LIMA - PERÚ VIERNES 11 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2479
TERCERA DE JUAN 1-6.
"El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje".
=== Las cartas personales (misivas muy breves de Juan con sus coadjutores regionales señalando puntos básicos), ilustran para nosotros las comunicaciones intereclesiales, y el porqué de las mismas. El primer siglo estuvo lleno de cosas gloriosas a través de los apóstoles fundacionales, y de los siervos de Dios que se prestaron para que todo el ministerio itinerante tuviera las comodidades del caso, y cubrieran su servicio al pueblo de Dios del modo más óptimo. Los hogares de estas personas se convirtieron en tambos, en refugios para los ministros a los que Dios enviara con el mensaje del reino de Dios por doquier; y le tocó a Juan el verlo, observando el regio fluir en las nuevas generaciones; no apoyando el espíritu aventurero de quienes se creían ser algo, y que argüían ser siervos de Dios, y que no alcanzaran el estándar ideal para el servicio comunicacional apostólico como propagadores del reino divino con las pruebas indubitables con las que Dios corroborara el ministerio itinerante. El llamamiento y los dones son irrevocables, pues Dios no se equivoca al compartirlos. Si hubiere entre aquellas personas que fluyen a nivel ministerial una falla; ya fuera trivial o garrafal; no culpemos a Dios por ello, porque el delirio es propio de seres humanos inmaduros, y si bien el don sigue siendo espiritual por origen y sazón, ello puede no haber afectado en su totalidad el corazón, la mente y la vida de los portadores, quienes pueden torcer los designios de los dones o las dotaciones con los que fueran bendecidos, y el mismísimo Pablo nos comparte: "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente... para que no me enaltezca sobremanera" (2Co.12:7). Nuestra vulnerabilidad, consentida por el engaño o la vanidad típica del noviciado, debe ser sujetada al espiritual fluir del Paracleto, de modo que actuemos cabalmente, y no en forma desproporcionada.
=== Gayo, era un discípulo de Juan, y abrió su corazon y su casa para albergar fraternalmente a sus hermanos en Cristo que fluían en la obra evangelística, siendo su hogar una sede obligada para todo siervo de Dios que por allí pasara trabajando para el Señor. Gayo no solamente fue un hermano hospitalario, sino también un buen siervo de Dios con un testimonio óptimo como tal, certificado el mismo por los hermanos itinerantes, y por el apóstol mismo, quien se sintiera ufano por el fraterno accionar de este hermano en Cristo, elemento valiosísimo que tanto contribuyera para que el reino se viabilizara, tanto en lo material como en lo espiritual, Para Juan, la estabilidad espiritual, anímica y física de Gayo, era de importancia vital, y lo tenía presente en sus oraciones y peticiones al Padre, y de cómo Gayo se había identificado con la sana doctrina, algo que Juan calificara como TU VERDAD; y esto solamente se da cuando el andar de un siervo converge plenamente con la voluntad divina, recibiendo su aprobación, procediendo la autoridad apostólica al cabal reconocimiento del divinal fluir en algún siervo, y este era el caso con Gayo. El andar en la verdad es semejante al andar marcial de quien sirve a su nación en alguna entidad militar (ejército, marina o aviación), notándose a cada paso su nivel de adiestramiento, habiendo convertido su andar en una disciplina que no olvidará jamás.
=== Fue esa disciplina lo que hizo del servicio de Gayo a todos los santos que por allí pasaran, un deleite para los tales, tanto en la tertulia como en el meditar profundo, haciendo que la comunión con todo el ministerio fuera para él de provecho, y probando, de paso, a aquellas personas en su realidad ministerial. El hospitalario Gayo, no sólo se preocupaba del bienestar corporal de sus ilustres invitados; sino que también los ayudaba económicamente, de modo que nada les faltara en sus desplazamientos hacia donde Dios los dirigiera. ¿Era rico? ¡No!; pero era alguien a quien Dios bendecía para poder hacer todo esto, y estamos seguros que, en la gloria, Dios le ha recompensado como él se merece.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 11/05/2018 MENSAJE # 2479.
LOS MINISTROS DE AYUDAS NO SON ARTÍCULOS DE SEGUNDA, SINO ELEMENTOS IMPORTANTES PARA MANTENER EL OFICIO ITINERANTE FUNCIONANDO SIN PAUSA TRAYENDO BENDICIÓN A SUS LOCALIDADES, Y DANDO POSADA A LOS QUE VIENEN DE LEJOS, POSIBILITANDO UN MEJOR SERVICIO. RECONOZCAMOS A LOS TALES.
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