LIMA - PERÚ LUNES 25 DE SETIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2021
LEVÍTICO 25:18-19.
"Ejecutad, pues , mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años".
=== El orden divinal es aquí expuesto para que la nación hebrea sepa cómo habrá de conducirse en el trámite de la productividad de la tierra, siendo llamada a gozar de la fidelidad divina. Las personas que vivían bajo la ley fueron aderezadas en los principios divinos, los mismos que interfuncionaban con la fidelidad de los descendientes de Abraham en el contexto de la obediencia. El divino fluir no es algo mágico; sino sobrenatural, y en el contexto de la sociedad célico-pedestre, se solicitaba de los escogidos en lo natural, una participación que demostrara que la Deidad era fiel, y que sus elegidos confiaban en sus promesas y en la cabalidad de sus cumplimientos. Cuando el cielo ha dado a conocer sus pautas, es menester que la tierra atienda las mismas como principios espirituales y escriturales que no pierden vigencia y que rigen el panorama interrelacional divino-humano como una sólida realidad invariable, dándonos la certeza de la obligatoriedad de dichos términos por parte de los comprometidos, disfrutando así de una comunión y bendición que perduraría con el tiempo, trayendo el cumplimiento del plan y propósito que Dios estableciera como una realidad trascendente.
=== Al solicitarse la ejecución de la voluntad divina, el Señor marca los linderos relacionales entre él y sus siervos. Así, al cubrir lo establecido por los estatutos, es decir, lo establecido por Dios en una forma constante y predeterminante; y el imperativo de guardar cada ordenanza que se les diera por parte de la Deidad, y que fuera obedecida conforme a las premisas que Yahweh hubiera señalado, obrarían las realidades diseñadas por el Padre para que cada uno de los habitantes de la tierra prometida gozara de la plenitud que ya el Señor había dispuesto para la dicha de los escogidos. Así, pues, hay algo que el Padre había estatuido para que se activara su voluntad en el contexto del compartir del cielo y de la tierra, encendiendo la maquinaria que haría de toda aquella pasividad, una actividad continua, moviéndose al conjuro del orden divinal. La ejecutoria de sus estatutos, según su ordenanza, viabilizaría el deseo de la Deidad, y la seguridad de los siervos de Dios aparecería arriba, debajo y alrededor de la nación escogida como un escudo o bóveda de fuerza que los protegería de todo mal, mientras los preservara con amor para ser la gloria del Señor.
=== La productividad de la tierra, sustentando la vida y bienestar de quienes la habitaran, se evidenciaría a través de la robustez de quienes en ella vivieran, revelando que su provisión ordinaria rimara con su estado de salud, y con su disposición para hacer la voluntad divina y ser bendecidos conforme al estándar que Yahweh estableciera como la norma que controlara la dicha que como la familia de Dios se compartiera a nivel nacional y corporativo, redundando el escrito sobre la seguridad a nivel general. Luego, dadas las ordenanzas acerca del séptimo año, surgiendo la preocupación de qué se hará con el sustento y la alimentación de todos, el Señor responde que él enviaría su bendición en el año sexto para que la producción fuera el triple de lo convencional; no habiendo una superproducción; sino velando para que la alimentación de la nación estuviera asegurada hasta que la siega del octavo año llegara para mantener el sustento de su pueblo de una manera regular. Dios quiere que confiemos en él todo el tiempo: "El pan nuestro DE CADA DÍA, dánoslo hoy" (Mt.6:11). Nuestra relación con el Padre es sinónimo de bienestar y de continua satisfacción.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 25/09/2017 MENSAJE # 2021
"Ejecutad, pues , mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. Y si dijereis: ¿Qué comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años".
=== El orden divinal es aquí expuesto para que la nación hebrea sepa cómo habrá de conducirse en el trámite de la productividad de la tierra, siendo llamada a gozar de la fidelidad divina. Las personas que vivían bajo la ley fueron aderezadas en los principios divinos, los mismos que interfuncionaban con la fidelidad de los descendientes de Abraham en el contexto de la obediencia. El divino fluir no es algo mágico; sino sobrenatural, y en el contexto de la sociedad célico-pedestre, se solicitaba de los escogidos en lo natural, una participación que demostrara que la Deidad era fiel, y que sus elegidos confiaban en sus promesas y en la cabalidad de sus cumplimientos. Cuando el cielo ha dado a conocer sus pautas, es menester que la tierra atienda las mismas como principios espirituales y escriturales que no pierden vigencia y que rigen el panorama interrelacional divino-humano como una sólida realidad invariable, dándonos la certeza de la obligatoriedad de dichos términos por parte de los comprometidos, disfrutando así de una comunión y bendición que perduraría con el tiempo, trayendo el cumplimiento del plan y propósito que Dios estableciera como una realidad trascendente.
=== Al solicitarse la ejecución de la voluntad divina, el Señor marca los linderos relacionales entre él y sus siervos. Así, al cubrir lo establecido por los estatutos, es decir, lo establecido por Dios en una forma constante y predeterminante; y el imperativo de guardar cada ordenanza que se les diera por parte de la Deidad, y que fuera obedecida conforme a las premisas que Yahweh hubiera señalado, obrarían las realidades diseñadas por el Padre para que cada uno de los habitantes de la tierra prometida gozara de la plenitud que ya el Señor había dispuesto para la dicha de los escogidos. Así, pues, hay algo que el Padre había estatuido para que se activara su voluntad en el contexto del compartir del cielo y de la tierra, encendiendo la maquinaria que haría de toda aquella pasividad, una actividad continua, moviéndose al conjuro del orden divinal. La ejecutoria de sus estatutos, según su ordenanza, viabilizaría el deseo de la Deidad, y la seguridad de los siervos de Dios aparecería arriba, debajo y alrededor de la nación escogida como un escudo o bóveda de fuerza que los protegería de todo mal, mientras los preservara con amor para ser la gloria del Señor.
=== La productividad de la tierra, sustentando la vida y bienestar de quienes la habitaran, se evidenciaría a través de la robustez de quienes en ella vivieran, revelando que su provisión ordinaria rimara con su estado de salud, y con su disposición para hacer la voluntad divina y ser bendecidos conforme al estándar que Yahweh estableciera como la norma que controlara la dicha que como la familia de Dios se compartiera a nivel nacional y corporativo, redundando el escrito sobre la seguridad a nivel general. Luego, dadas las ordenanzas acerca del séptimo año, surgiendo la preocupación de qué se hará con el sustento y la alimentación de todos, el Señor responde que él enviaría su bendición en el año sexto para que la producción fuera el triple de lo convencional; no habiendo una superproducción; sino velando para que la alimentación de la nación estuviera asegurada hasta que la siega del octavo año llegara para mantener el sustento de su pueblo de una manera regular. Dios quiere que confiemos en él todo el tiempo: "El pan nuestro DE CADA DÍA, dánoslo hoy" (Mt.6:11). Nuestra relación con el Padre es sinónimo de bienestar y de continua satisfacción.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 25/09/2017 MENSAJE # 2021
AUNQUE LAS REGULACIONES DIVINAS NOS PAREZCAN (SEGÚN LA CARNE) ALGO QUE NO DEJA LUGAR A LA INICIATIVA PERSONAL, NOS TRANSMITEN LA SEGURIDAD ABSOLUTA DE QUE SI FUNCIONAMOS CONFORME A ELLAS, EL ÉXITO ESTARÁ ASEGURADO AL CONJURO DE LA OBEDIENCIA A LAS MISMAS.
ResponderEliminar