LIMA - PERÚ JUEVES 10 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2477
ZACARÍAS 1:9-14, 16-17.
"Entonces dije: ¿Qué son estos señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos. Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que Yahweh ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel ángel de Yahweh que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel de Yahweh y dijo: Oh Yahweh de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Yahweh respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion... Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia, en ella será edificada mi casa, dice Yahweh de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Yahweh de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Yahweh a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén".
=== El profeta Zacarías inicia su carga profética recordando todo lo acontecido con los ascendientes de los judíos, y cómo ellos después de su terca actitud fueron castigados conforme a la palabra profética que los oráculos divinos pronunciaran en aquel entonces. Y si bien ellos habían muerto, cada palabra que saliera de sus bocas tuvo un preciso cumplimiento, y el reconocimiento de ellos está escrito en el verso 6 del capítulo 1. Las catastróficas consecuencias de aquel entonces no debían ser la constante entre los descendientes de ellos, los cuales estaban destinados a ver la cabal restauración de Jerusalén, tal como veremos en los siguientes párrafos. La visión de los caballos que recorren la tierra, atrae la atención del profeta, quien inquiere sobre el particular con su interlocutor angelical (Una teofanía, al parecer), sobre el por qué los tales hacen ese recorrido, los cuales habrían de mostrar al profeta el análisis que el Padre hace para continuar haciendo su voluntad sin ninguna obstrucción, y estableciendo lo que sigue a continuación para ser obrado en pos del cumplimiento de su propósito, pues su ira ya estaba satisfecha, y era el tiempo de mostrar su misericordia. Por eso el ángel interlocutor le hace al Padre la pregunta sobre el destino de la casta habraica, la cual ya había cumplido sus siete décadas de castigo, debiendo retornar a su arraigo territorial para la plena restauración nacional. Estando presente Zacarías, pudo oír las palabras que Yahweh hablara con su representante angelical, dándole palabras que significaran un gran consuelo para el hijo de Berequías y nieto de Iddo.
=== La referencia divinal se inicia con una gran declaración del amor del Padre para la nación escogida, la cual podría traducirse también como: "Amé con gran amor a Jerusalén y a Sion", y lo del asunto del celo divino corresponde a un amor ofendido y traicionado, el cual buscara la justa vindicación, proveniendo de ello el castigo que se le aplicara a la nación escogida. Y no fue sino hasta que la ira divina fue satisfecha, que él se volvió con amor y con una santa disposición para restaurar totalmente a la nación escogida, comenzando desde la capital hasta sus extremos en los cuatro puntos cardinales. Aquellas naciones que sirvieran como instrumento para mostrar la ira divina, no fueron los adecuados intérpretes de su sacra sazón, abusando de la permisividad divina, y teniendo el descaro de reposar en sus maldades como si hubieran sido los correctos opresores de una nación que quebrantara la ley, haciendo justicia; habiendo la necesidad de tratar con ellas sobre el particular, mas teniendo para Judá un intento muy específico para restaurar a la nación hebraica al lugar de gloria que Dios les asignara en su momento. El enojo divino tiene su por qué, y tiene su duración sobre la base de sus determinaciones, recordando siempre que Dios no tiene por inocente al culpable. Mas el verso 16, expone el sentir del Dios Altísimo: "Yo me he vuelto a Jerusalén (la capital del reino judaico) CON MISERICORDIA" (Esta no habla de su valoración, sino de su bondad inmerecida o gracia, aplicada al pueblo judío para la continuidad de su propósito en el ciclo de las edades), y Dios Padre la ubica como su domicilio particular, y como su cuartel general para las operaciones a futuro. La plomada divina halla en Jerusalén su punto exacto de coincidencia edificadora, y es por eso que Israel la demanda, solicita y exige para sí; mientras los usurpadores filisteos, o falsos palestinos, la quieren para sí.
=== El oráculo profético, expresado en un clamor, hace su vaticinio sobre el glorioso futuro nacional, donde la bendición divinal se observará de tal modo, que nadie pueda dudar de que la voluntad divina se manifiesta en la nación escogida, la cual en su restauración cuenta con todo el favor del Padre, el cual se dedicará a consolar a la nación hebraica mostrándole su amor a manos llenas, hasta hacerlos plenamente conscientes de su elección como nación ungida, elegida y bendecida.
"Entonces dije: ¿Qué son estos señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos. Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que Yahweh ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel ángel de Yahweh que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel de Yahweh y dijo: Oh Yahweh de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Yahweh respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion... Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia, en ella será edificada mi casa, dice Yahweh de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Yahweh de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Yahweh a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén".
=== El profeta Zacarías inicia su carga profética recordando todo lo acontecido con los ascendientes de los judíos, y cómo ellos después de su terca actitud fueron castigados conforme a la palabra profética que los oráculos divinos pronunciaran en aquel entonces. Y si bien ellos habían muerto, cada palabra que saliera de sus bocas tuvo un preciso cumplimiento, y el reconocimiento de ellos está escrito en el verso 6 del capítulo 1. Las catastróficas consecuencias de aquel entonces no debían ser la constante entre los descendientes de ellos, los cuales estaban destinados a ver la cabal restauración de Jerusalén, tal como veremos en los siguientes párrafos. La visión de los caballos que recorren la tierra, atrae la atención del profeta, quien inquiere sobre el particular con su interlocutor angelical (Una teofanía, al parecer), sobre el por qué los tales hacen ese recorrido, los cuales habrían de mostrar al profeta el análisis que el Padre hace para continuar haciendo su voluntad sin ninguna obstrucción, y estableciendo lo que sigue a continuación para ser obrado en pos del cumplimiento de su propósito, pues su ira ya estaba satisfecha, y era el tiempo de mostrar su misericordia. Por eso el ángel interlocutor le hace al Padre la pregunta sobre el destino de la casta habraica, la cual ya había cumplido sus siete décadas de castigo, debiendo retornar a su arraigo territorial para la plena restauración nacional. Estando presente Zacarías, pudo oír las palabras que Yahweh hablara con su representante angelical, dándole palabras que significaran un gran consuelo para el hijo de Berequías y nieto de Iddo.
=== La referencia divinal se inicia con una gran declaración del amor del Padre para la nación escogida, la cual podría traducirse también como: "Amé con gran amor a Jerusalén y a Sion", y lo del asunto del celo divino corresponde a un amor ofendido y traicionado, el cual buscara la justa vindicación, proveniendo de ello el castigo que se le aplicara a la nación escogida. Y no fue sino hasta que la ira divina fue satisfecha, que él se volvió con amor y con una santa disposición para restaurar totalmente a la nación escogida, comenzando desde la capital hasta sus extremos en los cuatro puntos cardinales. Aquellas naciones que sirvieran como instrumento para mostrar la ira divina, no fueron los adecuados intérpretes de su sacra sazón, abusando de la permisividad divina, y teniendo el descaro de reposar en sus maldades como si hubieran sido los correctos opresores de una nación que quebrantara la ley, haciendo justicia; habiendo la necesidad de tratar con ellas sobre el particular, mas teniendo para Judá un intento muy específico para restaurar a la nación hebraica al lugar de gloria que Dios les asignara en su momento. El enojo divino tiene su por qué, y tiene su duración sobre la base de sus determinaciones, recordando siempre que Dios no tiene por inocente al culpable. Mas el verso 16, expone el sentir del Dios Altísimo: "Yo me he vuelto a Jerusalén (la capital del reino judaico) CON MISERICORDIA" (Esta no habla de su valoración, sino de su bondad inmerecida o gracia, aplicada al pueblo judío para la continuidad de su propósito en el ciclo de las edades), y Dios Padre la ubica como su domicilio particular, y como su cuartel general para las operaciones a futuro. La plomada divina halla en Jerusalén su punto exacto de coincidencia edificadora, y es por eso que Israel la demanda, solicita y exige para sí; mientras los usurpadores filisteos, o falsos palestinos, la quieren para sí.
=== El oráculo profético, expresado en un clamor, hace su vaticinio sobre el glorioso futuro nacional, donde la bendición divinal se observará de tal modo, que nadie pueda dudar de que la voluntad divina se manifiesta en la nación escogida, la cual en su restauración cuenta con todo el favor del Padre, el cual se dedicará a consolar a la nación hebraica mostrándole su amor a manos llenas, hasta hacerlos plenamente conscientes de su elección como nación ungida, elegida y bendecida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/05/2018 MENSAJE # 2477
LAS INSTANCIAS DIVINAS, SIEMPRE EXACTAS Y PRECISAS EN LA CRONOMETRÍA HUMANA, DENTRO DEL CONTEXTO DE SU SOBERANA VOLUNTAD, SABRÁ DARNOS LA HORA CUANDO EL MOMENTO HAYA LLEGADO PARA ESTABLECER SU REINO, ASÍ EN NUESTROS CORAZONES, COMO EN EL MUNDO. ¡ALERTA, HERMANOS.
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