LIMA - PERÚ VIERNES 07 DE JULIO DEL 2017 MENSAJE # 1860
ÉXODO 4:2-9
"Y Yahweh dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra. Y Moisés huía de ella. Entonces dijo Yahweh a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano... Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno, y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve... y él volvió a meter la mano en su seno, y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne... Las aguas del río, y las derramarás en tierra, y se cambiarán... y se harán sangre en la tierra".
=== Las pautas que le daba la Deidad a Moisés, tenían una marcada intención en lo concerniente a su significado. La objetividad era el destruir el imperio egipcio, despojándolo y arruinándolo progresivamente, evidenciando su poderío sobre todos los dioses egipcios, y mostrando su poder a su pueblo al darles tremenda liberación, llamándolos a guardar en la memoria ese día particular a través de una celebración que ellos conocerían como LA PASCUA, debiendo ser recordada anualmente por todas sus generaciones. Al entrar en nuestra consideración del pasaje mencionado, vemos cómo Dios faculta a su siervo con ciertas capacidades o poderes que demostrarían a sus connacionales, y al Faraón, la existencia de Dios, la delegación de Moisés y Aarón para procurar la liberación de la nación hebraica, y los medios que se usarían para lograrlo, según las divinas especificaciones. Y Moisés tenía consigo tres cosas que le servirían de señales para refrendar su llamamiento: Su vara, su diestra, y el agua del Nilo que se transformaría en sangre.
=== La respuesta de Moisés a Yahweh, que lo que tenía en su mano era una vara (ella representa el poder de Dios envuelto en un palo seco), era totalmente lógica, y el Padre le mostraría cómo una cosa yerta se había de transformar en una señal celestial mediante el divino obrar. Cuando se transformó en una culebra, Moisés se asustó. Pero Yahweh le dijo cómo podía dominarla; y el alma le volvió al cuerpo al futuro caudillo israelita cuando se tornó en una vara. La corona del Faraón tenía como emblema una cobra, y el poder serpentino era representada por ella, y la serpiente fue la que hizo caer a la pareja edénica, y la mantuvo bajo su control todo el tiempo. Así, pues, la batalla contra la nación egipcia suponía una ordalía (una campaña guerrera sobrenatural entre las fuerzas divinas y las satanicas), dirimiendo superioridades, asumiendo su rol en el contexto de las edades, dentro de un tiempo específico regulado por la Deidad conforme a lo que le dijera al patriarca Abraham (Gn.15:12-21); y ese es el tiempo real de esta manifestación de Dios a Moisés, haciéndole al tal una oferta que no podía rehusar. La realidad de esta proposición tiene en Juan 3:14-15, su realización histórica y profética. ¿Por qué? Porque cuando Adán pecó, se hizo estrictamente necesario que el Señor Jesús se identificara como el postrer Adán, y la cruz del Calvario estaba implicada en ello. Fue por ello que cuando se aparecieron en el campamento las serpientes ardientes, el Señor le indicó a Moisés que hiciera un asta, con una serpiente de bronce en ella, para que todo aquel que la mirara esperanzado, no muriera infectado por su veneno, siendo sanado, liberado y restaurado.
=== Así es, amados, Jesús tomó nuestro lugar, y su sacrificio sustitutivo (de allí la figura de quien sería eliminado en la cruz: La serpiente antigua que se llama diablo y Satanás), satisfizo la ira divina, despojando al diablo de su poder omnímodo, y justificando al género humano librándolo del pecado y de la condenación. Recordemos que cuando hubo el duelo de las varas transformadas en culebras, Janes y Jambres, los hechiceros de Egipto perdieron sus varas... y su poder fantástico; haciéndole ver al hombre fuerte que había llegado uno más fuerte que él, que lo atara primero, y luego lo despojara para repartir el botín con todos los redimidos. Y después de la caída; sigamos pacientemente los episodios de nuestro rescate o redención; todo lo que hubo en el corazón del hombre caído, fue lepra. Y los hechos (eso significan las manos del hombre) estaban infectados con aquella lepra (símbolo del pecado), precisando de salir de ello mediante la redención, que nos devuelve al inicio y nos imparte nuevamente nuestra conciencia regia, sin la enfermedad de Hansen (médico noruego que descubrió el bacilo de la lepra). Así, pues, el pecado que el enemigo hizo anidar en nuestros pechos se manifestaba en nuestros hechos, contagiándolo todo con su toque, muriendo de a pocos, perdiendo nuestras capacidades y nuestros miembros del modo más insensible, marginados por la misma sociedad con la que nos identificáramos. Dios tendría que operar el milagro de devolvernos la vida que la mortalidad mordiera cada día, deshaciendo la imagen terrenal por la imagen del celestial, hasta que lo corruptible se vista de incorrupción, y lo mortal sea absorbido por la vida (1Co.15:49-54).
=== Así fue que el agua del Nilo, impartidora de vida y productividad para el pueblo egipcio, hubo de ser convertida en la sangre que ningún egipcio quiso beber, que matara su riqueza ictiológica, y que apestara repulsivamente. Y sí, lo que hoy apareciera incialmente para espantar a los hijos de Mizraím, los eliminaría para siempre cuando ellos quisieron perseguir temerariamente al pueblo hebreo que salía hacia su liberación, guiados por el caudillo elegido por Dios en aquel mar bermejo de infausta recordación para el egipcio; y de pleno gozo para los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob; quienes celebraran junto con María y sus danzantes el cómo hizo hundir Dios en el mar al caballo y al jinete en Éxodo 15. ¡Cuán importante es que nosotros recordemos paso a paso el costo de nuestra redención, y el anhelo divino porque todo lo egipcio (el mundo, el cómo los esclavizó, y cómo intentó hacerlo de nuevo) deje de ser parte de nuestra memoria, manteniéndonos en una conciencia libertaria total, continua y eficaz.
"Y Yahweh dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra. Y Moisés huía de ella. Entonces dijo Yahweh a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano... Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno, y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve... y él volvió a meter la mano en su seno, y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne... Las aguas del río, y las derramarás en tierra, y se cambiarán... y se harán sangre en la tierra".
=== Las pautas que le daba la Deidad a Moisés, tenían una marcada intención en lo concerniente a su significado. La objetividad era el destruir el imperio egipcio, despojándolo y arruinándolo progresivamente, evidenciando su poderío sobre todos los dioses egipcios, y mostrando su poder a su pueblo al darles tremenda liberación, llamándolos a guardar en la memoria ese día particular a través de una celebración que ellos conocerían como LA PASCUA, debiendo ser recordada anualmente por todas sus generaciones. Al entrar en nuestra consideración del pasaje mencionado, vemos cómo Dios faculta a su siervo con ciertas capacidades o poderes que demostrarían a sus connacionales, y al Faraón, la existencia de Dios, la delegación de Moisés y Aarón para procurar la liberación de la nación hebraica, y los medios que se usarían para lograrlo, según las divinas especificaciones. Y Moisés tenía consigo tres cosas que le servirían de señales para refrendar su llamamiento: Su vara, su diestra, y el agua del Nilo que se transformaría en sangre.
=== La respuesta de Moisés a Yahweh, que lo que tenía en su mano era una vara (ella representa el poder de Dios envuelto en un palo seco), era totalmente lógica, y el Padre le mostraría cómo una cosa yerta se había de transformar en una señal celestial mediante el divino obrar. Cuando se transformó en una culebra, Moisés se asustó. Pero Yahweh le dijo cómo podía dominarla; y el alma le volvió al cuerpo al futuro caudillo israelita cuando se tornó en una vara. La corona del Faraón tenía como emblema una cobra, y el poder serpentino era representada por ella, y la serpiente fue la que hizo caer a la pareja edénica, y la mantuvo bajo su control todo el tiempo. Así, pues, la batalla contra la nación egipcia suponía una ordalía (una campaña guerrera sobrenatural entre las fuerzas divinas y las satanicas), dirimiendo superioridades, asumiendo su rol en el contexto de las edades, dentro de un tiempo específico regulado por la Deidad conforme a lo que le dijera al patriarca Abraham (Gn.15:12-21); y ese es el tiempo real de esta manifestación de Dios a Moisés, haciéndole al tal una oferta que no podía rehusar. La realidad de esta proposición tiene en Juan 3:14-15, su realización histórica y profética. ¿Por qué? Porque cuando Adán pecó, se hizo estrictamente necesario que el Señor Jesús se identificara como el postrer Adán, y la cruz del Calvario estaba implicada en ello. Fue por ello que cuando se aparecieron en el campamento las serpientes ardientes, el Señor le indicó a Moisés que hiciera un asta, con una serpiente de bronce en ella, para que todo aquel que la mirara esperanzado, no muriera infectado por su veneno, siendo sanado, liberado y restaurado.
=== Así fue que el agua del Nilo, impartidora de vida y productividad para el pueblo egipcio, hubo de ser convertida en la sangre que ningún egipcio quiso beber, que matara su riqueza ictiológica, y que apestara repulsivamente. Y sí, lo que hoy apareciera incialmente para espantar a los hijos de Mizraím, los eliminaría para siempre cuando ellos quisieron perseguir temerariamente al pueblo hebreo que salía hacia su liberación, guiados por el caudillo elegido por Dios en aquel mar bermejo de infausta recordación para el egipcio; y de pleno gozo para los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob; quienes celebraran junto con María y sus danzantes el cómo hizo hundir Dios en el mar al caballo y al jinete en Éxodo 15. ¡Cuán importante es que nosotros recordemos paso a paso el costo de nuestra redención, y el anhelo divino porque todo lo egipcio (el mundo, el cómo los esclavizó, y cómo intentó hacerlo de nuevo) deje de ser parte de nuestra memoria, manteniéndonos en una conciencia libertaria total, continua y eficaz.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/07/2017 MENSAJE # 1860
LOS LLAMAMIENTOS A LA UTILIDAD TIENEN QUE VER RELATIVAMENTE CON LOS TALENTOS NATURALES, CIFRÁNDOSE MÁS BIEN EN LO QUE EL PADRE PUEDE OTORGARNOS PARA LA EFICACIA DE NUESTRA PARTICIPACIÓN COMO SIERVOS SUYOS. EL SEÑOR NUNCA IRRESPETÓ LAS CAPACIDADES NATURALES, PERO EQUIPÓ A CADA SIERVO SUYO EN UNA FORMA SOBRENATURAL, DE MANERA QUE LA LABOR FUERA ÓPTIMA SEGÚN ÉL.
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