LIMA - P ERÚ LUNES 26 DE MARZO DEL 2018 MENSAJE # 2387
MATEO 12:38-39, 43-45.
"Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. Él respondió y les dijo: La generación mala y adúltera, demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás... Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados moran, allí, y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación".
=== La naturaleza hebraica siempre solicita señales de parte del Señor, y en la época de Moisés el Señor envió al portador de su mensaje con las señales correspondientes:
1) La vara que se convertía en culebra, es decir, la autoridad divinal enviando a Jesús de modo antropomórfico, para que lleve sobre sí nuestros pecados, y despoje de poder a Satán, anulando su poder sobre nosotros;
2) El agua, que se transforma en sangre, implicando nuestro lavamiento del agua por la palabra, y el pago total por nuestra redención, viéndose obligado el diablo a manumitirnos.
3) La mano limpia que se torna en leprosa al contacto con el corazón humano corrompido, implicando lo que produce nuestra naturaleza caída; y al volverla a meter en su seno, el corazón regenerado por el poder divino, anula los efectos del pecado y nos retorna al original como descendencia regia que se verá evidenciada por nuestras obras.
=== Los fariseos y los escribas, asumiendo un rol que no les cabía, pretendían de Jesús UNA SEÑAL. Si consideramos todas las que ya había hecho ante los ojos de la nación israelita, esto equivalía a un exceso, a una burla, y a asumir que todo lo que Jesús ya les hubiera mostrado ejecutando las obras de su Padre, carecía de valor ante sus ojos y sus torpes antejuicios y prejuicios. Sin importar qué hubiera hecho Jesús, ellos hubieran buscado la forma de cuestionar su poder, negar la realidad, y acusar al Mesías de estar actuando por el poder diabólico... ¡Era perder el tiempo! Por eso Jesús los clasificó como una generación mala, hablando de la maldad como naturaleza intrínseca; y adúltera, participando con ello que no eran fieles al Padre y a su Palabra, atribuyendo al diablo lo que era de Dios, algo que su actitud blasfema y profana lo hiciera tan clásico de ellos. Y en esta porción, el Señor declara que los espíritus inmundos poseen personalidad esencial y particular, transmitiendo la misma al ente al que parasitan y con el que cohabitan en un ignorado o consciente parentesco sicológico o espiritual, de allí las conductas erráticas, terribles y deleznables que caracterizan a las personas demonizadas y a las poseídas, cada una a su sazón según el grado de dominio que sobre ellas ejerzan: Turbación, desvarío, opresión, obsesión, depresión, posesión, etc. Nótese que el Señor no está refiriéndose a una reprensión o expulsión del demonio en sí; sino del hecho que el demonio posee personalidad, y que define su control sobre sus invadidos y poseídos a su sazón. Así como usted tiene ciertos deseos y apetencias, los demonios también las tienen; y mientras que usted disfruta un paseo en yate por la playa, el espíritu inmundo disfruta y vacaciona en los lugares secos como su sitio de retiro y descanso; y cuando se siente nuevamente frustrado por no haber hallado la fuente de su gozo, deja sus vacaciones, y vuelve a su inquilinato (el ser invadido es considerado como su casa).
=== La ausencia del espíritu inmundo había determinado un cambio en el individuo invadido, habiendo obtenido una conducta más sobria y coherente con la libertad que la persona devuelta a la normalidad gozara, sintiendo el espíritu que había perdido sus ventajas y su hegemonía sobre el tal. La casa (la persona) está vacía de una presencia maligna, y el sujeto está en estado ecuánime, siendo él mismo; también esta barrida (habiendo superado sus desajustes y su etapa crítica); y adornada, es decir, que el individuo hasta cierto punto renovado ha comenzado a llenar sus vacíos con cosas agradables, que lo hacen ver como un sujeto normal, afable, apto, funcional y dichoso, y acepto por los demás en su nuevo estado, habiendo superado sus crisis que lo alejaran de los demás. En el rostro del espíritu inmundo se dibuja una profunda decepción, y entendiendo que su mala influencia sobre su ex-invadido no bastaría para retornarlo a su antigua forma de ser, busca en el 911 demoníaco a siete engendros peores que él para que le hagan compañía, y entren a tomar dominio sobre el nuevamente invadido, y su conducta se dispara en siete direcciones de esquizoides y distintas naturalezas, combatiendo por el dominio de aquel ser humano desdichado que nos sorprenderá según el recorrido del dial en su radio particular, en su mente nuevamente trastornada... distintas voces, noticieros, canciones entrecortadas, éxitos del ayer, misticismo, religiones eclécticas y sincretistas, influjos de chamanes y brujos, etc. El estado del sujeto del que habláramos ha empeorado, y si antes era un individuo relativamente influido, ahora sus personalidades múltiples, sus voces interiores, lo aceleran, lo frenan bruscamente, lo ponen colérico, lo hacen llorar, lo desquician con sus atravesados informes, y escuchan la voz del facultativo diciendo: "Amarren al loco". ¿Te ha pasado? ¿Lo has visto en otros? ¿Te da pena? La naturaleza obdurada, obsesiva e insensata, al no admitir la verdad revelacional del evangelio del reino, se va sumergiendo en el engaño que lo lleva de la mano a la condenación, con camisa de fuerza o con psicofármacos y un tratamiento ambulatorio.
"Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. Él respondió y les dijo: La generación mala y adúltera, demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás... Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados moran, allí, y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación".
=== La naturaleza hebraica siempre solicita señales de parte del Señor, y en la época de Moisés el Señor envió al portador de su mensaje con las señales correspondientes:
1) La vara que se convertía en culebra, es decir, la autoridad divinal enviando a Jesús de modo antropomórfico, para que lleve sobre sí nuestros pecados, y despoje de poder a Satán, anulando su poder sobre nosotros;
2) El agua, que se transforma en sangre, implicando nuestro lavamiento del agua por la palabra, y el pago total por nuestra redención, viéndose obligado el diablo a manumitirnos.
3) La mano limpia que se torna en leprosa al contacto con el corazón humano corrompido, implicando lo que produce nuestra naturaleza caída; y al volverla a meter en su seno, el corazón regenerado por el poder divino, anula los efectos del pecado y nos retorna al original como descendencia regia que se verá evidenciada por nuestras obras.
=== Los fariseos y los escribas, asumiendo un rol que no les cabía, pretendían de Jesús UNA SEÑAL. Si consideramos todas las que ya había hecho ante los ojos de la nación israelita, esto equivalía a un exceso, a una burla, y a asumir que todo lo que Jesús ya les hubiera mostrado ejecutando las obras de su Padre, carecía de valor ante sus ojos y sus torpes antejuicios y prejuicios. Sin importar qué hubiera hecho Jesús, ellos hubieran buscado la forma de cuestionar su poder, negar la realidad, y acusar al Mesías de estar actuando por el poder diabólico... ¡Era perder el tiempo! Por eso Jesús los clasificó como una generación mala, hablando de la maldad como naturaleza intrínseca; y adúltera, participando con ello que no eran fieles al Padre y a su Palabra, atribuyendo al diablo lo que era de Dios, algo que su actitud blasfema y profana lo hiciera tan clásico de ellos. Y en esta porción, el Señor declara que los espíritus inmundos poseen personalidad esencial y particular, transmitiendo la misma al ente al que parasitan y con el que cohabitan en un ignorado o consciente parentesco sicológico o espiritual, de allí las conductas erráticas, terribles y deleznables que caracterizan a las personas demonizadas y a las poseídas, cada una a su sazón según el grado de dominio que sobre ellas ejerzan: Turbación, desvarío, opresión, obsesión, depresión, posesión, etc. Nótese que el Señor no está refiriéndose a una reprensión o expulsión del demonio en sí; sino del hecho que el demonio posee personalidad, y que define su control sobre sus invadidos y poseídos a su sazón. Así como usted tiene ciertos deseos y apetencias, los demonios también las tienen; y mientras que usted disfruta un paseo en yate por la playa, el espíritu inmundo disfruta y vacaciona en los lugares secos como su sitio de retiro y descanso; y cuando se siente nuevamente frustrado por no haber hallado la fuente de su gozo, deja sus vacaciones, y vuelve a su inquilinato (el ser invadido es considerado como su casa).
=== La ausencia del espíritu inmundo había determinado un cambio en el individuo invadido, habiendo obtenido una conducta más sobria y coherente con la libertad que la persona devuelta a la normalidad gozara, sintiendo el espíritu que había perdido sus ventajas y su hegemonía sobre el tal. La casa (la persona) está vacía de una presencia maligna, y el sujeto está en estado ecuánime, siendo él mismo; también esta barrida (habiendo superado sus desajustes y su etapa crítica); y adornada, es decir, que el individuo hasta cierto punto renovado ha comenzado a llenar sus vacíos con cosas agradables, que lo hacen ver como un sujeto normal, afable, apto, funcional y dichoso, y acepto por los demás en su nuevo estado, habiendo superado sus crisis que lo alejaran de los demás. En el rostro del espíritu inmundo se dibuja una profunda decepción, y entendiendo que su mala influencia sobre su ex-invadido no bastaría para retornarlo a su antigua forma de ser, busca en el 911 demoníaco a siete engendros peores que él para que le hagan compañía, y entren a tomar dominio sobre el nuevamente invadido, y su conducta se dispara en siete direcciones de esquizoides y distintas naturalezas, combatiendo por el dominio de aquel ser humano desdichado que nos sorprenderá según el recorrido del dial en su radio particular, en su mente nuevamente trastornada... distintas voces, noticieros, canciones entrecortadas, éxitos del ayer, misticismo, religiones eclécticas y sincretistas, influjos de chamanes y brujos, etc. El estado del sujeto del que habláramos ha empeorado, y si antes era un individuo relativamente influido, ahora sus personalidades múltiples, sus voces interiores, lo aceleran, lo frenan bruscamente, lo ponen colérico, lo hacen llorar, lo desquician con sus atravesados informes, y escuchan la voz del facultativo diciendo: "Amarren al loco". ¿Te ha pasado? ¿Lo has visto en otros? ¿Te da pena? La naturaleza obdurada, obsesiva e insensata, al no admitir la verdad revelacional del evangelio del reino, se va sumergiendo en el engaño que lo lleva de la mano a la condenación, con camisa de fuerza o con psicofármacos y un tratamiento ambulatorio.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 26/07/2018 MENSAJE # 2387.
LAS REALIDADES DEL MUNDO ESPIRITUAL, TRANSMITIDAS POR EL SEÑOR DE SEÑORES, NOS SON REVELADAS AQUÍ, PARA QUE NUESTROS CORAZONES NO SE OBSTINEN NI SE OBCEQUEN POR OBRA DEL ENEMIGO, O POR MIRARNOS COMO SUJETOS ESPECIALES QUE MERECEN UNA MAYOR ATENCIÓN DE PARTE DE LA DEIDAD. ¡DESPIERTA ILUSO!
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