LIMA - PERÚ JUEVES 24 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2505
JOSUÉ 7:1-6.
"Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi... de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Yahweh se encendió contra los hijos de Israel. Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron la tierra. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos. Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai, y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Yahweh hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas".
=== El episodio de la conquista de Jericó, resultó sin duda glorioso, pero las advertencias divinas respecto al anatema y sus consecuencias valieron menos que la codicia de un miembro de la tribu de Judá: Acán. Éste asumió que las advertencias divinas no debían ser tomadas en cuenta si aquello que le resultara tentador e interesante pudiera ser más importante para su satisfacción personal; aunque hubiera que sacrificar a otros por su causa; y premunido de ese pensamiento, prevaricó contra la Deidad, llevando a la muerte a otros treinta y seis, y trayendo maldición sobre el campamento israelita, y truncando su futuro en lo relacionado a su herencia. La visión corporativa del pueblo de Dios no puede ser soslayada; somos una familia en el Señor y su terrena representación, obedeciendo continua e inalterablemente sus consignas para obtener nuestra plural y singular felicidad. Todos, menos Acán, lo entendieron así; pero este solo hombre definió el sino de los demás, y su acción truncó la victoria y el triunfo de los tales. Sí, se conquistó Jericó, pero se sacrificó la perspectiva divina, y se anuló todo lo inherente a la herencia; tanto así, que cuando Josué y los ancianos se postraron sobre sus rostros, totalmente aturdidos por los resultados que estaban viendo, hicieron una serie de suposiciones que asumieron hasta un engaño divinal, una trampa que los constituyera en víctimas de los habitantes del territorio que Yahweh les diera en calidad de herencia (Veanse los versos 7 al 9).
=== Si nos perfilamos por la misma senda, habríamos de preguntarnos: ¿Cuál es el primer pensamiento que llena nuestras mentes y corazones frente al fracaso, sin una aparente razón inherente? ¡Culpar a Dios! Y el Padre se molestó porque no se fue a su presencia esperando una respuesta a lo que hubiera sido una lógica pregunta. Lo que hubo, fue una directa acusación a la Deidad, preguntando una vez más ¿Por qué los había llevado hasta esa situación? ¿por qué los entregaba así en manos de los cananeos? ¿para que los destruyeran? Y así el caudillo, sintiéndose personalmente responsable, inquiría qué podía hacer ya que Israel había dado la espalda delante de sus enemigos, y luego, cual un anticipado Elías tisbita le refirió el 'qué dirán' los cananeos y los moradores de la tierra, quienes los rodearían y borrarían su nombre de la tierra, y qué iba a hacer Dios sin un ejército que luchara por él. Observa detalladamento el razonamiento de Josué, y él estaba hablando como lo hicieran aquellos rebeldes que definirían el volver a Egipto, buscando un capitán que los guiara para retornar al destruido horno de hierro. ¿No había en él otro espíritu? Notemos como, frente a las crisis, nuestras actitudes nos llevan a actuar impensadamente, y el Padre tiene que ponernos en antecedentes para que dejemos de ser profanos e irreverentes.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/05/2018 MENSAJE # 2505
"Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi... de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Yahweh se encendió contra los hijos de Israel. Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron la tierra. Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos. Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai, y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Yahweh hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas".
=== El episodio de la conquista de Jericó, resultó sin duda glorioso, pero las advertencias divinas respecto al anatema y sus consecuencias valieron menos que la codicia de un miembro de la tribu de Judá: Acán. Éste asumió que las advertencias divinas no debían ser tomadas en cuenta si aquello que le resultara tentador e interesante pudiera ser más importante para su satisfacción personal; aunque hubiera que sacrificar a otros por su causa; y premunido de ese pensamiento, prevaricó contra la Deidad, llevando a la muerte a otros treinta y seis, y trayendo maldición sobre el campamento israelita, y truncando su futuro en lo relacionado a su herencia. La visión corporativa del pueblo de Dios no puede ser soslayada; somos una familia en el Señor y su terrena representación, obedeciendo continua e inalterablemente sus consignas para obtener nuestra plural y singular felicidad. Todos, menos Acán, lo entendieron así; pero este solo hombre definió el sino de los demás, y su acción truncó la victoria y el triunfo de los tales. Sí, se conquistó Jericó, pero se sacrificó la perspectiva divina, y se anuló todo lo inherente a la herencia; tanto así, que cuando Josué y los ancianos se postraron sobre sus rostros, totalmente aturdidos por los resultados que estaban viendo, hicieron una serie de suposiciones que asumieron hasta un engaño divinal, una trampa que los constituyera en víctimas de los habitantes del territorio que Yahweh les diera en calidad de herencia (Veanse los versos 7 al 9).
=== Si nos perfilamos por la misma senda, habríamos de preguntarnos: ¿Cuál es el primer pensamiento que llena nuestras mentes y corazones frente al fracaso, sin una aparente razón inherente? ¡Culpar a Dios! Y el Padre se molestó porque no se fue a su presencia esperando una respuesta a lo que hubiera sido una lógica pregunta. Lo que hubo, fue una directa acusación a la Deidad, preguntando una vez más ¿Por qué los había llevado hasta esa situación? ¿por qué los entregaba así en manos de los cananeos? ¿para que los destruyeran? Y así el caudillo, sintiéndose personalmente responsable, inquiría qué podía hacer ya que Israel había dado la espalda delante de sus enemigos, y luego, cual un anticipado Elías tisbita le refirió el 'qué dirán' los cananeos y los moradores de la tierra, quienes los rodearían y borrarían su nombre de la tierra, y qué iba a hacer Dios sin un ejército que luchara por él. Observa detalladamento el razonamiento de Josué, y él estaba hablando como lo hicieran aquellos rebeldes que definirían el volver a Egipto, buscando un capitán que los guiara para retornar al destruido horno de hierro. ¿No había en él otro espíritu? Notemos como, frente a las crisis, nuestras actitudes nos llevan a actuar impensadamente, y el Padre tiene que ponernos en antecedentes para que dejemos de ser profanos e irreverentes.
=== Todo lo que pasara en Josué 7:1-5 tenía una explicación. Y Josué había escuchado el consejo de sus espías, los cuales asumieron que bastaría un diminuto batallón para conquistar la ciudad de Hai; y sin decir más se envió a tres mil soldados a morder el polvo de la derrota, y a treinta y seis de ellos directamente a la muerte. Era, pues, evidente que algo había pasado, y ello tendría directa relación con una desobediencia al orden divino, o al haber tomado parte del anatema; lo cual sellaría a la nación hebrea haciéndoles totalmente vulnerables ante sus enemigos, no pudiendo enfrentarlos, y volviendo las espaldas ante ellos; porque al tomar del anatema, todo el campamento como un solo hombre había sido contaminado, marcando la ausencia divina mientras que tal asunto no fuera arreglado a su sazón. ¿Nos están pasando cosas extrañas? ¿Nuestros negocios se están viendo trabados, impedidos o frustros? ¿Todo nos sale mal? ¿Se nos ha oscurecido el horizonte espiritual, sensorial o financiero? Los vestidos rotos, el polvo en la cabeza, el llanto compulsivo, la queja, la acusación, y la consiguiente e hipotética vergüenza divina; ¡NO TRAERÁN LA RESPUESTA? El presentarnos delante de Dios buscando la instrucción correspondiente sobre lo acontecido, ¡Sí! Y cuando el Padre nos diga que nos deshagamos de anatema, no dudemos al respecto, siguiendo el resto de la ruta muy apegados al testimonio divino y su guianza.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/05/2018 MENSAJE # 2505
LA UNIDAD DE LA NACIÓN, LA DE LA FAMILIA DE DIOS, LA DE LA IGLESIA DE DIOS, LA DEL CUERPO DE CRISTO, NOS HA CONVERTIDO EN UNA UNIDAD PLURAL (POR SUS COMPONENTES), Y SINGULAR (PORQUE TODOS HEMOS SIDO HECHOS UNO EN CRISTO JESÚS). SEAMOS SOLIDARIOS EN EL FLUIR Y LA RESPONSABILIDAD.
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