ejecutada a su sazón, y del modo más excelente. La asunción al poder, los preparativos para la conquista, la cuestión previa de enviar a dos espías para ver cómo era la tierra y que podían esperar en el plano de la resistencia, era de capital importancia. Así llegaron a saber que las expectativas no podían ser más halagüeñas, procediendo a pasar el Jordán 'al estilo hebreo', es decir, caminando en seco por el cauce del río mientras Dios lo detenía para facilitarles la conquista, algo que hizo desfallecer los corazones de los habitantes de Canaán, pasando luego a atender asuntos protocolares del panorama relacional divino-humano, comenzando con la circuncisión obligada de cada uno de los nuevos integrantes del pueblo judío, después que desapareciera toda la gente que partiera de Egipto para heredar la tierra de promisión, desechando la misma tras recibir el informe de diez de sus príncipes que consideraran un imposible tal hazaña; haciendo caso omiso a lo que refirieran Caleb y Josué, quienes tenían puesta su confianza en la promesa divina y en el poder que la respaldaba Después de cuarenta años de ello surgió la nueva generación que deseaba obtener la tierra, mas tendría que cumplirse en ellos lo relacionado con el pacto, pues los que habían nacido en el desierto no estaban circuncidados, y era preciso que entraran en el pacto con Abraham para constituirse en poseedores y herederos legítimos de la tierra prometida. El pánico de todos los moradores de la tierra los había dejado pasmados e impotentes, e Israel se dio el lujo de circuncidar a sus componentes de este lado del Jordán, esperando hasta curarse del dolor, y estar nuevamente aptos para combatir, pasando a celebrar la Pascua del Señor dentro de la tierra, despidiéndose del maná al día siguiente, comiendo de lo que la tierra prometida producía Y fue cuando todo esto pasó, que Dios se hizo presente para comunicar a Josué la estrategia a seguir con una teofanía singularísima.
=== Un observador y exhaustivo Josué se dio con la sorpresa más grande de su vida; encontrarse cara a cara con el Señor, el cual vestía como un guerrero, y tenía su espada desenvainada; ¡no contra Josué o contra el pueblo judío; sino contra la nación cananea! Y cuando el siervo de Dios se percató delante de quién estaba, surgió el adorador en él, y aceptando la buena palabra del extraño personaje, se postró ante él, solicitando su dirección en la forma más humilde. ¿Demasiado ingenuo frente a un guerrero decidido? ¡No! Espiritualmente apercibido de la clara y magnífica presencia divina en aquel Príncipe del ejército de Yahweh, que no era otro que nuestro Señor en una de sus tantas teofanías adaptadas al tiempo y el espacio en su panorama ocasional. Al solicitarle a Josué que se descalzara, le dio como razón el hecho de que cuando Dios se manifiesta de esa manera, santifica el área que ocupa con aquel que quiere comunicarse, asumiendo el calzado natural como algo profano y que hace división entre nosotros y él. Recordemos que los sacerdotes oficiaban descalzos en su trabajo tabernacular, de allí la norma para solicitar a sus siervos (Moisés, Josué) que se descalzaran en su presencia. La pareja edénica no tenía otro atuendo que su inocencia, y su inconsciencia de su desnudez; la cual fuera notada después de la caída, cosiendo para sí hojas de higuera como improvisado atavío; no buscando cubrir su desnudez, sino su vergüenza al pasar al plano del bien y el mal, habiendo perdido la vida, siendo alejado de la posibilidad de la misma al ser echados del huerto del Edén.
=== La disposición de Josué para escuchar al Príncipe del ejército de Yahweh (Jesús en teofanía), implica la sinceridad de su relación con el Señor, entendiendo que solamente ella podría darle la estrategia a seguir, asgurándole la victoria y el triunfo. Si cada hijo de Dios aprende esta lección objetiva de Josué, los errores e imprecisiones del liderazgo presuntuoso serán menos constantes en nuestra experiencia eclesial y personal.
"Estando Josué cerca de Jericó. alzó sus ojos, y vio a un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Él respondió: No, mas como Príncipe del ejército de Yahweh he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Yahweh respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo".
=== El Padre tiene como característica principal los detalles, y cada cosa solicitada por él a sus siervos debe ser ejecutada a su sazón, y del modo más excelente. La asunción al poder, los preparativos para la conquista, la cuestión previa de enviar a dos espías para ver cómo era la tierra y que podían esperar en el plano de la resistencia, era de capital importancia. Así llegaron a saber que las expectativas no podían ser más halagüeñas, procediendo a pasar el Jordán 'al estilo hebreo', es decir, caminando en seco por el cauce del río mientras Dios lo detenía para facilitarles la conquista, algo que hizo desfallecer los corazones de los habitantes de Canaán, pasando luego a atender asuntos protocolares del panorama relacional divino-humano, comenzando con la circuncisión obligada de cada uno de los nuevos integrantes del pueblo judío, después que desapareciera toda la gente que partiera de Egipto para heredar la tierra de promisión, desechando la misma tras recibir el informe de diez de sus príncipes que consideraran un imposible tal hazaña; haciendo caso omiso a lo que refirieran Caleb y Josué, quienes tenían puesta su confianza en la promesa divina y en el poder que la respaldaba Después de cuarenta años de ello surgió la nueva generación que deseaba obtener la tierra, mas tendría que cumplirse en ellos lo relacionado con el pacto, pues los que habían nacido en el desierto no estaban circuncidados, y era preciso que entraran en el pacto con Abraham para constituirse en poseedores y herederos legítimos de la tierra prometida. El pánico de todos los moradores de la tierra los había dejado pasmados e impotentes, e Israel se dio el lujo de circuncidar a sus componentes de este lado del Jordán, esperando hasta curarse del dolor, y estar nuevamente aptos para combatir, pasando a celebrar la Pascua del Señor dentro de la tierra, despidiéndose del maná al día siguiente, comiendo de lo que la tierra prometida producía Y fue cuando todo esto pasó, que Dios se hizo presente para comunicar a Josué la estrategia a seguir con una teofanía singularísima.
=== Un observador y exhaustivo Josué se dio con la sorpresa más grande de su vida; encontrarse cara a cara con el Señor, el cual vestía como un guerrero, y tenía su espada desenvainada; ¡no contra Josué o contra el pueblo judío; sino contra la nación cananea! Y cuando el siervo de Dios se percató delante de quién estaba, surgió el adorador en él, y aceptando la buena palabra del extraño personaje, se postró ante él, solicitando su dirección en la forma más humilde. ¿Demasiado ingenuo frente a un guerrero decidido? ¡No! Espiritualmente apercibido de la clara y magnífica presencia divina en aquel Príncipe del ejército de Yahweh, que no era otro que nuestro Señor en una de sus tantas teofanías adaptadas al tiempo y el espacio en su panorama ocasional. Al solicitarle a Josué que se descalzara, le dio como razón el hecho de que cuando Dios se manifiesta de esa manera, santifica el área que ocupa con aquel que quiere comunicarse, asumiendo el calzado natural como algo profano y que hace división entre nosotros y él. Recordemos que los sacerdotes oficiaban descalzos en su trabajo tabernacular, de allí la norma para solicitar a sus siervos (Moisés, Josué) que se descalzaran en su presencia. La pareja edénica no tenía otro atuendo que su inocencia, y su inconsciencia de su desnudez; la cual fuera notada después de la caída, cosiendo para sí hojas de higuera como improvisado atavío; no buscando cubrir su desnudez, sino su vergüenza al pasar al plano del bien y el mal, habiendo perdido la vida, siendo alejado de la posibilidad de la misma al ser echados del huerto del Edén.
=== La disposición de Josué para escuchar al Príncipe del ejército de Yahweh (Jesús en teofanía), implica la sinceridad de su relación con el Señor, entendiendo que solamente ella podría darle la estrategia a seguir, asgurándole la victoria y el triunfo. Si cada hijo de Dios aprende esta lección objetiva de Josué, los errores e imprecisiones del liderazgo presuntuoso serán menos constantes en nuestra experiencia eclesial y personal.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/03/2018 MENSAJE # 2349
LAS INDICACIONES DIVINAS, ESCUCHADAS EN QUIETUD Y PRESTÁNDOLE SUMO INTERÉS A LOS DETALLES, NOS HARÁN VENCEDORES INOBJETABLES. JOSUÉ ERA DE ESA ESTIRPE DE HOMBRES GANADORES QUE ESCUCHAN ATENTAMENTE A SU SEÑOR Y A SUS MENTORES, APRENDIENDO COMO ES DEBIDO.
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