LIMA - PERÚ LUNES 22 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2501
DEUTERONOMIO 6:3-7.
"Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Yahweh el Dios de tus padres. Oye, Israel: Yahweh nuestro Dios, Yahweh uno es. Y amarás a Yahweh tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy estarán estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes".
=== Los mandamientos divinos tenían ese nombre porque implicaban un imperativo sobre las mentes y conciencias de las personas. No eran meras sugerencias o vacilantes posibilidades; sino aquello de lo cual dependería la existencia y comunión con la Deidad. Todo lo que habría de hacerse, tendría en ello su eje, como lo fuera el árbol de la vida allá en Edén. Estos eran los principios que forjarían la identidad del pueblo hebreo, haciéndolos singulares entre el género humano. Y así como los soldados aprenden, y son entrenados y preparados para guerrear; así también el pueblo de Dios tiene que adecuarse a los principios divinos forjando con ello una rectitud de carácter y de conducta que compusieran su justicia y su santidad. Aquello que sería su estilo de vida, había de penetrar en ellos hasta una total integración, fusionándose con ellos en su tripartita naturaleza: espíritu, alma y cuerpo. Nótese como el Padre elige que debe andarse en ello hasta por tres generaciones, de modo que se forje un MEMORIAL, y esto fije y compacte el futuro y el destino de la nación elegida. La prolongación de los días es el resultado de apegarse a los testimonios, aprenderlos, aceptarlos, y vivir en ellos, haciendo surgir la vida misma en el sentido que Dios la propone.
=== La palabra OYE, aparece dos veces, la primera, es una instancia a guardarse de hacer cosas particulares, ajenas e inconexas al panorama relacional correspondiente. La operatividad misma surge del poner por obra los estatutos y mandamientos que llegan como prioridades para ser obedecidas plenamente, resultando con ello una continuidad trigeneracional con un estilo de vida que los caracteriza, forjando la piedad como un estándar que haga notoria la vida regulada en armonía con los principios divinos, proclamando la naturaleza del Redentor y el Forjador de esta nueva estirpe, que mostrará la obra divina realizada en sus fueron internos, obedecida anímicamente, y consolidada en la forma de ser, de vestir, de hablar, de andar, etc. El segundo OYE, estará marcando la UNIDAD Y UNICIDAD DE DIOS PADRE, focalizando nuestro entendimiento, nuestra percepción y nuestra relación con la única Deidad, llamándonos a una relación célico-pedestre que nos envolvería en una real comprensión de nuestra bendita y exaltada posición como gente de la que ya el Padre se ha posesionado y con la cual está totalmente comprometido, forjando una raza de singulares individualidades, haciéndose uno con ellos en principios y prácticas.
=== A partir de ese momento, y debido a que el amor está sujeto al sentir particular de cada uno, el Padre direcciona ese maravilloso afecto hacia su persona, ordenando que nuestro ser integral se asocie con él de un modo tripartito: (1) Corazón (aquí equivale al espíritu humano); (2) Alma (todo su fuero personal); y (3) Tus fuerzas (implicando la integridad corpórea); ubicándolas en una sola dirección, en una fuerza trina que define el accionar y que sigue el intento desde una perspectiva célico-pedestre que agrade a la Deidad. Cuando el Señor dice que estas palabras estén en el corazón (encima del cual están las coronarias) quiere indicar que el mismo ritmo al respirar le otorgue a Dios cada uno de sus latidos, y que ese palpitar glorifique su obra en cada siervo suyo; y todo ello es figura de la intimidad que cada creyente tiene con el Señor. Al compartirlo con su prole, el espíritu de paternidad ha llegado a entender que ello es lo mejor que se le puede dar a los descendientes, volcando en ello todos los beneficios espirituales-anímicos-corporales que han llegado a ser un sentir gravitacional en el creyente, habiéndose convertido ello en su idioma, en aquello que lo ocupa al estar en casa en el plano familiar diario, al andar en compañía de otros (parientes o amistades); al acostarse (cubriéndose durante el sueño y disponiéndose para escuchar o tener contacto con la Deidad aun en su inconsciencia); y al levantarse (con el gozo de la vida impartida durante su reposo).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/05/2018 MENSAJE # 2501
"Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Yahweh el Dios de tus padres. Oye, Israel: Yahweh nuestro Dios, Yahweh uno es. Y amarás a Yahweh tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy estarán estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes".
=== Los mandamientos divinos tenían ese nombre porque implicaban un imperativo sobre las mentes y conciencias de las personas. No eran meras sugerencias o vacilantes posibilidades; sino aquello de lo cual dependería la existencia y comunión con la Deidad. Todo lo que habría de hacerse, tendría en ello su eje, como lo fuera el árbol de la vida allá en Edén. Estos eran los principios que forjarían la identidad del pueblo hebreo, haciéndolos singulares entre el género humano. Y así como los soldados aprenden, y son entrenados y preparados para guerrear; así también el pueblo de Dios tiene que adecuarse a los principios divinos forjando con ello una rectitud de carácter y de conducta que compusieran su justicia y su santidad. Aquello que sería su estilo de vida, había de penetrar en ellos hasta una total integración, fusionándose con ellos en su tripartita naturaleza: espíritu, alma y cuerpo. Nótese como el Padre elige que debe andarse en ello hasta por tres generaciones, de modo que se forje un MEMORIAL, y esto fije y compacte el futuro y el destino de la nación elegida. La prolongación de los días es el resultado de apegarse a los testimonios, aprenderlos, aceptarlos, y vivir en ellos, haciendo surgir la vida misma en el sentido que Dios la propone.
=== La palabra OYE, aparece dos veces, la primera, es una instancia a guardarse de hacer cosas particulares, ajenas e inconexas al panorama relacional correspondiente. La operatividad misma surge del poner por obra los estatutos y mandamientos que llegan como prioridades para ser obedecidas plenamente, resultando con ello una continuidad trigeneracional con un estilo de vida que los caracteriza, forjando la piedad como un estándar que haga notoria la vida regulada en armonía con los principios divinos, proclamando la naturaleza del Redentor y el Forjador de esta nueva estirpe, que mostrará la obra divina realizada en sus fueron internos, obedecida anímicamente, y consolidada en la forma de ser, de vestir, de hablar, de andar, etc. El segundo OYE, estará marcando la UNIDAD Y UNICIDAD DE DIOS PADRE, focalizando nuestro entendimiento, nuestra percepción y nuestra relación con la única Deidad, llamándonos a una relación célico-pedestre que nos envolvería en una real comprensión de nuestra bendita y exaltada posición como gente de la que ya el Padre se ha posesionado y con la cual está totalmente comprometido, forjando una raza de singulares individualidades, haciéndose uno con ellos en principios y prácticas.
=== A partir de ese momento, y debido a que el amor está sujeto al sentir particular de cada uno, el Padre direcciona ese maravilloso afecto hacia su persona, ordenando que nuestro ser integral se asocie con él de un modo tripartito: (1) Corazón (aquí equivale al espíritu humano); (2) Alma (todo su fuero personal); y (3) Tus fuerzas (implicando la integridad corpórea); ubicándolas en una sola dirección, en una fuerza trina que define el accionar y que sigue el intento desde una perspectiva célico-pedestre que agrade a la Deidad. Cuando el Señor dice que estas palabras estén en el corazón (encima del cual están las coronarias) quiere indicar que el mismo ritmo al respirar le otorgue a Dios cada uno de sus latidos, y que ese palpitar glorifique su obra en cada siervo suyo; y todo ello es figura de la intimidad que cada creyente tiene con el Señor. Al compartirlo con su prole, el espíritu de paternidad ha llegado a entender que ello es lo mejor que se le puede dar a los descendientes, volcando en ello todos los beneficios espirituales-anímicos-corporales que han llegado a ser un sentir gravitacional en el creyente, habiéndose convertido ello en su idioma, en aquello que lo ocupa al estar en casa en el plano familiar diario, al andar en compañía de otros (parientes o amistades); al acostarse (cubriéndose durante el sueño y disponiéndose para escuchar o tener contacto con la Deidad aun en su inconsciencia); y al levantarse (con el gozo de la vida impartida durante su reposo).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/05/2018 MENSAJE # 2501
EL CUIDADO DEL PADRE PARA QUE SUS ESCOGIDOS LE ADOREN EN ESPÍRITU Y VERDAD, DEBE HABLAR MUY FUERTE A NUESTROS CORAZONES, EL PUEBLO CRISTIANO DEBE AVIVAR SU PANORAMA RELACIONAL ADORANDO A YAHWEH EN LA HERMOSURA DE LA SANTIDAD.
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