LIMA - PERÚ LUNES 10 DE JULIO DEL 2017 MENSAJE # 1866
ROMANOS 5:17-19, 21.
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos"fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos... para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro".
=== El panorama genético y hereditario, se hace aquí presente para hacernos comprender cómo es que la humanidad toda, por una acción de su cabeza federal, Adán, se contaminó primero, y luego, por emulación y repetición, se tornó en esclava de lo que había ingerido, tornándose esta creación en algo que Dios no estableciera para nosotros; que al metabolizarse nos degeneró, trastornando y deformando lo que antaño fuera una perfecta obra divina destinada a regir, de consuno con Dios, lo que habría de ser la gloria del Padre eterno; algo a lo que el Padre no renunciara jamás; independientemente de nuestro perverso accionar, fruto de aquella contaminación inicial que se procesara hasta convertirse en una maldad implícita y hereditaria. La transgresión de uno solo, trajo la muerte como la cesación del contacto con la celeste esfera; y no solamente fue una desgracia histórica, sino que llegó hasta el extremo de reinar (presidir, dominar, gobernar, contaminar y anular nuestra vida genérica con la imagen y semejanza del Padre); llevándonos a imprimir su sello en todo lo que pensáramos, quisiéramos e hiciéramos perpetuando por las edades su maligna naturaleza. Aquí estamos enumerando los hechos, y sus resultados a su sazón. Pero ello no fue todo. Y así como hubo un reino de muerte por el accionar único de nuestra cabeza federal, según la carne; también el autor nos comunica un acto similar por la vía del contraste; y se refiere a nuestra cabeza federal espiritual, Jesucristo, quien con su accionar agradable a Dios borrara para siempre los efectos y los resultados de la caída, recobrándonos para Dios y su propósito, con una nueva vida genérica, la de resurrección, la cual nos invita y guía al panorama trascendente de la vida eternal.
=== Aquellos que hemos recibido LA ABUNDANCIA DE LA GRACIA, la que trató con nuestra vida pasada, y la eliminó mediante el proceso redentivo, invitándonos a una vida nueva y sobrenatural que nuestro entendimiento llegará a colegir mediante EL DON DE LA JUSTICIA IMPUTADA POR EL PADRE A NUESTRO FAVOR. Y así como la contaminación llegó a degenerarnos por la vía de la repetición del maligno accionar, hasta estabilizarse en un nivel de HIJOS DEL DIABLO; así también, el sacrificio vicario, el lavamiento del agua por la Palabra y la regeneración, nos llevaron a la purificación, que nos transforma y nos conforma a su santidad, de modo que alcancemos el nivel de HEREDEROS ACEPTOS EN EL AMADO; y es en tal condición que somos capaces de REINAR EN VIDA, cambiándole plenamente el panorama al maligno obrar, cuando voluntariamente, y con la fortaleza de la nueva naturaleza nos negamos a participar del pecado, y decidimos operar justamente en nuestro diario vivir, devolviéndonos el Padre al estándar de la vida nueva que busca agradarle. El comer del pan de vida, y el beber la sangre del Señor, comienza a metabolizarse en nosotros, (pues somos lo que comemos), haciéndonos semejantes al Hijo de Dios en principió y prácticas. Así es como pasamos de la vacilación inicial, al afianzamiento de la realidad que nos envuelve, empodera y posee.
=== Aquel río de condenación que vino por la caída de Adán, y que afectó a la humanidad toda convirtiéndonos en esclavos del pecado y del maligno, en lo que el mismo Jesús definiera como hijos del diablo en Juan 8:44, cuando se VIO AFECTADO POR LA JUSTICIA DEL UNO SOLO: JESUCRISTO, trajo consigo la JUSTIFICACIÓN DE VIDA. Nuestra naturaleza esencial es definida por la sustancia de quien nos habita, impartiendo en cada fibra de nuestro ser su naturaleza sobrenatural, operando con tal potencia, que nuestra naturaleza caída encuentra intolerable, sintiendo cada día cómo lo mortal va siendo absorbido por la vida. Y es menester que nosotros somos JUSTOS POR CONSTITUCIÓN, y no por mérito alguno de nuestra parte. La desobediencia adámica nos constituyó en pecadores, rumbo a la condenación; y en contraposición la obediencia de UNO SOLO: JESUCRISTO, NOS HA CONSTITUIDO EN JUSTOS. El insano revestimiento adámico vino como una maligna herencia a mi vida, y yo no lo pedí, pero ya era así, y mi predisposición era hacia el pecado y la condenación. De modo análogo, el revestimiento o constitución en Cristo, vino como una bendita herencia a mi vida, y yo sí lo pedí cuando fui concientizado sobre mi naturaleza y mi destino; y cuando tomé mi decisión por Cristo, fui celestialmente revestido, despertando a mi realidad trascendente. Y así como el pecado reinó para muerte; así también la gracia reine por la justicia para la vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/07/2017 MENSAJE # 1866.
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos"fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos... para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro".
=== El panorama genético y hereditario, se hace aquí presente para hacernos comprender cómo es que la humanidad toda, por una acción de su cabeza federal, Adán, se contaminó primero, y luego, por emulación y repetición, se tornó en esclava de lo que había ingerido, tornándose esta creación en algo que Dios no estableciera para nosotros; que al metabolizarse nos degeneró, trastornando y deformando lo que antaño fuera una perfecta obra divina destinada a regir, de consuno con Dios, lo que habría de ser la gloria del Padre eterno; algo a lo que el Padre no renunciara jamás; independientemente de nuestro perverso accionar, fruto de aquella contaminación inicial que se procesara hasta convertirse en una maldad implícita y hereditaria. La transgresión de uno solo, trajo la muerte como la cesación del contacto con la celeste esfera; y no solamente fue una desgracia histórica, sino que llegó hasta el extremo de reinar (presidir, dominar, gobernar, contaminar y anular nuestra vida genérica con la imagen y semejanza del Padre); llevándonos a imprimir su sello en todo lo que pensáramos, quisiéramos e hiciéramos perpetuando por las edades su maligna naturaleza. Aquí estamos enumerando los hechos, y sus resultados a su sazón. Pero ello no fue todo. Y así como hubo un reino de muerte por el accionar único de nuestra cabeza federal, según la carne; también el autor nos comunica un acto similar por la vía del contraste; y se refiere a nuestra cabeza federal espiritual, Jesucristo, quien con su accionar agradable a Dios borrara para siempre los efectos y los resultados de la caída, recobrándonos para Dios y su propósito, con una nueva vida genérica, la de resurrección, la cual nos invita y guía al panorama trascendente de la vida eternal.
=== Aquellos que hemos recibido LA ABUNDANCIA DE LA GRACIA, la que trató con nuestra vida pasada, y la eliminó mediante el proceso redentivo, invitándonos a una vida nueva y sobrenatural que nuestro entendimiento llegará a colegir mediante EL DON DE LA JUSTICIA IMPUTADA POR EL PADRE A NUESTRO FAVOR. Y así como la contaminación llegó a degenerarnos por la vía de la repetición del maligno accionar, hasta estabilizarse en un nivel de HIJOS DEL DIABLO; así también, el sacrificio vicario, el lavamiento del agua por la Palabra y la regeneración, nos llevaron a la purificación, que nos transforma y nos conforma a su santidad, de modo que alcancemos el nivel de HEREDEROS ACEPTOS EN EL AMADO; y es en tal condición que somos capaces de REINAR EN VIDA, cambiándole plenamente el panorama al maligno obrar, cuando voluntariamente, y con la fortaleza de la nueva naturaleza nos negamos a participar del pecado, y decidimos operar justamente en nuestro diario vivir, devolviéndonos el Padre al estándar de la vida nueva que busca agradarle. El comer del pan de vida, y el beber la sangre del Señor, comienza a metabolizarse en nosotros, (pues somos lo que comemos), haciéndonos semejantes al Hijo de Dios en principió y prácticas. Así es como pasamos de la vacilación inicial, al afianzamiento de la realidad que nos envuelve, empodera y posee.
=== Aquel río de condenación que vino por la caída de Adán, y que afectó a la humanidad toda convirtiéndonos en esclavos del pecado y del maligno, en lo que el mismo Jesús definiera como hijos del diablo en Juan 8:44, cuando se VIO AFECTADO POR LA JUSTICIA DEL UNO SOLO: JESUCRISTO, trajo consigo la JUSTIFICACIÓN DE VIDA. Nuestra naturaleza esencial es definida por la sustancia de quien nos habita, impartiendo en cada fibra de nuestro ser su naturaleza sobrenatural, operando con tal potencia, que nuestra naturaleza caída encuentra intolerable, sintiendo cada día cómo lo mortal va siendo absorbido por la vida. Y es menester que nosotros somos JUSTOS POR CONSTITUCIÓN, y no por mérito alguno de nuestra parte. La desobediencia adámica nos constituyó en pecadores, rumbo a la condenación; y en contraposición la obediencia de UNO SOLO: JESUCRISTO, NOS HA CONSTITUIDO EN JUSTOS. El insano revestimiento adámico vino como una maligna herencia a mi vida, y yo no lo pedí, pero ya era así, y mi predisposición era hacia el pecado y la condenación. De modo análogo, el revestimiento o constitución en Cristo, vino como una bendita herencia a mi vida, y yo sí lo pedí cuando fui concientizado sobre mi naturaleza y mi destino; y cuando tomé mi decisión por Cristo, fui celestialmente revestido, despertando a mi realidad trascendente. Y así como el pecado reinó para muerte; así también la gracia reine por la justicia para la vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/07/2017 MENSAJE # 1866.
EL APÓSTOL CONTRASTA DE UN MODO CATEGÓRICO Y FINAL EL PANORAMA DE NUESTRA HERENCIA, TANTO EN LO GENÉTICO COMO EN EL ÁMBITO ESPIRITUAL. AMBAS NOS AFECTAN, Y LA VENTAJA QUE TIENE LA HERENCIA ESPIRITUAL ES QUE ES TRASCENDENTE, TRASLADÁNDONOS A LA ESFERA CÉLICO-PEDESTRE EN LA QUE HABITAMOS HOY EN UNA CONSCIENCIA PLENA DEL DIVINO OBRAR.
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