miércoles, 9 de septiembre de 2015

EN UNA REFERENCIA BASTANTE BREVE, ESTEBAN RESUME CUATROCIENTOS AÑOS DE HISTORIA, RELEVANDO LAS FIGURAS DE LOS PATRIARCAS EN UN SENTIDO GENERAL, ENTENDIENDO TANTO EL ASPECTO HISTÓRICO COMO EL PROFÉTICO, CUBRIÉNDOLO TODO CON PUNTUALES MENCIONES RESPECTO A ELLO, Y REVELANDO, DE PASO, SU CONSCIENCIA JUDAICA COMO LEGÍTIMO DESCENDIENTE; SIN DENIGRAR A NINGÚN PERSONAJE HISTÓRICO, Y BENDICIENDO SU ASCENDENCIA Y DESCENDENCIA.

LIMA - PERÚ  MIÉRCOLES 09 DE SETIEMBRE DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS

Hechos 7:11-16.

"Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en numero de setenta y cinco personas. Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem".

*** Tras exponer sintéticamente la llegada del pueblo israelita a Egipto; las calamidades que le tocó a José sufrir; y su glorioso salir de prisión para sentarse como virrey en Egipto, viene el cumplimiento del sueño de Faraón en su etapa más crítica: un hambre de siete años que se dio tanto en Egipto como en Canaán. El contexto de aquella tribulación obligaría a los patriarcas a ir a buscar provisiones a Egipto, nación que se había preparado para esta crisis alimentaria con gran anticipación, convirtiéndose en una despensa para todas las naciones circunvecinas gracias a las previsiones adoptadas por José un septenio atrás, sustentando la vida de centenas de millares de personas que habitaban en la zona.

*** Esteban omite recordar esta bella historia en su primera etapa, y abrevia la segunda al decir que José se dio esa segunda vez a conocer a sus hermanos, y recién la historia del todavía joven virrey fue revelada al Faraón. José no era un criminal; sino un príncipe, hijo de un rico hacendado de Canaán; y de allí provenía su solvencia en el área administrativa, su trato, su luz, su peculiaridad; y el Faraón anduvo muy atento para conocer al patriarca y progenitor de aquel cuya sabiduría y solvencia salvara a estas naciones del flagelo del hambre; disponiendo la abundancia en medio de la sequía.

*** El mismo Faraón ordenó a José que trajera a su familia a Egipto, para que no tuvieran que pasar por épocas de escasez, determinando que ellos vinieran a la tierra de Gosén, lo mejor que Egipto tenía. Y José envió por Jacob y por toda su familia, diciéndoles que no trajeran nada, porque él proveería todo al llegar. Así envió los carros egipcios para desplazar a su padre, y a toda su parentela. Y llegaron a Egipto todos los miembros de la casa de Jacob, con todo lo que ello significó para el patriarca, que disfrutara la presencia de su hijo extrañado por mucho tiempo.

*** Y la familia entera vivió cuatro centurias en Egipto. La familia patriarcal, y sus hijos, todos murieron en Egipto, y según refiere Esteban ninguno de ellos fue enterrado en Egipto, sino que fueron trasladados hasta Siquem; convirtiendo la tumba de Abraham y Sara, en la de Isaac y Rebeca, de Jacob y Lea; de José, y del resto de sus hermanos en la tierra prometida.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  09/09/2015

1 comentario:

  1. EL CONOCIMIENTO DEL LINAJE HEBRAICO ERA PROPIO DE GENTES QUE SE PRECIARAN DE SER JUDÍOS PRACTICANTES, QUE AMABAN A SU NACIÓN, Y QUE RESPETARAN PROFUNDAMENTE TODO LO QUE ELLA SIGNIFICABA. EL DIÁCONO SE CONDUCÍA DE UN MODO MAGISTRAL AL MOSTRAR QUE ÉL ERA PARTE DE ESA DESCENDENCIA HEBREA, QUE AMABA SU HISTORIA, SU LLAMAMIENTO Y SU CONSIGNA COMO VISIBLES HEREDEROS DE LO QUE DIOS LES HABÍA DADO. EL CONCILIO OBSERVABA CALLADA Y SERENAMENTE EL JUDÍO FLUIR DE ESTEBAN, ADMIRADOS. ¿SERÍA ESO TODO> ¡NO! AÚN HABÍA MUCHO PARA ANALIZAR, OBSERVAR Y JUZGAR. TEMGAMOS PACIENCIA, QUERIDO LECTOR.

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