LIMA - PERÚ MARTES 25 DE JULIO DEL 2017 MENSAJE # 1896
PRIMERA DE REYES 1:28-31.
"Entonces el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey. Y el rey juró diciendo: Vive Yahweh que ha redimido mi alma de toda angustia, que como yo te he jurado por Yahweh Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy. Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre".
=== Las intrigas palaciegas, el ansia del poder, el perpetuarse como el jefe de las fuerzas armadas israelitas, el obtener el favor del gobernante manteniéndose como el líder religioso o espiritual de la nación hebrea, colmaban los pasillos del palacio del rey David; y Joab, Abiatar y Adonías, se habían concertado para aliarse mutuamente, y aprovecharse de la pasividad y la ignorancia del anciano rey; pasando a quedarse con el reino, basados en una sucesión intestada, y el aparente favoritismo del rey por sus hijos guapos, no habiéndole "cortado las alas" al hijo de Haguit (una de las mujeres del rey David) para revelarle su determinación, algo que ya estaba decidido por David desde tiempo atrás, habiéndose comprometido con juramento para que Salomón fuera el rey sucesor. Es por ello que Natán, mucho más advertido de lo que intrigaban el general del ejército, uno de los sumos sacerdotes, y el auto asumido "rey" Adonías que, temiendo por su vida y la de Betsabé y Salomón, planificó una visita al rey para advertirle de lo que se cernía sobre la nación hebrea, y del hecho de que si surgía este "discreto golpe de estado", los usurpadores del trono se desharían de quienes los estorbaran en su afán por dirigir los destinos de la nación hebraica, a quienes no les interesaba lo que dijera Dios; y que pensaran apropiarse del poder y la autoridad que el Padre había determinado para otros. Los soberbios, suelen proceder como si Dios no existiera; aunque vivan en su territorio y sean sustentados por él.
=== Después de poner en antecedentes a Betsabé, el sacerdote Natán consideró oportuna una visita al rey, para notificarle todo lo que a sus espaldas estaba pasando, y el peligro que corrían sus siervos fieles, y el futuro del reino. Si hasta ese entonces el corazón de David no estaba preocupado por el futuro nacional, tras descubrir la trama de los perversos, se definió sobre todo ello, y llamó ante sí a todos los que poseían autoridad en Israel; y fue así que el profeta Natán, el sumo sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada; fueron signados para establecer a Salomón como el sucesor del rey David, conforme a los designios divinos. Los que habían banqueteado con Adonías, al saber lo que pasaba, se llenaron de temor al ver cancelada su traición, y saber cómo estaba el pueblo celebrando el nombramiento y el establecimiento del nuevo rey de Israel Y si bien el sacerdote y el militar se fueron a sus casas, el usurpador Adonías se llenó de pánico y se asió de los cuernos del altar buscando evitar su ejecución por alta traición. Cuando David vio coronado a Salomón, y todo lo concerniente al orden divino ejecutado a su sazón, se sintió satisfecho y seguro, aguardando su partida a la gloria en completa paz, aunque dirigiendo algunas pautas a su hijo Salomón para el adecuado gobierno de la nación, quitando de en medio a aquellos que hicieran peligrar los intereses regios: Adonías el primero, Joab el general que asesinara a dos generales en tiempo de paz; Simei, quien lo maldijera, y Abiatar el sumo sacerdote traicionero; no dejando sombras detrás que hicieran desestabilizar el reino.
=== Después de oír el rey lo que le refirieran Betsabé y Natán; no hubo más dudas en el corazón de David; y con el coraje y la autoridad que siempre lo distinguieran como el ungido rey de Israel proclamó lo que haría con el hijo de Betsabé: Salomón, coronándolo como su sucesor en el trono; reconociendo la autoridad de sus allegados y fieles servidores, haciéndolos los instrumentos de su regia autoridad y poder, proclamando a Salomón como el legítimo rey de la nación hebrea. Aquellos que creían que David, dada su edad y su condición física, había dejado sus bríos de antaño en la comodidad de una vida muelle, viviendo indiferente a lo que aconteciera, disfrutando del abrigo de Abisag y la atención de sus servidores; pudieron ver al renovado León de Judá, rugiendo sus ordenanzas con el mismo temple que siempre lo caracterizó, y lo hizo quien fuera para la gloria de Dios y de su pueblo Israel. Así fue que la mula del rey, y su trono, le fueron otorgados a Salomón de su propia mano, reconociendo al tal como su digno heredero, y quien cumpliría todo lo que Yahweh señalara para la posteridad. Que nuestros corazones no descansen hasta ver a Jesús reinando en nuestras vidas.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 25/07/2017 MENSAJE # 1896.
EL REINO DAVÍDICO ESTABA EN GRAVE RIESGO, Y GENTE USURPADORA HABÍA PLANIFICADO QUEDARSE CON AQUEL APARENTE VACÍO DE PODER QUE SURGIERA CON LA DEBILIDAD Y ANCIANIDAD DEL REY. LAS DETERMINACIONES DAVÍDICAS FUERON RADICALES, PERMITIENDO QUE EL MISMO PERMANECIESE INCOLUME.
ResponderEliminar