LIMA - PERÚ DOMINGO 13 DE AGOSTO DEL 2017 MENSAJE # 1934
PRIMERA DE JUAN 2:1-6.
"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que permanece en él, debe andar como él anduvo".
=== El tierno corazón de Juan era muchas veces sacudido por la hipocresía de quienes asumían ser hijos de Dios, y que no eran sino "creyentes fragmentarios", o "hermanos elitistas", ya que solían escoger aquellos aspectos que les parecían más sencillos, y más versátiles en su referencia a la vida cristiana. ¿Has visto cómo algunas personas escarban su comida; desechando lo que no les agrada, o no les causa placer; mientras devoran ávidamente los ingredientes más sabrosos para su paladar? Estos elementos disticosos no se sienten cómodos al entrar en la comunión de los santos; prefiriendo a unos, y desechando a otros; haciendo lo mismo con la doctrina, señalando su preferencia por una gracia absolutoria y concesiva (a su sazón); y mirando de soslayo cuando la radical justicia de Dios considera inadmisible su bipolaridad doctrinal, mostrándose infraterno, elusivo, y hasta refractario con Dios y con sus escogidos. Juan considera algo vital que el creyente esté plenamente convencido de las realidades espirituales en su exacta dimensión. El disimulo o la hipocresía no son la solución contra el pecado; el admitirlo, el saberse herido por él, el ser controlado parcial o totalmente por el tal, son cosas que deben ser tratadas por la gracia, habiendo de limpiarnos de toda inmundicia, y de la justicia propia y legalista que pretende ignorar la necesidad de ser perdonados por Dios, y de ser restituidos a nuestra comunión con él al exhalar lo que nos contamina, intoxica y anula.
=== Juan manifiesta que eso es lo que motivara este párrafo en su epístola, exhortándonos para no pecar; mas si así hubiera sido, nos participa que tenemos un abogado ante el Padre, esto es, a Jesucristo el Justo. Quizá nos hagamos la pregunta: ¿No bastó la redención en la cruz del Calvario? Desde la perspectiva de lo cabal y total exigido por la justicia divina, ¡Sí! Nuestra salvación es un hecho consumado, y de valor perenne, y ese no es el punto a tratar; sino el de la comunión, el cual se rompe debido a nuestra inconsecuencia, nuestra irreverencia, y nuestra inconsciencia Y Juan nos participa que no basta con programar nuestras laptops para que se auto reparen; sino de la necesidad de una purga de todo aquello que forjara nuestra separación, como lo revela Isaías: "He aquí no se ha acortado la mano de Yahweh para salvar, ni se ha agravado su oído para no oír; PERO VUESTRAS INIQUIDADES HAN HECHO DIVISIÓN entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír... Por eso SE ALEJÓ DE NOSOTROS LA JUSTICIA, Y NO NOS ALCANZÓ LA RECTITUD; esperamos luz, y he aquí tinieblas, y andamos en oscuridad... Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados" (Is.59:1-2, 9, 12). Y no sigo porque tendría que reproducir todo el capítulo; pero para lo que queremos compartir, esto es suficiente, recnociendo esta palabra como la fuente de lo que Juan nos refiere en los términos del nuevo pacto.
=== Es por ello que entendemos el por qué el Propiciatorio está encima del arca, donde nos arreglamos con el alguacil antes de llegar al Juez, el cual propiciará su corazón hacia nosotros, no trayendo el castigo; sino la redención con su fuerza operativa que nos recuerda que sus misericordias son nuevas cada mañana, trayendo perdones consecutivos por la fuerza y poder del plano redentivo. Por eso decimos que el perdón se da varias veces (para la restauración de la comunión); mientras que la redención se ofició de una vez para siempre. Recordamos el diálogo con Pedro: ¿Hasta cuántas veces he de perdonar: hasta siete veces? No. Hasta setenta veces siete. El perdón opera porque la redención existe, tornándolo vigente vez tras vez, remitiéndonos a la cruz como una realidad trascendente por las edades, hasta que seamos presentados como JUSTOS ANTE DIOS POR LA JUSTICIA ADJUDICADA (2Co.5:21). De allí que Jesús la hiciera extensiva para todos. El guardar sus mandamientos no es legalismo barato, sino la más cabal confirmación que refrenda lo que decimos ser en Cristo Jesús. Cuando el amor de Dios se confirma en nosotros (nos abarca totalmente, nos empapa con la presencia líquida de su más inmensa riqueza espiritual), no hay otra guianza que la sabiduría del Paracleto, la cual de la la marcialidad a nuestros pasos alineándolos definitivamente a la obediencia práctica de los mandatos del Padre. ¡Aleluya!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/08/2017 MENSAJE # 1934
"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que permanece en él, debe andar como él anduvo".
=== El tierno corazón de Juan era muchas veces sacudido por la hipocresía de quienes asumían ser hijos de Dios, y que no eran sino "creyentes fragmentarios", o "hermanos elitistas", ya que solían escoger aquellos aspectos que les parecían más sencillos, y más versátiles en su referencia a la vida cristiana. ¿Has visto cómo algunas personas escarban su comida; desechando lo que no les agrada, o no les causa placer; mientras devoran ávidamente los ingredientes más sabrosos para su paladar? Estos elementos disticosos no se sienten cómodos al entrar en la comunión de los santos; prefiriendo a unos, y desechando a otros; haciendo lo mismo con la doctrina, señalando su preferencia por una gracia absolutoria y concesiva (a su sazón); y mirando de soslayo cuando la radical justicia de Dios considera inadmisible su bipolaridad doctrinal, mostrándose infraterno, elusivo, y hasta refractario con Dios y con sus escogidos. Juan considera algo vital que el creyente esté plenamente convencido de las realidades espirituales en su exacta dimensión. El disimulo o la hipocresía no son la solución contra el pecado; el admitirlo, el saberse herido por él, el ser controlado parcial o totalmente por el tal, son cosas que deben ser tratadas por la gracia, habiendo de limpiarnos de toda inmundicia, y de la justicia propia y legalista que pretende ignorar la necesidad de ser perdonados por Dios, y de ser restituidos a nuestra comunión con él al exhalar lo que nos contamina, intoxica y anula.
=== Juan manifiesta que eso es lo que motivara este párrafo en su epístola, exhortándonos para no pecar; mas si así hubiera sido, nos participa que tenemos un abogado ante el Padre, esto es, a Jesucristo el Justo. Quizá nos hagamos la pregunta: ¿No bastó la redención en la cruz del Calvario? Desde la perspectiva de lo cabal y total exigido por la justicia divina, ¡Sí! Nuestra salvación es un hecho consumado, y de valor perenne, y ese no es el punto a tratar; sino el de la comunión, el cual se rompe debido a nuestra inconsecuencia, nuestra irreverencia, y nuestra inconsciencia Y Juan nos participa que no basta con programar nuestras laptops para que se auto reparen; sino de la necesidad de una purga de todo aquello que forjara nuestra separación, como lo revela Isaías: "He aquí no se ha acortado la mano de Yahweh para salvar, ni se ha agravado su oído para no oír; PERO VUESTRAS INIQUIDADES HAN HECHO DIVISIÓN entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír... Por eso SE ALEJÓ DE NOSOTROS LA JUSTICIA, Y NO NOS ALCANZÓ LA RECTITUD; esperamos luz, y he aquí tinieblas, y andamos en oscuridad... Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados" (Is.59:1-2, 9, 12). Y no sigo porque tendría que reproducir todo el capítulo; pero para lo que queremos compartir, esto es suficiente, recnociendo esta palabra como la fuente de lo que Juan nos refiere en los términos del nuevo pacto.
=== Es por ello que entendemos el por qué el Propiciatorio está encima del arca, donde nos arreglamos con el alguacil antes de llegar al Juez, el cual propiciará su corazón hacia nosotros, no trayendo el castigo; sino la redención con su fuerza operativa que nos recuerda que sus misericordias son nuevas cada mañana, trayendo perdones consecutivos por la fuerza y poder del plano redentivo. Por eso decimos que el perdón se da varias veces (para la restauración de la comunión); mientras que la redención se ofició de una vez para siempre. Recordamos el diálogo con Pedro: ¿Hasta cuántas veces he de perdonar: hasta siete veces? No. Hasta setenta veces siete. El perdón opera porque la redención existe, tornándolo vigente vez tras vez, remitiéndonos a la cruz como una realidad trascendente por las edades, hasta que seamos presentados como JUSTOS ANTE DIOS POR LA JUSTICIA ADJUDICADA (2Co.5:21). De allí que Jesús la hiciera extensiva para todos. El guardar sus mandamientos no es legalismo barato, sino la más cabal confirmación que refrenda lo que decimos ser en Cristo Jesús. Cuando el amor de Dios se confirma en nosotros (nos abarca totalmente, nos empapa con la presencia líquida de su más inmensa riqueza espiritual), no hay otra guianza que la sabiduría del Paracleto, la cual de la la marcialidad a nuestros pasos alineándolos definitivamente a la obediencia práctica de los mandatos del Padre. ¡Aleluya!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/08/2017 MENSAJE # 1934
NUESTRO SIEMPRE AMADO APÓSTOL JUAN QUIERE CONCIENTIZARNOS RESPECTO A NUESTRO SENTIDO DE LA JUSTICIA Y DE SU SABIA APLICACIÓN. SI ANDAMOS EN LUZ, COMO ÉL ESTÁ EN LUZ, TENEMOS COMUNIÓN UNOS CON OTROS, Y LA SANGRE DE JESUCRISTO, SU HIJO, NOS LIMPIA DE TODO PECADO. ESE ES EL PUNTO QUE HA DE SER COMPRENDIDO A CABALIDAD PARA UN SANO ENTENDIMIENTO.
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