LIMA - PERÚ JUEVES 03 DE ABRIL DEL 2018 MENSAJE # 2463
PRIMERA DE PEDRO`1:1-5.
"Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asía y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero".
=== El apóstol Pedro, sirviéndose de Silas (Silvano) como amanuense, escribe a todos los expatriados que habían llegado a asentarse en lo que hoy es Turquía, abarcándolos en un fraternal abrazo que les mostrara quiénes eran, qué tenían y qué podían lograr en Cristo; y el cómo la GRACIA DIVINA hiciera un trabajo con pinzas, dándose el lujo de elegir entre otros tantos a los que habían de participar de la gloria pactual que haría de ellos sujetos trascendentes en sus generaciones, y por las edades. Haciendo uso de sus articulados brazos teológicos, y conforme al antelado conocimiento de todas las cosas (entiéndase presciencia), el Señor seleccionó a todos los que correspondieran al cortejo divino, y los ubicó y clasificó para transportarlos en el correr de las mismas, y ubicarlos generacionalmente en los salones de clase del Espíritu Santo, de modo que pudiera hacer de ellos cabales herederos de su gloria; y luego, el apóstol pasa a describir el cómo estas personas correspondieron al celeste llamamiento vistiéndose el traje de faena de la Obediencia y la Sumisión a su Programa Soberano, ubicándolos en aquellos lugares donde las gotas de sangre expiatoria los bañaría para santificarlos y hacerlos dignos de la redención que la gracia teledirigiera para empaparlos de Cristo Jesús hasta ser sumergidos y llenados de él. A éstos es a quienes la gracia y la paz se les multiplican a la sazón divina. Si alguna vez hemos visto el accionar de las máquinas envasadoras, actuando sistemática y ordenadamente al disponer la ubicación de cada botella, envoltura o sachet, así procedió el Padre con ellos y con nosotros, llegando a nuestro destino con una precisión sorprendente, y con una tarea específica, dando al Señor el resultado apetecido, confirmando su voluntad.
=== Aquellos que hemos sido bendecidos por el Padre eterno, nuestro Señor y Dios, podemos gozarnos en su gran misericordia que nos hiciera nacer de nuevo con UNA ESPERANZA VIVA que nos fuera comunicada con la vida de resurrección que Jesús nos impartiera como vida genérica, ubicándonos en el contexto de la trascendencia en la que él se ubicara al salir de la tumba, para luego ascender a la gloria llevando consigo a los prisioneros de esperanza, invitádonos a todos los que hemos nacido de nuevo a participar de la gloria en virtud del obrar del Paracleto. El nivel de nuestra herencia nos es referida en tres perspectivas:
(1) Una herencia incorruptible.- que no se puede pudrir o corromper, mostrándonos una naturaleza que no cambia, que no pierde su esencia, que es inalterable, que permanece incólume en el correr de los tiempos, y que la muerte no podrá deteriorar.
(2) Una herencia incontaminada.- Nada puede hacer el enemigo por contaminar o pervertir su naturaleza pura, ensuciarla o mancharla, cambiando su apariencia, envileciéndola así.
(3) Una herencia inmarcesible.- Que no se aja, que no se marchita, que no empalidece ni se oxida, guardando su lozanía de siempre, manteniéndose incólume a través del tiempo.
Y en la zona celeste hay estos presentes para nosotros que ya llevan nuestros nombres desde antes que el mundo fuese, teniendo los nombres de los destinatarios para cuando éstos se apropien de los mismos.
=== En el inmenso salón de exhibición, allá en la patria celestial, figuran nuestras herencias como en una ofrenda floral que llegará a nuestras manos, envueltas en un celofán celestial; y el Señor les dijo a los setenta que su regocijo debía ser por esa causa, y no porque los demonios se les sujetaran. Lo primero, es una gloria compartida que nos torna humildes por estar anotado junto con muchos otros; lo segundo, puede llevarnos a la vanagloria, como todo lo que es terrenal. Nuestra fe ha de reposar en las afirmaciones divinas, y nunca en nuestras jactancias. Nuestra fe ha de crecer hasta llegar a la plenitud, hasta alcanzar el tercer nivel del panorama salvífico, en que la obra divina es manifestada: 1) Salvo de la condenación; 2) Salvo del hábito y del dominio del pecado; 3) Salvo al ser plenamente conformado a la imagen del Señor, alcanzando el nivel de los Herederos de Dios, los cuales son conocidos como LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO. El día postrero se vestirá de gloria, vistiendo de su divino esplendor a sus hijos amados.
"Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asía y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero".
=== El apóstol Pedro, sirviéndose de Silas (Silvano) como amanuense, escribe a todos los expatriados que habían llegado a asentarse en lo que hoy es Turquía, abarcándolos en un fraternal abrazo que les mostrara quiénes eran, qué tenían y qué podían lograr en Cristo; y el cómo la GRACIA DIVINA hiciera un trabajo con pinzas, dándose el lujo de elegir entre otros tantos a los que habían de participar de la gloria pactual que haría de ellos sujetos trascendentes en sus generaciones, y por las edades. Haciendo uso de sus articulados brazos teológicos, y conforme al antelado conocimiento de todas las cosas (entiéndase presciencia), el Señor seleccionó a todos los que correspondieran al cortejo divino, y los ubicó y clasificó para transportarlos en el correr de las mismas, y ubicarlos generacionalmente en los salones de clase del Espíritu Santo, de modo que pudiera hacer de ellos cabales herederos de su gloria; y luego, el apóstol pasa a describir el cómo estas personas correspondieron al celeste llamamiento vistiéndose el traje de faena de la Obediencia y la Sumisión a su Programa Soberano, ubicándolos en aquellos lugares donde las gotas de sangre expiatoria los bañaría para santificarlos y hacerlos dignos de la redención que la gracia teledirigiera para empaparlos de Cristo Jesús hasta ser sumergidos y llenados de él. A éstos es a quienes la gracia y la paz se les multiplican a la sazón divina. Si alguna vez hemos visto el accionar de las máquinas envasadoras, actuando sistemática y ordenadamente al disponer la ubicación de cada botella, envoltura o sachet, así procedió el Padre con ellos y con nosotros, llegando a nuestro destino con una precisión sorprendente, y con una tarea específica, dando al Señor el resultado apetecido, confirmando su voluntad.
=== Aquellos que hemos sido bendecidos por el Padre eterno, nuestro Señor y Dios, podemos gozarnos en su gran misericordia que nos hiciera nacer de nuevo con UNA ESPERANZA VIVA que nos fuera comunicada con la vida de resurrección que Jesús nos impartiera como vida genérica, ubicándonos en el contexto de la trascendencia en la que él se ubicara al salir de la tumba, para luego ascender a la gloria llevando consigo a los prisioneros de esperanza, invitádonos a todos los que hemos nacido de nuevo a participar de la gloria en virtud del obrar del Paracleto. El nivel de nuestra herencia nos es referida en tres perspectivas:
(1) Una herencia incorruptible.- que no se puede pudrir o corromper, mostrándonos una naturaleza que no cambia, que no pierde su esencia, que es inalterable, que permanece incólume en el correr de los tiempos, y que la muerte no podrá deteriorar.
(2) Una herencia incontaminada.- Nada puede hacer el enemigo por contaminar o pervertir su naturaleza pura, ensuciarla o mancharla, cambiando su apariencia, envileciéndola así.
(3) Una herencia inmarcesible.- Que no se aja, que no se marchita, que no empalidece ni se oxida, guardando su lozanía de siempre, manteniéndose incólume a través del tiempo.
Y en la zona celeste hay estos presentes para nosotros que ya llevan nuestros nombres desde antes que el mundo fuese, teniendo los nombres de los destinatarios para cuando éstos se apropien de los mismos.
=== En el inmenso salón de exhibición, allá en la patria celestial, figuran nuestras herencias como en una ofrenda floral que llegará a nuestras manos, envueltas en un celofán celestial; y el Señor les dijo a los setenta que su regocijo debía ser por esa causa, y no porque los demonios se les sujetaran. Lo primero, es una gloria compartida que nos torna humildes por estar anotado junto con muchos otros; lo segundo, puede llevarnos a la vanagloria, como todo lo que es terrenal. Nuestra fe ha de reposar en las afirmaciones divinas, y nunca en nuestras jactancias. Nuestra fe ha de crecer hasta llegar a la plenitud, hasta alcanzar el tercer nivel del panorama salvífico, en que la obra divina es manifestada: 1) Salvo de la condenación; 2) Salvo del hábito y del dominio del pecado; 3) Salvo al ser plenamente conformado a la imagen del Señor, alcanzando el nivel de los Herederos de Dios, los cuales son conocidos como LOS SANTOS DEL ALTÍSIMO. El día postrero se vestirá de gloria, vistiendo de su divino esplendor a sus hijos amados.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/05/2018 MENSAJE # 2463.
EL APÓSTOL PEDRO NOS DA UNA VISIÓN PANORÁMICA DE NUESTRA SALVACIÓN, Y NOS MUESTRA CÓMO EL CORAZÓN DE DIOS NOS TUVO PRESENTES DESDE ANTES QUE EL MUNDO FUESE, Y EL TRABAJO QUE SE HA TOMADO PARA COLOCARNOS A TODOS EN NUESTRAS GENERACIONES CORRESPONDIENTES.
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