LIMA - PERÚ MARTES 15 DE AGOSTO DEL 2017 MENSAJE # 1938
SEGUNDA DE JUAN 7-11
"Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa de sus malas obras".
=== El anciano apóstol Juan celebró en el párrafo anterior que los miembros de la comunidad estuvieran perseverando en la verdad doctrinal sobre Jesús, y se hubieran establecido en el mandamiento del amor fraternal, y los instó para proseguir en ello hasta el final. Pero luego, introduce a la grey en los momentos dramáticos que se están propagando en muchas partes por los engañadores y anticristos que niegan la realidad espiritual de la presencia de Dios como un hecho real, así en el mundo como en nuestros corazones. Ahora, si el Señor no hubiera venido en carne, su muerte sacrificial en el Calvario no se habría dado, y la verdad sobre nuestra redención sería la más grande farsa jamás contada. Sin la presencia de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo, desdibujamos todo nuestro panorama espiritual redentivo; nos quedamos bajo la condenación de la ley, y nuestro deseo por convertirnos en dioses por medio de nuestros esfuerzos, y por la absurda meritocracia que nos mantiene en un eterno jaque en el mejor de los casos, y rumbo a la condenación bajo el conjuro de las carcajadas del enemigo viéndonos desfilar al Hades sin Dios y sin esperanza. Una ministración del evangelio solamente es válida si las buenas nuevas componen nuestra salvación de la condenación, un retorno a la comunión con el Padre, y una plena certeza de que de que nuestra conciencia regia habrá de cristalizarse en conformidad al propósito eterno.
=== LA ENCARNACIÓN DE DIOS EN LA FIGURA ANTROPOMÓRFICA DE JESÚS es el centro de gravedad para que opere todo lo inherente a nuestra redención, pues sin la presencia y el sacrificio, la muerte, la resurrección, la ascensión, y el entronamiento de nuestro Señor Jesucristo; carecemos completamente de vínculo alguno con la Deidad, ya que era la misión del Señor restaurar a plenitud nuestra antigua posición como la familia de Dios, y como sus herederos, al compartir con nosotros el panorama estelar que nos volvía tripartitos, y nos reunía con la Deidad en el plano eternal registrado como su propósito. La naturaleza trinitaria había de ejercer su labor para completar en nosotros la imagen tripartita trascendente que logra el contacto pertinente con la celeste esfera en la fusión de los dos campamentos: el celestial y el terrenal, devolviéndonos a la realidad a la que pertenecíamos hasta antes de la caída. Era, pues, menester recobrarnos, para devolvernos la identidad que habíamos perdido al obedecer las consignas del enemigo, convirtiéndonos en enemigos de Dios mientras el influjo del enemigo se mantuviera como una forma de pensar y de obrar que nos alejara cada día más de nuestra posición y vocación, haciéndonos "por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás" (Ef.2:3).
=== La obra redentora, con nuestro Señor Jesús como Redentor, es algo que tiene que permanecer en nuestros corazones y mentes. De nuestra fidelidad a esa realidad depende todo lo que obtendremos al actuar en conformidad con la revelación divina, que declara que solamente seremos salvos por su vida (Ro.5:10). El trabajo conjunto del Padre y del Hijo, mediante el obrar continuo y diario del Espíritu Santo, es la única realidad que hará de nosotros lo que el Padre estableciera para el alcance de la herencia. La "bondad satánica", se viene a extender, cada día a nuestras puertas mediante sus propagadores, los mismos que pretenden ignorar la obra redentora de Jesucristo, dándote otras opciones, con otras doctrinas. Una simple palabra de aprecio o de sumisa aceptación a estos pareceres extraños, nos contaminará, haciéndonos partícipes del anatema divino al acompañarlos en sus engaños, tropezando de la manera más necia, haciéndole caso a la serpiente después de muchos milenios, cuando le oímos decir: "Seréis como Dios..." (Gn.3:5).
=== LA ENCARNACIÓN DE DIOS EN LA FIGURA ANTROPOMÓRFICA DE JESÚS es el centro de gravedad para que opere todo lo inherente a nuestra redención, pues sin la presencia y el sacrificio, la muerte, la resurrección, la ascensión, y el entronamiento de nuestro Señor Jesucristo; carecemos completamente de vínculo alguno con la Deidad, ya que era la misión del Señor restaurar a plenitud nuestra antigua posición como la familia de Dios, y como sus herederos, al compartir con nosotros el panorama estelar que nos volvía tripartitos, y nos reunía con la Deidad en el plano eternal registrado como su propósito. La naturaleza trinitaria había de ejercer su labor para completar en nosotros la imagen tripartita trascendente que logra el contacto pertinente con la celeste esfera en la fusión de los dos campamentos: el celestial y el terrenal, devolviéndonos a la realidad a la que pertenecíamos hasta antes de la caída. Era, pues, menester recobrarnos, para devolvernos la identidad que habíamos perdido al obedecer las consignas del enemigo, convirtiéndonos en enemigos de Dios mientras el influjo del enemigo se mantuviera como una forma de pensar y de obrar que nos alejara cada día más de nuestra posición y vocación, haciéndonos "por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás" (Ef.2:3).
=== La obra redentora, con nuestro Señor Jesús como Redentor, es algo que tiene que permanecer en nuestros corazones y mentes. De nuestra fidelidad a esa realidad depende todo lo que obtendremos al actuar en conformidad con la revelación divina, que declara que solamente seremos salvos por su vida (Ro.5:10). El trabajo conjunto del Padre y del Hijo, mediante el obrar continuo y diario del Espíritu Santo, es la única realidad que hará de nosotros lo que el Padre estableciera para el alcance de la herencia. La "bondad satánica", se viene a extender, cada día a nuestras puertas mediante sus propagadores, los mismos que pretenden ignorar la obra redentora de Jesucristo, dándote otras opciones, con otras doctrinas. Una simple palabra de aprecio o de sumisa aceptación a estos pareceres extraños, nos contaminará, haciéndonos partícipes del anatema divino al acompañarlos en sus engaños, tropezando de la manera más necia, haciéndole caso a la serpiente después de muchos milenios, cuando le oímos decir: "Seréis como Dios..." (Gn.3:5).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/08/2017 MENSAJE # 1938
ESTAR INMERSOS EN LA VERDAD ESCRITURAL, CONFORME A LA SANA DOCTRINA, ES LO ÚNICO QUE NOS MANTENDRÁ FIRMES ANTE EL ENGAÑO CONSTANTE DEL ENEMIGO, Y SUS OFERTAS DE UN "ENDIOSAMIENTO PROGRESIVO". SÓLO LA VERDAD NOS HACE LIBRES.
ResponderEliminar¡Amén! La redención de Jesús es lo total y lo absoluto y es para los débiles, aquellos que no tienen nada que ofrecer a Dios quitando de esta manera El engaño de la serpiente.
ResponderEliminar