LIMA - PERÚ VIERNES 18 DE SETIEMBRE DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS.
Hechos 8:1-4
"Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio".
*** El encargado del guardarropa del capítulo anterior, lleno de excitación criminal, se mostró muy ansioso por hacer una campaña anti cristiana. El joven fariseo de los libertos aprobó la muerte de Esteban por considerarlo errado, obstinado y blasfemo; asumiéndolo un apóstata del judaísmo y un peligro para su nación. La ira contra el joven diácono, no se apagó con su muerte por lapidación, sino que se transformó en una gran persecución contra la iglesia cristiana jerosolimitana, y nuestros hermanos tuvieron que huir, como hoy se huye del criminal islamismo de ISIS, y del rechazo que hay en otros países donde antes el cristianismo formara parte de su constitución, expuesto en aquellas leyes que de la Palabra de Dios emanaran.
*** La dispersión de los perseguidos por su fe evangélica fue empujada por Judea y Samaria. De un modo singular, los apóstoles, fundadores de la iglesia, y sustentadores de la fe entre sus hermanos no fueron tocados ¿Cuidado divino? ¿Estrategia política del clero? ¿Apartar a las ovejas de la grey para que fueran más vulnerables a los colmillos lobunos? Fuera como fuera, en aquella ocasión los apóstoles no fueron erradicados de Jerusalén, pero las reuniones fueron interrumpidas, y los hermanos fueron intimidados por la persecución religiosa judía.
*** Los deberes sagrados, correspondientes a la piedad, no eximieron a los hermanos de llevar los restos de Esteban para darle cristiana sepultura, descargando su luto interior en un llanto prolongado, melancólico, altisonante y trágico. La iglesia estaba conociendo el martirio por su confesión de fe, y estaba siendo testigo de la reciedumbre oriental fanática con la que fueran criados por sus ancestros. La criminalidad, era así vista como un celo religioso proverbial que ameritara bendiciones seudodivinas, clericales ponderaciones, y públicos reconocimientos. Tal conducta nunca se vio en el fluir del ministerio de Jesús, y cuando asomó en Juan y Jacobo: Los boanerges (hijos del trueno), fue inmediatamente censurada y reprimida por el Señor; así como le fuera restituida a Malco la oreja cercenada por Pedro, el espadachín que defendiera a su maestro por no entender las divinas asignaciones, siendo reprendido por el Señor, evitando una masacre en el huerto del Olivar (Lc.9:51-56; 22:49-51).
*** Saulo, el joven fariseo, celoso entre los celosos, cobró un rol protagónico en la persecución contra los membros de la iglesia, covirtiéndose en el adalid de la resistencia hebraica a la causa de Jesús. Lleno de ese celo religioso, arrastraba a los discípulos, y los llevaba a la cárcel, siendo el símbolo de la Inquisición de su época, y fiel coadjutor de los Torquemadas de su tiempo. Pero todo esto redundaría en el avance del cristianismo a nivel nacional. Meditemos en el hecho de que todo esto no tocó a los apóstoles; y que los santos no se vieron arredrados en cuanto a su fe, sino que aprovechaban su "huida" para compartir la certeza de su fe por doquier. Así los cómodos creyentes jerosolimitanos, pasaron al rol protagónico de ser los nuevos propagadores del evangelio del reino, a lo que fueran llamados desde el inicio de la gran comisión.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/09/2015
LOS ROLES PROTAGÓNICOS DE QUIENES ENTRAN A TALLAR EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA, NO SIGUEN UNA PERSPECTIVA NATURAL QUE LOS ENCUMBRE COMO REPRESENTANTES DE LA GREY CRISTIANA; SINO UN EXTRAÑO ROL QUE NOS DA CUENTA DE LO PECULIAR DE LOS LLAMAMIENTOS DIVINOS EN LO CONCERNIENTE A LA PROPAGACIÓN DE LA FE EN LOS INICIOS, ALLÁ EN JERUSALÉN.
ResponderEliminar