LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 02 DE MAYO DEL 2018 MENSAJE # 2461
NAHÚM 1:2-3.
"Yahweh es Dios celoso y vengador; Yahweh es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Yahweh es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Yahweh marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies".
=== El profeta Nahúm revela un oráculo para la capital de Asiria: Nínive. Aquí no hay advertencias, ni miramientos, ni ofertas de arrepentimiento; sino la irrevocable decisión divina de acabar con una de las castas más crueles que habían en la zona oriental. No había una sola ciudad, alrededor de Asiria, que no hubiera sufrido su maldad, siendo víctimas de su excesiva voracidad, criminalidad y perversidad. Y la largueza que Yahweh les mostrara a los ninivitas un siglo atrás con la predicación de Jonás, había pasado a ser un recuerdo borrado en las mentalidades de aquella nación que mirase y juzgase su actualidad a su sazón.Los malvados nunca entienden que Dios los llama al arrepentimiento, a un cambio de mentalidad y actitud que debe establecerse en sus corazones como una norma, un estilo de vida que ha de permanecer invariable, de modo que la Deidad no cambie su parecer respecto a ellos. Pero cuando se cae en esa trampa que definiremos como ARREPENTIRSE DE SU ARREPENTIMIENTO, toda la benevolencia divina, su longanimidad y paciencia llega a su fin, alcanzando un clímax, y entonces sobreviene el juicio, trayendo una justa retribución, y en este caso particular, el Señor planificó la desaparición de la casta asiria, eligiéndolos como el blanco de su ira por su impenitencia.
=== Mientras que los seres humanos tomamos represalias, excediendo el daño que se nos hiciera; el Padre sabe justipreciar las cosas, obrando con justicia bajo la ley de la proporcionalidad. De allí es que se apareciera la ley del talión: Ojo por ojo, diente por diente, etc. El Señor no promueve el abuso, y tampoco la venganza con represalias, compensando a su sazón la justicia al limitar la misma a causar el mismo estropicio o daño que se recibiera, no más. Obsérvese en el verso 2 que el Señor se venga de sus adversarios, es decir, de los que se oponen a su justiciero fluir; pero su enojo es para los que son sus enemigos jurados, y luchan contra él en todas las áreas, postulando su injusticia y su maldad como principios actuantes, no hallando satisfacción en algo menos que eso. Es debido a eso que Dios persigue la maldad generacional hasta la tercera y cuarta generación de quienes lo aborrecen. No es que Dios odie nuestra estirpe; es que nuestra estirpe odia a Dios y sus principios, y quiere imponer abusivamente sus degenerados pensamientos y su impío obrar, declarándose abiertamente como enemigos de Dios, promoviendo la maldad y el dominio de los más fuertes sobre los más débiles, asumiendo un rol de comisario sobre la tierra, e intentando colocar ese pensamiento en calidad de SENTIDO DE JUSTICIA. Los ninivitas vivieron abusando de todas las naciones circunvecinas, conquistándolas, esclavizándolas, explotándolas, intimidándolas y coactándolas a pagar un tributo, y someterse a su gobierno perverso.
=== La naturaleza de nuestro Señor y Dios es descrita, en cuanto a su sentido de la justicia, y de su aplicación, es notoria aquí en el verso 3. Lo primero, es que la ira es algo remoto y extraño en el Señor, no siendo esa actitud persistente la norma gubernativa ¡La ira no es su estándar! Su poder, omnímodo como es, no está coactando a la gente, ni intimidándola para que haga su voluntad; como en su momento lo hiciera Nabucodonosor con los tres jóvenes judíos; y Darío con Daniel; y lo hará la bestia con el remanente; ¡NUESTRO DIOS NO ES ASÍ! Su misericordia ha sido mostrada constantemente, y hasta la saciedad; pero cuando esto no es así, él no va a considerar inocente al culpable, juzgándolo según su iniquidad, y es por eso que el profeta se toma la molestia de describir la maldad de los perversos; advierte sobre la aplicación de su justicia, y el por qué esta ha llegado a su clímax; y no habiendo ya más lugar para su paciencia o piedad, el Señor aplica su justicia sin atenuantes. La tempestad y el torbellino son las manifestaciones metafóricas de su despertada cólera; y así como explota un volcán que hubiera estado dormido por mucho tiempo, así actúa el Padre contra quienes provocaron su ira, siendo el resto del capítulo primero para mostrar el cómo actúa Dios con los que le obedecen, y contra los que le aborrecen a él y sus principios.
"Yahweh es Dios celoso y vengador; Yahweh es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Yahweh es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Yahweh marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies".
=== El profeta Nahúm revela un oráculo para la capital de Asiria: Nínive. Aquí no hay advertencias, ni miramientos, ni ofertas de arrepentimiento; sino la irrevocable decisión divina de acabar con una de las castas más crueles que habían en la zona oriental. No había una sola ciudad, alrededor de Asiria, que no hubiera sufrido su maldad, siendo víctimas de su excesiva voracidad, criminalidad y perversidad. Y la largueza que Yahweh les mostrara a los ninivitas un siglo atrás con la predicación de Jonás, había pasado a ser un recuerdo borrado en las mentalidades de aquella nación que mirase y juzgase su actualidad a su sazón.Los malvados nunca entienden que Dios los llama al arrepentimiento, a un cambio de mentalidad y actitud que debe establecerse en sus corazones como una norma, un estilo de vida que ha de permanecer invariable, de modo que la Deidad no cambie su parecer respecto a ellos. Pero cuando se cae en esa trampa que definiremos como ARREPENTIRSE DE SU ARREPENTIMIENTO, toda la benevolencia divina, su longanimidad y paciencia llega a su fin, alcanzando un clímax, y entonces sobreviene el juicio, trayendo una justa retribución, y en este caso particular, el Señor planificó la desaparición de la casta asiria, eligiéndolos como el blanco de su ira por su impenitencia.
=== Mientras que los seres humanos tomamos represalias, excediendo el daño que se nos hiciera; el Padre sabe justipreciar las cosas, obrando con justicia bajo la ley de la proporcionalidad. De allí es que se apareciera la ley del talión: Ojo por ojo, diente por diente, etc. El Señor no promueve el abuso, y tampoco la venganza con represalias, compensando a su sazón la justicia al limitar la misma a causar el mismo estropicio o daño que se recibiera, no más. Obsérvese en el verso 2 que el Señor se venga de sus adversarios, es decir, de los que se oponen a su justiciero fluir; pero su enojo es para los que son sus enemigos jurados, y luchan contra él en todas las áreas, postulando su injusticia y su maldad como principios actuantes, no hallando satisfacción en algo menos que eso. Es debido a eso que Dios persigue la maldad generacional hasta la tercera y cuarta generación de quienes lo aborrecen. No es que Dios odie nuestra estirpe; es que nuestra estirpe odia a Dios y sus principios, y quiere imponer abusivamente sus degenerados pensamientos y su impío obrar, declarándose abiertamente como enemigos de Dios, promoviendo la maldad y el dominio de los más fuertes sobre los más débiles, asumiendo un rol de comisario sobre la tierra, e intentando colocar ese pensamiento en calidad de SENTIDO DE JUSTICIA. Los ninivitas vivieron abusando de todas las naciones circunvecinas, conquistándolas, esclavizándolas, explotándolas, intimidándolas y coactándolas a pagar un tributo, y someterse a su gobierno perverso.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 02/05/2018 MENSAJE # 2461
EL PROFETA NAHÚM HACE UN ESBOZO GENERAL Y PUNTUAL DE LA FORMA COMO DIOS ACTÚA CUANDO APLICA SU JUSTICIA AL HABER ACABADO TODA OFERTA DE GRACIA. LA PERSISTENCIA EN LA MALDAD, ACARREA UN JUICIO SIN ATENUENATES.
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