LIMA - PERÚ LUNES 28 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2513
RUT 1:6-10.
"Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Yahweh había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volver a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a casa de su madre; Yahweh haga con vosotros misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Yahweh que halléis descanso, cada una en casa con su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo".
=== Tres desdichadas viudas salían pesarosas de los campos de Moab, desamparadas y desoladas, siguiendo las más jóvenes a la mayor de todas ellas, después de ver rotos sus vínculos afectivos por los decesos de quienes fueran sus cónyuges y sus sustentadores, habiendo quedado prácticamente en la insolvencia. Las más jóvenes aguardaban por la decisión que la mayor de ellas tomara. Noticias de su tierra, le hacían saber que Dios había visitado a su pueblo dándoles pan. Su crisis podría verse aliviada si retornaba a los campos de Belén de Judá, donde poseía ella una parcela de tierra, y un lugar donde quedarse hasta ver que proveería Dios para ella. El futuro se veía sombrío, y no queriendo que sus nueras compartieran la misma suerte, o le significaran a ella una carga, o viceversa; se despidió de ellas, tratando de ubicar en sus corazones un ánimo por su porvenir, que fuera más un buen deseo que una realidad concreta, lo cual no rimara con el sentir de sus corazones. El temor de las nueras era el no hallar dirección para sus vidas, sintiéndose totalmente desamparadas al faltarles la dirección que Noemí, como mujer mayor, podía darles; o quizás pensando qué sería de ella al irse sola hasta Belén por el largo camino que la separara de su amado terruño. Ellas tenían una serie de pensamientos dispersos, y si el nombre de Yahweh era pronunciado no era por la fe de las mujeres cuitadas, sino algo semejante a una expresión costumbrista, que ese día dejaría de ser una esperanza para Orfa, tornándose a su hogar y a sus dioses por el consejo de Noemí (tremenda consejera espiritual, ¿no?). Pero también el corazón de Rut afirmó su convicción de fe, y tomó una decisión que cambiaría totalmente su vida, renunciando a su país, a su familia y a sus dioses, proclamando con sus palabras que ella era una sierva del Dios viviente, ante una estupefacta Noemí.
=== Las decisiones de fe tienen una confesión sincera, y un caminar que la activa y la hace efectiva, proyectándose en el término de la distancia hasta el lugar que se habrá de heredar, fijando una posición, un andar y un destino. El llanto que se derramara temiendo la separación y el definitivo adiós, pasó a ser una dual compañía que intercambiara pareceres durante el trámite del viaje a pie hasta la zona belenita. La amargura en Noemí la hizo una mujer silenciosa y taciturna, y Rut tuvo que hacer uso de toda su fe para caminar con ella hasta llegar a Belén, donde Noemí daría rienda suelta a todo su pesar, asumiendo que Dios la tenía contra ella, habiéndola devuelto a su tierra con las manos vacías, y sin la apreciada compañía de sus tres varones: Elimelec, Mahlón y Quelión. Rut no estaba dispuesta a dejarse morir, y salió a buscar un trabajo que las sostuviera a ambas, poseyendo en ese momento mucha más fe que su suegra, tanto así, que el Señor le permitió despertar en ella todas aquellas ventajas que hubiera olvidado con su tristeza y su pesar, y que componían la realidad espiritual, anímica y social que la devolviera al plano de la esperanza cuando escucho el nombre de su pariente redentor: Booz. Ello la hizo nuevamente consciente del divino favor, y sus ojos brillaron de nuevo como cuando vivía su familia, teniendo en ello una positiva y bendita experiencia que la hiciera ver el futuro con una gloriosa esperanza. Noemí se despertó al plano de la soberanía divina, y aquella moabita había sido el instrumento usado por el Señor para que todas las cosas cobraran un nuevo fulgor, un sentido diferente y glorioso, y se avizoraran las cosas conforme a la divina realización de la voluntad Paterna.
=== Booz se había resignado a morir sin una descendencia, Noemí se había abandonado a sí misma, entregándose a la depresión y la amargura; pero había una persona que no se había rendido, y que confiaba en la divina intervención escribiendo una historia diferente para la familia de Elimelec, constituyéndose en un instrumento divino para traer uno de los predecesores del rey David. ¡Este fue un faenón divino para hacer notoria su gracia!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/05/2018 MENSAJE # 2513.
"Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Yahweh había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volver a la tierra de Judá. Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a casa de su madre; Yahweh haga con vosotros misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Yahweh que halléis descanso, cada una en casa con su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo".
=== Tres desdichadas viudas salían pesarosas de los campos de Moab, desamparadas y desoladas, siguiendo las más jóvenes a la mayor de todas ellas, después de ver rotos sus vínculos afectivos por los decesos de quienes fueran sus cónyuges y sus sustentadores, habiendo quedado prácticamente en la insolvencia. Las más jóvenes aguardaban por la decisión que la mayor de ellas tomara. Noticias de su tierra, le hacían saber que Dios había visitado a su pueblo dándoles pan. Su crisis podría verse aliviada si retornaba a los campos de Belén de Judá, donde poseía ella una parcela de tierra, y un lugar donde quedarse hasta ver que proveería Dios para ella. El futuro se veía sombrío, y no queriendo que sus nueras compartieran la misma suerte, o le significaran a ella una carga, o viceversa; se despidió de ellas, tratando de ubicar en sus corazones un ánimo por su porvenir, que fuera más un buen deseo que una realidad concreta, lo cual no rimara con el sentir de sus corazones. El temor de las nueras era el no hallar dirección para sus vidas, sintiéndose totalmente desamparadas al faltarles la dirección que Noemí, como mujer mayor, podía darles; o quizás pensando qué sería de ella al irse sola hasta Belén por el largo camino que la separara de su amado terruño. Ellas tenían una serie de pensamientos dispersos, y si el nombre de Yahweh era pronunciado no era por la fe de las mujeres cuitadas, sino algo semejante a una expresión costumbrista, que ese día dejaría de ser una esperanza para Orfa, tornándose a su hogar y a sus dioses por el consejo de Noemí (tremenda consejera espiritual, ¿no?). Pero también el corazón de Rut afirmó su convicción de fe, y tomó una decisión que cambiaría totalmente su vida, renunciando a su país, a su familia y a sus dioses, proclamando con sus palabras que ella era una sierva del Dios viviente, ante una estupefacta Noemí.
=== Las decisiones de fe tienen una confesión sincera, y un caminar que la activa y la hace efectiva, proyectándose en el término de la distancia hasta el lugar que se habrá de heredar, fijando una posición, un andar y un destino. El llanto que se derramara temiendo la separación y el definitivo adiós, pasó a ser una dual compañía que intercambiara pareceres durante el trámite del viaje a pie hasta la zona belenita. La amargura en Noemí la hizo una mujer silenciosa y taciturna, y Rut tuvo que hacer uso de toda su fe para caminar con ella hasta llegar a Belén, donde Noemí daría rienda suelta a todo su pesar, asumiendo que Dios la tenía contra ella, habiéndola devuelto a su tierra con las manos vacías, y sin la apreciada compañía de sus tres varones: Elimelec, Mahlón y Quelión. Rut no estaba dispuesta a dejarse morir, y salió a buscar un trabajo que las sostuviera a ambas, poseyendo en ese momento mucha más fe que su suegra, tanto así, que el Señor le permitió despertar en ella todas aquellas ventajas que hubiera olvidado con su tristeza y su pesar, y que componían la realidad espiritual, anímica y social que la devolviera al plano de la esperanza cuando escucho el nombre de su pariente redentor: Booz. Ello la hizo nuevamente consciente del divino favor, y sus ojos brillaron de nuevo como cuando vivía su familia, teniendo en ello una positiva y bendita experiencia que la hiciera ver el futuro con una gloriosa esperanza. Noemí se despertó al plano de la soberanía divina, y aquella moabita había sido el instrumento usado por el Señor para que todas las cosas cobraran un nuevo fulgor, un sentido diferente y glorioso, y se avizoraran las cosas conforme a la divina realización de la voluntad Paterna.
=== Booz se había resignado a morir sin una descendencia, Noemí se había abandonado a sí misma, entregándose a la depresión y la amargura; pero había una persona que no se había rendido, y que confiaba en la divina intervención escribiendo una historia diferente para la familia de Elimelec, constituyéndose en un instrumento divino para traer uno de los predecesores del rey David. ¡Este fue un faenón divino para hacer notoria su gracia!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 28/05/2018 MENSAJE # 2513.
DIOS SABE ENJUGAR LAS LÁGRIMAS DE LOS QUE LLORAN, TENDER SU MANO ANTE QUIENES SE ARREPIENTEN, Y DISPONER LO MEJOR PARA QUIENES SE ESPERANZAN Y REFUGIAN EN ÉL. uN PAÑUELO, UNA MANO AMIGA, UN FUTURO GLORIOSO ESTÁN DELANTE DE TI.
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