LIMA - PERÚ MARTES 19 DE SETIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2009
MALAQUÍAS 1:1-3.
"Profecía de la palabra de Yahweh contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Yahweh; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Yahweh. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí; y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto".
=== El panorama arqueotestamentario está llegando a su fin, y Malaquías traerá a la memoria de los descendientes de Abraham, el testimonio de su amor sobre la nación israelita, poniendo de relieve el aspecto de la elección; no sólo desde la perspectiva divina; sino también de la humana, refiriéndose a ellos como sus directos beneficiarios, porque decidieron tener en cuenta a Dios, sellando su pacto con él. Sin embargo, la irrespetuosa y profana nación va a hacer una serie de interrogantes a la Deidad sobre la base de sus afirmaciones, pretendiendo que lo que Yahweh refiere no tiene sustento. Y la primera interrogante, pondrá en el tapete el amor divino, olvidando el rol programático que hizo de ellos la nación escogida por la soberana elección del Padre, para que fueran un testimonio vivo ante las demás naciones; y no un grupo étnico con una suerte envidiable. Si bien los derechos hereditarios le pertenecían a Esaú (Edom), éste los desechó por un plato de lentejas, e interpuso juramento. No hubo, pues, un robo de la bendición porque ésta ya pertenecía a Jacob, y Esaú ya no podía retractarse. Su desprecio a Dios, y a todo lo que él tenía para él como descendiente directo y primogénito de Isaac, fue traspasado a Jacob por aquella transacción. Y aunque haya entre nosotros aquellos que digan que: negocios son negocios; era evidente que Esaú no valoraba aquello que para su padres era una realidad vigente y actuante. ¿Somos así nosotros?
=== La naturaleza dubitativa en lo inherente al amor divino, es porque lo consideramos como el nuestro; que va girando de continuo buscando sus conveniencias, o vive deshojando margaritas; sin entender el por qué su corazón tiene la forma de las dos tablas del pacto, abiertas arriba, y convergentes abajo; dando a entender el resumen de un todo que apunta a una sola realidad célico-pedestre; en una fusión del cielo y de la tierra que perduraría eternamente. El famoso dramaturgo inglés, William Shakespeare hizo esta declaración preciosa: "EL AMOR NO ES AMOR SI CAMBIA AL CAMBIAR LAS CONDICIONES". Los tiempos verbales en el hebreo aquí, son semejantes al presente continuativo griego: Amé, Amo, Amaré"; implicando la naturaleza incondicional de su amor para con la nación escogida; y eso es algo que nuestras veleidades no suelen entender, porque somos demasiado amplios para manifestar nuestros afectos, durando estos lo que duran las condiciones, afirmándose o disolviéndose a su sazón, y los divorcios son la resultante de ese amor caricaturizado, el cual deja a los descendientes en una trampa moral que volverá a repetirse hasta el hartazgo.
=== Si recordamos los dilemas que tuvo que confrontar Nehemías, varón de Dios de extraordinario valor, encontraremos que son las mismas cosas que Malaquías toca o menciona en su panorama profético, porque esto era lo que ocurría al llegar el período final del antiguo pacto, y esto tenía tres características troncales:
(I) Un sacerdocio contaminado y corrupto; el mismo que aceptara ofrendas y dádivas deficitarias que Dios había prohibido expresamente, catalogando de despreciable la mesa del Señor; razón por la cual el servicio ministerial fuera tan detestable como el de Ofni y Finees.
(II) Divorcios al por mayor para casarse con gente no creyente, generando una maldición para la nación y su descendencia, algo muy común en las congregaciones de hoy, no valorando sus pactos matrimoniales, e injuriando y ofendiendo a Dios con ello en una forma abierta, atentando contra la descendencia divina a futuro.
(III) Un descuido por mantener la economía del cielo en la tierra; y aquí me refiero a los diezmos y ofrendas, que le pertenecían a Dios, y que él utilizara para el sostén de sus servidores y para el mantenimiento constante de la adoración que al Padre correspondía, y que debía ser motivo de gozo para el pueblo de Dios.
Era así que la insanía moral y religiosa; el adulterio y la traición, y el robo sistemático a la Deidad, estaban marcando un panorama relacional que demandaba medidas disciplinarias para el pueblo de Dios. ¡Dios nos libre de estar así!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/09.2017 MENSAJE # 2009
"Profecía de la palabra de Yahweh contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice Yahweh; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Yahweh. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí; y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto".
=== El panorama arqueotestamentario está llegando a su fin, y Malaquías traerá a la memoria de los descendientes de Abraham, el testimonio de su amor sobre la nación israelita, poniendo de relieve el aspecto de la elección; no sólo desde la perspectiva divina; sino también de la humana, refiriéndose a ellos como sus directos beneficiarios, porque decidieron tener en cuenta a Dios, sellando su pacto con él. Sin embargo, la irrespetuosa y profana nación va a hacer una serie de interrogantes a la Deidad sobre la base de sus afirmaciones, pretendiendo que lo que Yahweh refiere no tiene sustento. Y la primera interrogante, pondrá en el tapete el amor divino, olvidando el rol programático que hizo de ellos la nación escogida por la soberana elección del Padre, para que fueran un testimonio vivo ante las demás naciones; y no un grupo étnico con una suerte envidiable. Si bien los derechos hereditarios le pertenecían a Esaú (Edom), éste los desechó por un plato de lentejas, e interpuso juramento. No hubo, pues, un robo de la bendición porque ésta ya pertenecía a Jacob, y Esaú ya no podía retractarse. Su desprecio a Dios, y a todo lo que él tenía para él como descendiente directo y primogénito de Isaac, fue traspasado a Jacob por aquella transacción. Y aunque haya entre nosotros aquellos que digan que: negocios son negocios; era evidente que Esaú no valoraba aquello que para su padres era una realidad vigente y actuante. ¿Somos así nosotros?
=== La naturaleza dubitativa en lo inherente al amor divino, es porque lo consideramos como el nuestro; que va girando de continuo buscando sus conveniencias, o vive deshojando margaritas; sin entender el por qué su corazón tiene la forma de las dos tablas del pacto, abiertas arriba, y convergentes abajo; dando a entender el resumen de un todo que apunta a una sola realidad célico-pedestre; en una fusión del cielo y de la tierra que perduraría eternamente. El famoso dramaturgo inglés, William Shakespeare hizo esta declaración preciosa: "EL AMOR NO ES AMOR SI CAMBIA AL CAMBIAR LAS CONDICIONES". Los tiempos verbales en el hebreo aquí, son semejantes al presente continuativo griego: Amé, Amo, Amaré"; implicando la naturaleza incondicional de su amor para con la nación escogida; y eso es algo que nuestras veleidades no suelen entender, porque somos demasiado amplios para manifestar nuestros afectos, durando estos lo que duran las condiciones, afirmándose o disolviéndose a su sazón, y los divorcios son la resultante de ese amor caricaturizado, el cual deja a los descendientes en una trampa moral que volverá a repetirse hasta el hartazgo.
=== Si recordamos los dilemas que tuvo que confrontar Nehemías, varón de Dios de extraordinario valor, encontraremos que son las mismas cosas que Malaquías toca o menciona en su panorama profético, porque esto era lo que ocurría al llegar el período final del antiguo pacto, y esto tenía tres características troncales:
(I) Un sacerdocio contaminado y corrupto; el mismo que aceptara ofrendas y dádivas deficitarias que Dios había prohibido expresamente, catalogando de despreciable la mesa del Señor; razón por la cual el servicio ministerial fuera tan detestable como el de Ofni y Finees.
(II) Divorcios al por mayor para casarse con gente no creyente, generando una maldición para la nación y su descendencia, algo muy común en las congregaciones de hoy, no valorando sus pactos matrimoniales, e injuriando y ofendiendo a Dios con ello en una forma abierta, atentando contra la descendencia divina a futuro.
(III) Un descuido por mantener la economía del cielo en la tierra; y aquí me refiero a los diezmos y ofrendas, que le pertenecían a Dios, y que él utilizara para el sostén de sus servidores y para el mantenimiento constante de la adoración que al Padre correspondía, y que debía ser motivo de gozo para el pueblo de Dios.
Era así que la insanía moral y religiosa; el adulterio y la traición, y el robo sistemático a la Deidad, estaban marcando un panorama relacional que demandaba medidas disciplinarias para el pueblo de Dios. ¡Dios nos libre de estar así!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/09.2017 MENSAJE # 2009
EL PERÍODO ARQUEOTESTAMENTARIO LLEGA A SU FIN CON UNA SERIE DE DILEMAS QUE DEBEN SER SUPERADOS, Y QUE SE PARECEN MUCHO A LOS PROBLEMAS QUE HOY SE EXPERIMENTA EN LAS IGLESIAS POR OÍR AJENAS VOCES.VOLVÁMONOS A DIOS Y A SU PALABRA ESCRITA, Y DISFRUTEMOS LAS BENDICIONES QUE POR ELLO NOS VENDRÁN
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