LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 28 DE MARZO DEL 2018 MENSAJE # 2391
MARCOS 2:13-17
"Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores".
=== Las entradas y salidas del Señor, siempre tenían una razón de ser, y cuando la gente le rodeaba, él les compartía su naturaleza (la Palabra=El Verbo), y lo hacía en la forma expositiva de una enseñanza que pudiera comprenderse y aprovecharse, derramando la bondad divina al ministrarles su gracia. Al pasar por allí, el hombre de su elección (Mateo o Leví), quien fuera un cobrador de impuestos para el impero romano (estimados como traidores y colaboracionistas por sus coterráneos), fue llamado por el Señor; y el tal, sin dudas por su parte le siguió sin más, mostrando así el Señor un ascendiente sobrenatural que trascendiera la razón o la suspicacia, la ganancia financiera, o cualquier otra cosa; haciendo que un gozoso y bendecido Leví organizara de inmediato una fiesta de recepción para el Señor, reconociendo en él a un mensajero divino sin igual. Una cantidad impresionante de personas (incluimos aquí a los topos del judaísmo, de agudo espíritu crítico, fiscalizador y condenador, cuya virtud principal era el encontrar faltas en los demás, llevando sus dedos índices 'en bandolera') ¡Celebro que mis lectores no sean así!; estuvo presente en aquella celebración (mayormente era de índole público cuando se celebraba a alguien tan importante como Jesús, siendo la única referencia que los diferenciara fuera el estar convidados a la mesa del anfitrión o no). Habían, pues, los convidados, y los simples observadores, figurando entre estos últimos los fariseos y los escribas, quienes pretendieran con su actitud mostrar su grado de santidad y separación de tipo cultual.
=== Los versos 15 y 16 de Levítico 16 siempre me han atraído por lo que expresan: La sangre del macho cabrío para la expiación era esparcida sobre y delante del propiciatoro, y así se purificaba el santuario, A CAUSA DE LAS IMPUREZAS DE LOS HIJOS DE ISRAEL, DE SUS REBELIONES, Y DE TODOS SUS PECADOS, de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, EL CUAL RESIDE ENTRE ELLOS EN MEDIO DE SUS IMPUREZAS". Todo lo que rodeara a Jesús, no podía contaminarlo; pero su palabra y su presencia, y sus señales y milagros sí podían afectar a todos con su esencia y su presencia ¡Te amamos, Señor! Si somos predicadores de la GRACIA DE DIOS; no será nuestro asco y repulsión por los pecadores lo que los atraerá. El Señor Jesús no había vendo ni a perder ni a juzgar y condenar a la gente, su misión era SALVARLA; y nosotros tenemos que aprender de qué espíritu somos; no siendo los caldos de dieta, sazonados con chile o con rocoto, los que nos ayudarán a ganar las almas... ¡Cuidado boanerges! El poder contaminante del pecado no va a penetrar el poderoso escudo de la fe del Hijo de Dios. La contaminación odia y repele la santidad, porque aquí acontece algo parecido a lo que Santiago nos revela en su carta: Al someterse a Dios, y resistir al diablo, éste sale huyendo (Stg.4:7). La bondad divina, en su forma antropomórfica, no vino a contagiarse con el pecado, sino a curar nuestras heridas y recobrar nuestras almas. Esto es algo que el santurrón no es capaz de captar.
=== Isaías nos refiere que nuestros pecados han hecho división entre nosotros y nuestro Dios, y también que su amor y su bondad han hecho que él siga extendiendo su mano, y manteniendo su oído dispuesto y abierto para todo aquel que se arrepiente y busca su rostro (Is.59:1-2, 20-21). La voz de la condenación es a veces tan fuerte, que la gente halla dificultad para escuchar lo inherente a la gracia divina; de allí que Jesús considerara necesario el contacto con la gente enferma por el poder del pecado, dándoles a entender que Dios no rechaza a todos los que se allegan a él a través de su gracia, la cual se acerca a nosotros en nuestras crisis y quebrantos, enfermedades y dolencias, y nos dice con ternura: "QUIERO, SÉ LIMPIO". Los que se consideran justos a sí mismos, vía la justicia propia, siempre están rechazando la gracia porque ignoran su condición delante de Dios: "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; Y NO SABES QUE ERES UN DESVENTURADO, MISERABLE, POBRE, CIEGO Y DESNUDO" (Ap.3:17). La más espantosa miseria se esconde detrás de la justicia propia; por eso Dios dispuso su gracia para todos...¡Cuánto la necesitamos!
"Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores".
=== Las entradas y salidas del Señor, siempre tenían una razón de ser, y cuando la gente le rodeaba, él les compartía su naturaleza (la Palabra=El Verbo), y lo hacía en la forma expositiva de una enseñanza que pudiera comprenderse y aprovecharse, derramando la bondad divina al ministrarles su gracia. Al pasar por allí, el hombre de su elección (Mateo o Leví), quien fuera un cobrador de impuestos para el impero romano (estimados como traidores y colaboracionistas por sus coterráneos), fue llamado por el Señor; y el tal, sin dudas por su parte le siguió sin más, mostrando así el Señor un ascendiente sobrenatural que trascendiera la razón o la suspicacia, la ganancia financiera, o cualquier otra cosa; haciendo que un gozoso y bendecido Leví organizara de inmediato una fiesta de recepción para el Señor, reconociendo en él a un mensajero divino sin igual. Una cantidad impresionante de personas (incluimos aquí a los topos del judaísmo, de agudo espíritu crítico, fiscalizador y condenador, cuya virtud principal era el encontrar faltas en los demás, llevando sus dedos índices 'en bandolera') ¡Celebro que mis lectores no sean así!; estuvo presente en aquella celebración (mayormente era de índole público cuando se celebraba a alguien tan importante como Jesús, siendo la única referencia que los diferenciara fuera el estar convidados a la mesa del anfitrión o no). Habían, pues, los convidados, y los simples observadores, figurando entre estos últimos los fariseos y los escribas, quienes pretendieran con su actitud mostrar su grado de santidad y separación de tipo cultual.
=== Los versos 15 y 16 de Levítico 16 siempre me han atraído por lo que expresan: La sangre del macho cabrío para la expiación era esparcida sobre y delante del propiciatoro, y así se purificaba el santuario, A CAUSA DE LAS IMPUREZAS DE LOS HIJOS DE ISRAEL, DE SUS REBELIONES, Y DE TODOS SUS PECADOS, de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, EL CUAL RESIDE ENTRE ELLOS EN MEDIO DE SUS IMPUREZAS". Todo lo que rodeara a Jesús, no podía contaminarlo; pero su palabra y su presencia, y sus señales y milagros sí podían afectar a todos con su esencia y su presencia ¡Te amamos, Señor! Si somos predicadores de la GRACIA DE DIOS; no será nuestro asco y repulsión por los pecadores lo que los atraerá. El Señor Jesús no había vendo ni a perder ni a juzgar y condenar a la gente, su misión era SALVARLA; y nosotros tenemos que aprender de qué espíritu somos; no siendo los caldos de dieta, sazonados con chile o con rocoto, los que nos ayudarán a ganar las almas... ¡Cuidado boanerges! El poder contaminante del pecado no va a penetrar el poderoso escudo de la fe del Hijo de Dios. La contaminación odia y repele la santidad, porque aquí acontece algo parecido a lo que Santiago nos revela en su carta: Al someterse a Dios, y resistir al diablo, éste sale huyendo (Stg.4:7). La bondad divina, en su forma antropomórfica, no vino a contagiarse con el pecado, sino a curar nuestras heridas y recobrar nuestras almas. Esto es algo que el santurrón no es capaz de captar.
=== Isaías nos refiere que nuestros pecados han hecho división entre nosotros y nuestro Dios, y también que su amor y su bondad han hecho que él siga extendiendo su mano, y manteniendo su oído dispuesto y abierto para todo aquel que se arrepiente y busca su rostro (Is.59:1-2, 20-21). La voz de la condenación es a veces tan fuerte, que la gente halla dificultad para escuchar lo inherente a la gracia divina; de allí que Jesús considerara necesario el contacto con la gente enferma por el poder del pecado, dándoles a entender que Dios no rechaza a todos los que se allegan a él a través de su gracia, la cual se acerca a nosotros en nuestras crisis y quebrantos, enfermedades y dolencias, y nos dice con ternura: "QUIERO, SÉ LIMPIO". Los que se consideran justos a sí mismos, vía la justicia propia, siempre están rechazando la gracia porque ignoran su condición delante de Dios: "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; Y NO SABES QUE ERES UN DESVENTURADO, MISERABLE, POBRE, CIEGO Y DESNUDO" (Ap.3:17). La más espantosa miseria se esconde detrás de la justicia propia; por eso Dios dispuso su gracia para todos...¡Cuánto la necesitamos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/03/2018 MENSAJE # 2391.
DIOS TIENE UNA PECULIAR MANERA DE OBRAR CON SUS HIJOS, Y MÁS CUANDO SE TRATA DE ALGUIEN CON UN DESTINO SINGULAR EN EL PLANO APOSTÓLICO. CADA DETALLE ESTÁ SOLEMNEMENTE MARCADO PARA MOSTRAR UNA OBRA MAESTRA EN CUANTO A LA EJECUCIÓN DE PLANES Y PROPÓSITOS.
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