LIMA - PERÚ SÁBADO 05 DE AGOSTO DEL 2017 MENSAJE # 1918
HEBREOS 1:1-4.
"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuando heredó más excelente nombre que ellos".
=== El autor, lleno de la gloria de Dios en su visión y en su percepción del plano relacional para con el género humano, refiere el plano creacional de la Deidad (digo esto porque el Padre hace uso de su voz para crear todas las cosas) hallando su expresión en la gloria Verbal que todo lo origina, proclamando su esencia y su naturaleza al ocuparlo todo, tanto en lo visible como en lo invisible, siendo esto último la fuente de todo lo que posee una existencia real en las esferas pertinentes, nos revela su plano revelacional; y al hacerlo, lo dibuja todo, rellenándolo de forma y de colores a su sazón, tiñéndolo todo con los jirones de gloria de su azul revestimiento, dándole al mar la capacidad de reflejar el panorama estelar que lo cubre de extremo a extremo, haciendo notorio que esa sería la tarea de los que habitáramos el plano pedestre: reflejar la gloria de lo celeste en la fusión bicampamentaria que expresaría la naturaleza divina en su versión antropomórfica: CRISTO JESÚS, EL VERBO DE DIOS, MANIFESTADO EN CARNE. Así, pues, todo llegó a tener el sello del ADN divinal en su multifacética expresión. Fue el Padre quien deseó y definió que las bocas profeticas participaran en las edades mostrando los haces de su gloria, hasta darnos la imagen y semejanza completa de su naturaleza y sazón en el sublime contacto creacional que lo transportara hasta nuestra esfera pedestre, para revelar su esencialidad y su buena voluntad para con los seres que creara, teniendo la capacidad de ver a DIOS CON NOSOTROS.
=== Todos aquellos haces de gloria, llegaron a converger en la individualidad del Mesías, mostrándonos cómo todas las riquezas de su gracia y su amor redentivo, nos conducirían hacia la gloria regia, donde todo se focalizaría y se uniría, sintetizando en aquella corporeización divinal todo lo que él quiso expresar como su amor para con nosotros. Yahweh manifestó en Cristo lo que él quería hacer con nosotros. Así como juntara millones de partículas de tierra roja para forjar a Adán, el hombre natural y representativo con lo que él llenara la alborada de la nueva creación (precedida por la creación primigenia, a cargo de los ángeles, que fuera arruinada por Lucero, y desechada por el Padre en su soberano fluir); y que, tras la caída, pusiera en escena la inalterable gloria que haría de nosotros el Cuerpo de Cristo, la Casa o la Familia de Dios, que revelaría al mundo lo que él siempre quiso: ESENCIARSE O SUSTANCIARSE EN NOSOTROS COMO UNA REALIDAD PARTICULAR INDIVISIBLE, algo que hasta hoy nos abisma a todos. Fue a causa del Heredero que se buscó purificarlo todo, forjando un universo que compusiera las edades, amalgamándolo todo en cada uno de sus seres creados, llenándolos de un protagonismo que creara el campo de nuestra responsabilidad, sintetizándolo todo en la búsqueda de su agrado como nuestra pasión capital, cediendo a su inspiración en todas las cosas.
=== Siendo que el Verbo poseía una identidad como el resplandor de la gloria divinal: Una forma definida de cómo era el Padre cuando no retraía su esplendor, resultaba desde difícil hasta imposible el pensar que Jesús quisiera abandonar su representatividad esencial por amor a nosotros... ¡Y lo hizo! Siendo la imagen de su sustancia (Nada ni nadie podría representar al Padre en la forma que lo hacía Jesús, el Verbo, la Palabra)... ¡Y lo hizo! Y siendo aquello que sustentaba todas las cosas con la Palabra de su poder, dejó su posición en la sublime confianza que todo se haría conforme a su voluntad soberana, y de modo indefectibe en el trámite de las edades, y habiendo expresado aquella promesa divina, se sometió al arbitrio del Padre para ejecutar nuestra redención, purificando de ese modo a todo el género humano al sacrificar su ser para la satisfacción de la justicia del Padre, llegó a obtener el derecho legal para sentarse a la diestra del Padre, otorgándosele una gloria mayor de la que tuviera primero. Ningún ángel tuvo jamás tal nivel de gloria, ni lo tendrá, reservando ese lugar para sus redimidos en el trámite de las edades; y esa es la gloria de su Nombre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/08/2017 MENSAJE # 1918.
"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuando heredó más excelente nombre que ellos".
=== El autor, lleno de la gloria de Dios en su visión y en su percepción del plano relacional para con el género humano, refiere el plano creacional de la Deidad (digo esto porque el Padre hace uso de su voz para crear todas las cosas) hallando su expresión en la gloria Verbal que todo lo origina, proclamando su esencia y su naturaleza al ocuparlo todo, tanto en lo visible como en lo invisible, siendo esto último la fuente de todo lo que posee una existencia real en las esferas pertinentes, nos revela su plano revelacional; y al hacerlo, lo dibuja todo, rellenándolo de forma y de colores a su sazón, tiñéndolo todo con los jirones de gloria de su azul revestimiento, dándole al mar la capacidad de reflejar el panorama estelar que lo cubre de extremo a extremo, haciendo notorio que esa sería la tarea de los que habitáramos el plano pedestre: reflejar la gloria de lo celeste en la fusión bicampamentaria que expresaría la naturaleza divina en su versión antropomórfica: CRISTO JESÚS, EL VERBO DE DIOS, MANIFESTADO EN CARNE. Así, pues, todo llegó a tener el sello del ADN divinal en su multifacética expresión. Fue el Padre quien deseó y definió que las bocas profeticas participaran en las edades mostrando los haces de su gloria, hasta darnos la imagen y semejanza completa de su naturaleza y sazón en el sublime contacto creacional que lo transportara hasta nuestra esfera pedestre, para revelar su esencialidad y su buena voluntad para con los seres que creara, teniendo la capacidad de ver a DIOS CON NOSOTROS.
=== Todos aquellos haces de gloria, llegaron a converger en la individualidad del Mesías, mostrándonos cómo todas las riquezas de su gracia y su amor redentivo, nos conducirían hacia la gloria regia, donde todo se focalizaría y se uniría, sintetizando en aquella corporeización divinal todo lo que él quiso expresar como su amor para con nosotros. Yahweh manifestó en Cristo lo que él quería hacer con nosotros. Así como juntara millones de partículas de tierra roja para forjar a Adán, el hombre natural y representativo con lo que él llenara la alborada de la nueva creación (precedida por la creación primigenia, a cargo de los ángeles, que fuera arruinada por Lucero, y desechada por el Padre en su soberano fluir); y que, tras la caída, pusiera en escena la inalterable gloria que haría de nosotros el Cuerpo de Cristo, la Casa o la Familia de Dios, que revelaría al mundo lo que él siempre quiso: ESENCIARSE O SUSTANCIARSE EN NOSOTROS COMO UNA REALIDAD PARTICULAR INDIVISIBLE, algo que hasta hoy nos abisma a todos. Fue a causa del Heredero que se buscó purificarlo todo, forjando un universo que compusiera las edades, amalgamándolo todo en cada uno de sus seres creados, llenándolos de un protagonismo que creara el campo de nuestra responsabilidad, sintetizándolo todo en la búsqueda de su agrado como nuestra pasión capital, cediendo a su inspiración en todas las cosas.
=== Siendo que el Verbo poseía una identidad como el resplandor de la gloria divinal: Una forma definida de cómo era el Padre cuando no retraía su esplendor, resultaba desde difícil hasta imposible el pensar que Jesús quisiera abandonar su representatividad esencial por amor a nosotros... ¡Y lo hizo! Siendo la imagen de su sustancia (Nada ni nadie podría representar al Padre en la forma que lo hacía Jesús, el Verbo, la Palabra)... ¡Y lo hizo! Y siendo aquello que sustentaba todas las cosas con la Palabra de su poder, dejó su posición en la sublime confianza que todo se haría conforme a su voluntad soberana, y de modo indefectibe en el trámite de las edades, y habiendo expresado aquella promesa divina, se sometió al arbitrio del Padre para ejecutar nuestra redención, purificando de ese modo a todo el género humano al sacrificar su ser para la satisfacción de la justicia del Padre, llegó a obtener el derecho legal para sentarse a la diestra del Padre, otorgándosele una gloria mayor de la que tuviera primero. Ningún ángel tuvo jamás tal nivel de gloria, ni lo tendrá, reservando ese lugar para sus redimidos en el trámite de las edades; y esa es la gloria de su Nombre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/08/2017 MENSAJE # 1918.
HEBREOS NOS MUESTRA EL CORAZON DEL PADRE Y DEL HIJO, SU UNIDAD Y CONCIERTO PARA EFECTUAR NUESTRA REDENCIÓN, Y SU ANHELO POR CUBRIR CADA ASPECTO EN LO INHERENTE A NUESTRA IDENTIFICACIÓN CON ÉL COMO HIJOS AMADOS
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