domingo, 11 de marzo de 2018

LAS HISTORIAS ESPIRITUALES DE LARGO ALCANCE, TIENEN COMIENZOS LENTOS Y NO MUY AUSPICIOSOS; PERO CUANDO LE DEJAMOS A DIOS OBRAR, ÉL DEJARÁ QUE DESCUBRAMOS LOS TESOROS QUE TODOS GUARDAMOS DENTRO, Y QUE SON LAS COSAS QUE ÉL PONE EN NOSOTROS, PARA QUE NOS ADECUEMOS A SU SAZÓN.

LIMA - PERÚ   DOMINGO 11 DE MARZO DEL 2018          MENSAJE # 2357

RUT 1:1-6.

"Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá se fue a morar a los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos... Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y se quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas, el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levantó con sus dos nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Dios había visitado a su pueblo para darles pan".

=== Al comenzar a leer este relato, todo nos parece extraño, y aparentemente sin sentido, porque la salida de esta familia de cuatro miembros belenitas no parece tener un motivo como para sentirnos interesados en ello. Pero las fichas del ajedrez celestial (el Señor juega con las blancas), se van a mover según los planes y estrategias diseñados por Dios. Y este cuarteto intrascendente, irá cobrando protagonismo en la medida de su avance en el plano histórico y profético. Los tres varones, cruciales para el sustento de la familia, tendrían vidas cortas, muriendo todos ellos en Moab, no dejando huellas tras de sí, salvo por la intervención de Mahlón, quien dejara en Rut, su consorte, la semilla de la fe en Yahweh, el Dios de los ejércitos, algo que cobró vigencia en la joven moabita, respondiendo a su suegra con fe, esperanza y amor; algo que se hallara sepultado en el amargo corazón de la cuitada y desdichada Noemí. Al hacer una apretada síntesis de los últimos diez años; poco o nada le quedaba para celebrar, y la obligada compañía de su nuera moabita le hacía presagiar un futuro no muy halagüeño. Su edad, su sentido común, su negativa proyección a futuro la tenían persuadida de un mañana incierto y negativo, y solamente Dios sabía cómo le habría de resultar la comunión de su nuera, y la carga que ella le supondría.

=== El corazón de la moabita era distinto al de su suegra, porque su relación con la Deidad hebrea era mucho más real en cuanto al valor de las promesas para con su pueblo, algo de lo que ya Rut formara parte cuando le dijera a su suegra acerca de su decisión de fe: "... No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tu fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios . Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Yahweh, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos". Esta confesión de fe nos hace recordar lo que Dios le pidiera a Abraham, y la determinación del patriarca para cubrir la voluntad divina; siendo la de Rut mucho más osada. La singular moabita sentía un compromiso con el Dios de su marido muerto, y lo tenía como algo vivo. Algo le hacía sentir que su futuro estaba allá en Belén independientemente de los sacrificios que ello le significara. Noemí estaba llena de amargura y de desesperación; Rut, estaba pletórica de fe y de esperanza. Nuestras actitudes corresponden a nuestra forma de pensar y de sentir, exhalando nuestras bocas lo que llevamos en el corazón. La resignada Noemí, era la antítesis de la esperanzada Rut.

=== Al llegar a Belén, Noemí se rebautizó con el apelativo de Mara o amargada, no dejando de quejarse contra la Deidad con biliosas expresiones que compusieran su cántico, que más pareciera un réquiem. El quizá cincuentenario o sexagenario Booz, empedernido solterón, no había dejado que su soledad hiciera añicos su existencia, manteniendo su afabilidad y buen trato para con los demás. Su gentileza con Rut, cuando la conoció, es un adorable cántico de amor: "Y respondiendo Booz le, dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Yahweh recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Yahweh Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte" (Rt.2:12-13). Su dulzura en el trato con la viuda moabita, impresionó y consoló el corazón de ella, sintiendo que era acepta entre los habitantes del pueblo belenita ¿Cómo hacemos sentir a las visitas en medio de nuestra congregación? ¿Somos fraternos; o tenemos hielo en el corazón? Al pensar en estos tres personajes, tenemos tres actitudes y sentimientos distintos: (1) Amargura en Noemí; (2) Esperanza en Rut; (3) Delicadeza y ternura en el trato del maduro Booz. La primera, tendría que ser tratada con mucha paciencia; la segunda, descubriendo que sus esperanzas no se frustrarían; y el tercero, recibiría la mejor recompensa por su corazón abierto como Pariente Redentor. Las cargas de tu corazón están trayendo el fruto a su sazón. ¡Dios es bueno todo el tiempo!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA         11/03/2018         MENSAJE # 2357

1 comentario:

  1. EL DIVINO OBRAR, GENERALMENTE ES PAUSADO Y SUMAMENTE METICULOSO, PORQUE DIOS BUSCA HACER COSAS QUE PERDUREN, Y QUE SIENTEN UN PRECECENTE, DE MODO QUE EL PANORAMA HISTÓRICO Y PROFÉTICO COINCIDAN PARA LA GLORIA DE DIOS, HACIENDO DE CADA PROTAGONISTA UNA ESTRELLA SINGULARÍSIMA.

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