LIMA - PERÚ SÁBADO 22 DE JULIO DEL 2017 MENSAJE # 1890
COLOSENSES 1:9-10
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios".
=== La vida espiritual es necesarianente tripartita, siendo guiada por el espíritu, anhelada por el alma, y operada por el cuerpo. No es una suma de documentos notariados, o un texto lleno de palabras para ser aprendidas, sino una norma o estilo de vida que tiene que ser asimilado en la medida que crezcamos en que nuestra esencia tiene que ser espiritualizada mediante el conocimiento de la voluntad divina, lo cual no será factible si no nos sometemos voluntariamente a la guianza espiritual pertinente. Los que se avienen a una religión y a un catecismo, tienen una visión sesgada y pueril de lo que la vida cristiana es. Dios nos guía mediante su Espíritu, aplicando sus principios, y habilitándonos para hacer su voluntad en todo trance. La norma apostólica, si estamos atentos y leemos con atención las salutaciones, era que al saber de la fe de los neocreyentes, y su disposición para moverse en las cosas inherentes al reino de Dios; ellos buscaban que el Padre activara el panorama espiritual esencial mediante la bendita revelación, la misma que encendiera en los iniciados el ánimo para fluir en los principios que les serían revelados cuando dispusieran sus corazones para moverse de consuno con Dios. Jesús habló con Nicodemo acerca de ver y de entrar en el reino; lo primero, implicaba el abrir los ojos del religioso al panorama espiritual correcto, viendo más allá del legalismo clásico; y lo segundo, era el poder penetrar dentro de ese sistema célico-pedestre que devolvía la imagen tripartita a su paradisíaca esencialidad, en un pleno contacto con la celeste esfera, pero con los pies en la tierra, desapareciendo toda incompatibilidad.
=== La sabiduría espiritual (el conocimiento aplicado y aplicativo de la realidad que hemos llegado a captar por el Espíritu, y que no es ajena al origen del hombre como alguien hecho a la imagen y semejanza de Dios mismo), debe llegar a abarcar nuestro entendimiento, de forma que nos tornemos funcionales y operativos en el ámbito de lo trascendente. Si comprendemos nuestro rol, y no nos sentimos limitados por nuestra "naturaleza imperfecta"; el tartamudo de Horeb se convertirá en el caudillo de la casta hebraica retenida en Egipto, yendo a reclamarle al faraón del siglo presente que deje ir a su pueblo (tu alma y tu cuerpo atados por tu ignorancia del mundo espiritual y del empoderamiento que se recibe cuando se acepta la consigna divinal), y las realidades neocreacionales se evidencian en la esfera natural, mostrando lo indubitable del divino obrar en tal forma que le chocará al enemigo el ver que sus culebras egipcias son devoradas por la que surgiera de la vara de Aarón... ¡Cómo te quedó el ojo! La inteligencia espiritual, es la facultad de conocer y entender la substancia puramente espiritual, y el plano trascendente de lo que se origina arriba, y se manifiesta abajo, sin que atines a explicar cómo ocurrió, pero viendo sus efectos en la tercera dimensión, en la que habitamos físicamente: Porque en él vivimos, nos movemos y somos (Hch.17:28a). El Señor destacó que si la inteligencia hebrea, con toda su sapiencia, no era capaz de interpretar claramente el lenguaje del Señor, el Padre le daba el refrendo de las obras, para asistir a su fe como un hecho innegable (Jn.10:25). Cuando la fe no despierta, a pesar de todo lo que el Señor opera para que creamos, estamos frente a una obstinación y una ceguera voluntarias (Jn.9:39-41).
=== Cuando la sabiduría y la inteligencia espiritual han hecho su efecto, surge en los creyentes un deseo de andar en una relación directamente proporcional con su dignidad en Dios, en una plena consciencia de hijos que buscan agradarle, más que cualquiera otra cosa. La tibieza espiritual es una evidencia de la ignorancia en esa área específica, implicando que no hubo la disposición por parte de los aprendices o discípulos para alcanzar el nivel de entendimiento que se espera de ellos (He.5:11-13). Así, pues, no ha sido la falta de una enseñanza sólida de la palabra de fe oportuna para que sirvamos a Dios con todo lo que tenemos y entendemos; sino la desidia de los corazones lo que hace que muchos se mantengan mirando de lejos, no involucrándose en la batalla, como si no fuera suya (Jue.5:16-17, 23). Podemos asegurar que el fruto en toda buena obra implica el esfuerzo seminal brotando para crecer y producir, y para dar el fruto espiritual apetecido por el Padre, hasta entender plenamente el deseo del tal en un sentido más amplio y total. El crecer de la semilla no se detiene hasta multiplicar su esencia en el fruto de los árboles buenos, los mismos que engendrarán a otros con esa consigna, con esa semejanza, dándole al Padre la gloria debida a su nombre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/07/2017 MENSAJE # 1890.
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios".
=== La vida espiritual es necesarianente tripartita, siendo guiada por el espíritu, anhelada por el alma, y operada por el cuerpo. No es una suma de documentos notariados, o un texto lleno de palabras para ser aprendidas, sino una norma o estilo de vida que tiene que ser asimilado en la medida que crezcamos en que nuestra esencia tiene que ser espiritualizada mediante el conocimiento de la voluntad divina, lo cual no será factible si no nos sometemos voluntariamente a la guianza espiritual pertinente. Los que se avienen a una religión y a un catecismo, tienen una visión sesgada y pueril de lo que la vida cristiana es. Dios nos guía mediante su Espíritu, aplicando sus principios, y habilitándonos para hacer su voluntad en todo trance. La norma apostólica, si estamos atentos y leemos con atención las salutaciones, era que al saber de la fe de los neocreyentes, y su disposición para moverse en las cosas inherentes al reino de Dios; ellos buscaban que el Padre activara el panorama espiritual esencial mediante la bendita revelación, la misma que encendiera en los iniciados el ánimo para fluir en los principios que les serían revelados cuando dispusieran sus corazones para moverse de consuno con Dios. Jesús habló con Nicodemo acerca de ver y de entrar en el reino; lo primero, implicaba el abrir los ojos del religioso al panorama espiritual correcto, viendo más allá del legalismo clásico; y lo segundo, era el poder penetrar dentro de ese sistema célico-pedestre que devolvía la imagen tripartita a su paradisíaca esencialidad, en un pleno contacto con la celeste esfera, pero con los pies en la tierra, desapareciendo toda incompatibilidad.
=== La sabiduría espiritual (el conocimiento aplicado y aplicativo de la realidad que hemos llegado a captar por el Espíritu, y que no es ajena al origen del hombre como alguien hecho a la imagen y semejanza de Dios mismo), debe llegar a abarcar nuestro entendimiento, de forma que nos tornemos funcionales y operativos en el ámbito de lo trascendente. Si comprendemos nuestro rol, y no nos sentimos limitados por nuestra "naturaleza imperfecta"; el tartamudo de Horeb se convertirá en el caudillo de la casta hebraica retenida en Egipto, yendo a reclamarle al faraón del siglo presente que deje ir a su pueblo (tu alma y tu cuerpo atados por tu ignorancia del mundo espiritual y del empoderamiento que se recibe cuando se acepta la consigna divinal), y las realidades neocreacionales se evidencian en la esfera natural, mostrando lo indubitable del divino obrar en tal forma que le chocará al enemigo el ver que sus culebras egipcias son devoradas por la que surgiera de la vara de Aarón... ¡Cómo te quedó el ojo! La inteligencia espiritual, es la facultad de conocer y entender la substancia puramente espiritual, y el plano trascendente de lo que se origina arriba, y se manifiesta abajo, sin que atines a explicar cómo ocurrió, pero viendo sus efectos en la tercera dimensión, en la que habitamos físicamente: Porque en él vivimos, nos movemos y somos (Hch.17:28a). El Señor destacó que si la inteligencia hebrea, con toda su sapiencia, no era capaz de interpretar claramente el lenguaje del Señor, el Padre le daba el refrendo de las obras, para asistir a su fe como un hecho innegable (Jn.10:25). Cuando la fe no despierta, a pesar de todo lo que el Señor opera para que creamos, estamos frente a una obstinación y una ceguera voluntarias (Jn.9:39-41).
=== Cuando la sabiduría y la inteligencia espiritual han hecho su efecto, surge en los creyentes un deseo de andar en una relación directamente proporcional con su dignidad en Dios, en una plena consciencia de hijos que buscan agradarle, más que cualquiera otra cosa. La tibieza espiritual es una evidencia de la ignorancia en esa área específica, implicando que no hubo la disposición por parte de los aprendices o discípulos para alcanzar el nivel de entendimiento que se espera de ellos (He.5:11-13). Así, pues, no ha sido la falta de una enseñanza sólida de la palabra de fe oportuna para que sirvamos a Dios con todo lo que tenemos y entendemos; sino la desidia de los corazones lo que hace que muchos se mantengan mirando de lejos, no involucrándose en la batalla, como si no fuera suya (Jue.5:16-17, 23). Podemos asegurar que el fruto en toda buena obra implica el esfuerzo seminal brotando para crecer y producir, y para dar el fruto espiritual apetecido por el Padre, hasta entender plenamente el deseo del tal en un sentido más amplio y total. El crecer de la semilla no se detiene hasta multiplicar su esencia en el fruto de los árboles buenos, los mismos que engendrarán a otros con esa consigna, con esa semejanza, dándole al Padre la gloria debida a su nombre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/07/2017 MENSAJE # 1890.
LA VIDA CRISTIANA NO ES ALGO EXTÁTICO, SINO QUE PERMANECE EN MOVIMIENTO HASTA ALCANZAR UN PLENO DESARROLLO. LA MEDIOCRIDAD NO ES ACEPTABLE, PORQUE DIOS NO ES ALFA Y LAMBDA; SINO ALFA Y OMEGA; PRINCIPIO Y FIN. EL CRISTIANO VERDADERO APUNTA A SU PLENITUD COMO HIJO DE DIOS, NUNCA MÁS ABAJO QUE ESO.
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