LIMA - PERÚ DOMINGO 04 DE MARZO DEL 2018 MENSAJE # 2343
TITO 1:1-4. (VERSIÓN REINA-VALERA CONTEMPORÁNEA)
"Yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, según la fe de los hijos de Dios y el conocimiento de la verdad que corresponde a la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos, y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador, a Tito, verdadero hijo en nuestra fe común: Recibe gracia, misericordia y paz, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador".
=== Lo que podría considerarse una simple salutación paulina, es un compendio doctrinal que nos deja asombrados por su capacidad de síntesis. Los valores espirituales reunidos en este saludo a su coadjutor en el ministerio nos muestra el nivel espiritual alcanzado por cada uno de los hombres que Pablo discipulara en su prolífico ministerio. Aquellos que son de mentes sencillas (no quiero ofenderlos) y que no quieren desarrollar en su panorama espiritual y en su llamamiento, siempre se quedan en ayunas en lo concerniente al análisis de los escritos paulinos, y esperan a ver qué dicen los más doctos (que cuentan con un conocimiento amplio y más entrenado por el uso y la dedicación). Veamos: El hombre de Tarso se asume un siervo (esclavo) de Dios; no una autoridad patronal con mucha ínfulas; pasando luego a mencionar su autoridad espiritual conferida por gracia, apuntando a su elección como ministro parlante e itinerante, y luego arguye algo que siempre me ha admirado de él, diciendo que todo lo anteriormente referido es conforme a la fe de los hijo de Dios, vale decir toda la enseñanza doctrinal que es según lo que está escrito y que compone los principos y prácticas en los que la Iglesia de Dios se mueve; por eso añadirá acerca del conocimiento de la verdad que es según la piedad. Las verdades relativas son las que se oyen y no se guardan ni ejecutan; en contraposición, las verdades absolutas son las que se oyen, se asumen como reales, y se constituyen en una regla o norma de fe, produciendo en cada creyente aquello que postulan con los resultados del caso. La primera, es un recuerdo en la mente, y que no posee valor real, pues nadie se ocupa de comprobarla en su extensión; la segunda, es la verdad aplicada al tiempo y a la sazón que corresponden, siendo testigos y ejecutores de la veracidad de su contenido, y que dan fruto conforme a lo revelado por Dios.
=== La fe, según la piedad, es un fluir acorde con las revelaciones divinas, las cuales se hacen visibles con nuestros pensamientos, palabras y hechos, evidenciándose por un estilo de vida acorde con lo que se exhala o confiesa; no siendo meramente una caja de resonancia. Y ¿por qué la gente se pliega a este accionar peculiar y santificante? Por la esperanza de la vida eterna, la cual les fuera prometida por Yahweh, el Dios que no miente, y que cuando asevera algo, lo cumple a cabalidad, sin excepciones ni adendas. Ya esto era algo regulado por Dios desde antes que los siglos comenzaran su curso, constituyéndose en su deseo soberano por las edades. Así, pues, los que se pliegan a este deseo divino, y su curso de acción, llegan a una feliz realización en su posición de seres creados y asociados con la voluntad divina en su beneplácito. Dentro del plano generacional que nos envuelve, nos convertimos en parte de ese plan, o en aquello que lo resiste, según aceptemos o rechacemos el evangelio del reino, mostrando así nuestro acuerdo con la Deidad o nuestra rebelión contra el orden instituido; haciendo feliz al Padre con nuestra participación; o provocando su ira con nuestra rebeldía. Pablo, pues. es fiel para compartir el evangelio del reino según lo que Dios mismo le revelara, justo cuando la corriente del tiempo lo demandaba así.
=== Según todo lo referido como una realidad que el destinatario comparte, el apóstol Pablo menciona a TITO, argumentando que él es un verdadero hijo en la fe, es decir, un discípulo que ha llegado a entender su realidad espiritual y tripartita, y que al andar en ella, revela que quiere ser como su maestro, un fiel guardador de toda la doctrina cristiana, y un predicador de la misma en hecho y en verdad. A éste, se le desea Gracia (la disposición del corazón y del poder del Padre para que sus hijos la aprovechen y la disfruten); la misericordia (como una aplicación de esa gracia ante los posibles déficits de los que estén siendo entrenados, procurando que los superen y alcancen el nivel ideal como siervos de Dios); y la paz (que es el salario de los que obedecen a Dios de corazón, y hacen que su comunión con Dios se mantenga incólume). Es en esa asociación del Padre y del Hijo en cada uno de sus santos lo que logra que la salvación tenga su efecto en la experiencia de cada vida consagrada a Dios.
"Yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, según la fe de los hijos de Dios y el conocimiento de la verdad que corresponde a la piedad, en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos, y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador, a Tito, verdadero hijo en nuestra fe común: Recibe gracia, misericordia y paz, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador".
=== Lo que podría considerarse una simple salutación paulina, es un compendio doctrinal que nos deja asombrados por su capacidad de síntesis. Los valores espirituales reunidos en este saludo a su coadjutor en el ministerio nos muestra el nivel espiritual alcanzado por cada uno de los hombres que Pablo discipulara en su prolífico ministerio. Aquellos que son de mentes sencillas (no quiero ofenderlos) y que no quieren desarrollar en su panorama espiritual y en su llamamiento, siempre se quedan en ayunas en lo concerniente al análisis de los escritos paulinos, y esperan a ver qué dicen los más doctos (que cuentan con un conocimiento amplio y más entrenado por el uso y la dedicación). Veamos: El hombre de Tarso se asume un siervo (esclavo) de Dios; no una autoridad patronal con mucha ínfulas; pasando luego a mencionar su autoridad espiritual conferida por gracia, apuntando a su elección como ministro parlante e itinerante, y luego arguye algo que siempre me ha admirado de él, diciendo que todo lo anteriormente referido es conforme a la fe de los hijo de Dios, vale decir toda la enseñanza doctrinal que es según lo que está escrito y que compone los principos y prácticas en los que la Iglesia de Dios se mueve; por eso añadirá acerca del conocimiento de la verdad que es según la piedad. Las verdades relativas son las que se oyen y no se guardan ni ejecutan; en contraposición, las verdades absolutas son las que se oyen, se asumen como reales, y se constituyen en una regla o norma de fe, produciendo en cada creyente aquello que postulan con los resultados del caso. La primera, es un recuerdo en la mente, y que no posee valor real, pues nadie se ocupa de comprobarla en su extensión; la segunda, es la verdad aplicada al tiempo y a la sazón que corresponden, siendo testigos y ejecutores de la veracidad de su contenido, y que dan fruto conforme a lo revelado por Dios.
=== La fe, según la piedad, es un fluir acorde con las revelaciones divinas, las cuales se hacen visibles con nuestros pensamientos, palabras y hechos, evidenciándose por un estilo de vida acorde con lo que se exhala o confiesa; no siendo meramente una caja de resonancia. Y ¿por qué la gente se pliega a este accionar peculiar y santificante? Por la esperanza de la vida eterna, la cual les fuera prometida por Yahweh, el Dios que no miente, y que cuando asevera algo, lo cumple a cabalidad, sin excepciones ni adendas. Ya esto era algo regulado por Dios desde antes que los siglos comenzaran su curso, constituyéndose en su deseo soberano por las edades. Así, pues, los que se pliegan a este deseo divino, y su curso de acción, llegan a una feliz realización en su posición de seres creados y asociados con la voluntad divina en su beneplácito. Dentro del plano generacional que nos envuelve, nos convertimos en parte de ese plan, o en aquello que lo resiste, según aceptemos o rechacemos el evangelio del reino, mostrando así nuestro acuerdo con la Deidad o nuestra rebelión contra el orden instituido; haciendo feliz al Padre con nuestra participación; o provocando su ira con nuestra rebeldía. Pablo, pues. es fiel para compartir el evangelio del reino según lo que Dios mismo le revelara, justo cuando la corriente del tiempo lo demandaba así.
=== Según todo lo referido como una realidad que el destinatario comparte, el apóstol Pablo menciona a TITO, argumentando que él es un verdadero hijo en la fe, es decir, un discípulo que ha llegado a entender su realidad espiritual y tripartita, y que al andar en ella, revela que quiere ser como su maestro, un fiel guardador de toda la doctrina cristiana, y un predicador de la misma en hecho y en verdad. A éste, se le desea Gracia (la disposición del corazón y del poder del Padre para que sus hijos la aprovechen y la disfruten); la misericordia (como una aplicación de esa gracia ante los posibles déficits de los que estén siendo entrenados, procurando que los superen y alcancen el nivel ideal como siervos de Dios); y la paz (que es el salario de los que obedecen a Dios de corazón, y hacen que su comunión con Dios se mantenga incólume). Es en esa asociación del Padre y del Hijo en cada uno de sus santos lo que logra que la salvación tenga su efecto en la experiencia de cada vida consagrada a Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 04/03/2018 MENSAJE # 2343.
CADA ASPECTO SEÑALADO POR PABLO A SU COADJUTOR, TITO, DESCRIBE LO QUE UN SIERVO DE DIOS DEBE TENER EN SU CORAZÓN, PASANDO A SER UN COLABORADOR DEL REINO DE DIOS CON PLENO ENTENDIMIENTO.
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