jueves, 10 de agosto de 2017

LA CONSISTENCIA DE UN ADECUADO CAMINAR EN EL CENTRO DE LA VOLUNTAD DIVINA, ES POSTULADA AQUÍ COMO UNA REALIDAD EN LA QUE DECIDIMOS VOLUNTARIAMENTE VIVIR EL PADRE NOS HA PROPORCIONADO SU INSTRUCCIÓN, Y SI CAMINAMOS EN ELLA, NOS MANTENEMOS EN ELLA, Y REPOSAMOS EN ELLA, GOZAREMOS DE TODOS SUS BENEFICIOS.

LIMA - PERÚ     JUEVES 10 DE AGOSTO DEL 2017          MENSAJE # 1928

SALMO 1:1-3.

"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Yahweh está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará".

=== Este Salmo I nos muestra la dualidad de lineas de pensamientos, confesiones y acciones que gobiernan a los seres humanos que conocen a Dios, en contraposición con aquellos que lo irrespetan, y pretenden mofarse de él y de sus principios, recibiendo cada cual lo que habían definido como su destino. El salmista, llama dichoso o bienaventurado al varón que no se dejó persuadir por la maldad y sus heraldos, postuladores, propagadores y defensores; que han asumido el ponerle un nombre, destacar y formar paradigmas a su línea de pensamiento, rigiendo su pensar, hablar y accionar; catalogándolos como principios que rigen sus existencias, que componen su doctrina, y que refieren su consigna en una forma dogmática e invariable, que define, de paso, su destino eterno. Todas estas cosas, son aquellas a las que los varones bienaventurados no se apegan, rechazándolas de plano, tanto en sentido como en sentimiento y actitud. El programa de actividades del genuino varón de Dios es regido por su conciencia, y por su aprobación hacia los principios divinos que se establecieran como una verdad o realidad invariable a lo largo de las edades.

=== Si el consejo abarca el pensar y el sentir, ello produce una senda o camino de maldad, construyendo y trazando líneas que compondrán las urbes o ciudades que llevarán los nombres de aquellos que se considerarán como enunciadores de sus principios, sus inclinaciones, y sus proyecciones; con el ánimo de perpetuarse junto con sus ideas, y al amparo de sus "sabios pareceres", haciéndolos epicúreos o estoicos; liberales o conservadores; puros o mezclados; unitarios, o eclécticos y sincretistas; atándose a pensamientos y filosofías que cambiarán en las formas, pero que conservarán sus fondos como una invariable característica que destaque o lo distinga de otros libres pensadores, procurando no perder su esencia maléfica. El varón de Dios procurará forjar una ciudad con fundamentos cuyo arquitecto sea Dios. Ella surgirá en sus mentes como algo que Dios habrá puesto allí, y procurarán llevar el diseño consigo dondequiera que vayan, buscando establecerse en los principios eternos que harán de sus construcciones algo trascendente. No se trata de perpetuar la memoria de aquellos que se consideran como padres o mentores de un pensar que puede aturdirlos por algún tiempo, un buen tiempo; pero no para todo el tiempo, viéndose en la necesidad constante de hacer reformas o variables según se presenten las contingencias, las mismas que demostrarán que sus ideales no componen algo que funcione siempre, a menos que prevalezca el auto engaño, para una resignada auto complacencia. La renuncia a permanecer bajo un engaño, nuestro o ajeno, es básico para morar en su presencia (la de Dios), de una manera consciente.

=== El escarnecedor se sienta en una silla como si fuera un juez o un rey, considerando la conducta de otros según su parecer, o los manejos filosóficos o teorías con las que se haya identificado, asumiendo en su imaginación que todo el que no esté de acuerdo con él, está equivocado, considerándolo como un rebelde, o un torpe opositor falto de entendimiento. Aquellos que maduran, y contemplan los valores eternos, y los guardan celosamente para disfrutarlos totalmente, encontrarán un tesoro que querrán dejar como herencia a sus hijos, entendiendo el valor trascendente de la divina instrucción, y su vigencia en el trámite de las edades. La luz diurna, y la nocturnidad, son los tiempos para meditar y hablarle a nuestro corazón y a nuestras mentes, para darle al conocimiento escritural un cupo alfabético, de modo que el consejo divino sea hallado con prontitud cuando es requerido en alguna contingencia. Se refiere el salmista a este hombre peculiar como un árbol sembrado junto a corrientes de aguas, donde el fluyente líquido elemento lo provee de un verdor que revela lo eternal del mandato divino, y la dicha que es por el Padre sustentada para todo varón obediente. ¡Mantente allí!


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA            10/08/2017         MENSAJE # 1928.

1 comentario:

  1. LA DIVINA INSTRUCCIÓN VINO PARA QUEDARSE COMO NUESTRA GUIANZA DURANTE TODO EL TRÁMITE DE NUESTRA PEREGRINACIÓN. EL SONSONETE DEL SIGLO PRESENTE, POSTULADO EN LA FORMA DE FILOSOFÍAS, TEORÍAS, CORRIENTES DE PENSAMIENTO, DOCTRINAS DE DEMONIOS, ENSEÑANZAS FALSAS, ETC.; HAN DE SER DESECHADAS TOTALMENTE, ASUMIEBNDO EL AGRADAR A DIOS AL ANDAR CONFORME A SU INSTRUCCIÓN ESCRITURAL.

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