LIMA - PERÚ LUNES 11 DE SETIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 1993
HABACUC 1:1-4.
"La profecía que vio el profeta Habacuc. ¿Hasta cuándo, oh Yahweh, clamaré, y no oirás; y daré voces a causa de la violencia, y no salvarás? /Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia".
=== Cada profeta hebreo tuvo una visión del divino proceder conforme a su sazón, y las mismas se pueden comparar o diferenciar unas de otras, correspondiendo cada contacto a momentos históricos y proféticos que nos permiten ver al Padre obrando en consecuencia con su voluntad y su propósito para las edades, dentro del contexto generacional de quienes fueran elegidos para oír y obedecer la voz divina, y para ponernos al día del accionar divinal sobre el pueblo de su elección, y sobre aquellas naciones con las que el Padre actuara según su parecer soberano. El profeta Habacuc, como parte del ministerio profético para su tiempo, se siente sorprendido por las cosas que le ha tocado experimentar, las mismas que parecían desdecir la naturaleza del Padre como un Dios protector y lleno de bondad para con sus siervos elegidos. Mas esro ocurre porque sólo estamos mirando u observando las cosas desde la pasividad de considerarnos los hijos predilectos del Padre, y no ver la responsabilidad que nos cabe en calidad de tales. Si bien el profeta se daba cuenta de lo que pasaba, y le parecía que ya Dios debería haber intervenido y juzgado a los perversos de entre los israelitas, malvados y abusivos, quienes aprovechaban su condición y solvencia en lo natural para explotar, pervertir y esclavizar a los demás, manteniendo el panorama judicial como algo susbsistente sólo porque ello los favorecía, y mantenía su dominio sobre la sociedad hebrea que veía que se mantenían las formas, mientras se pervertían los fondos; haciendo prevalecer la violencia, el crimen, y todo lo que compusiera la maldad hasta el colmo, dejando a los demás sin esperanza. Y este es el panorama, descrito por Habacuc en la forma más sencilla y breve: "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá" (Hab.2:4).
=== La naturaleza pura del que le cree a Dios, lo mantiene en estado de buena esperanza, y aun en medio de la mayor desdicha o crisis situacional, confía en que el Padre le ayudará y lo sustentará, porque mora en el plano de la trascendencia; pero en el caso del que sustenta el poder basado en la injusticia y en la iniquidad, no hay lugar para el arrepentimiento; sino para el solaz del momento, para la gratificación de la ocasión, no pensando jamás en el juicio justo de la Deidad, y en el balance equitativo de sus premisas y su ley, tomando ello como un cuento de viejas, o un freno para la maldad, o como "el opio de las naciones", según una atea afirmación. ¿Por qué parecía que estos perversos parecieran tener razón? ¿Acaso el Padre se había olvidado de su ley y de su justicia? ¡Para nada! Lo que pasaba es que lo que Dios se proponía no podía ser alcanzado por una mente locataria, y que la maldad no podía ser juzgada por la torcida justicia de la época, mereciendo una tratativa divina que fuera más allá de los treinta y nueve azotes; y que dejaría a los perversos tan desconcertados, que ni en la peor de sus pesadillas podrían haber imaginado el castigo punitivo que se les acercaba, y toda la nación se iba a acordar de ello el resto de sus vidas. Hay momentos en que la actividad divina no es percibida por la fe sencilla, y los domésticos de la misma no pueden ver más allá de lo que Dios les revela. Cuando la fe aguarda por más (Hab.2:1), es porque quiere traspasar los umbrales de lo convencional, y junto con el Espíritu Santo, hurga el corazón de Dios, descubriendo cosas que lo pasmarán y lo atemorizarán si no está dispuesto a oír, y luego escribir sobre el particular para que otros también entren en confianza con la Deidad, y se sumerjan en la fe de lo que está más allá de lo evidente, pudiendo gozarse de lo que vendrá como resultado del divino accionar.
=== La justicia ha de pasar por fases críticas para confirmarse como tal. ¿Seremos capaces de mantenernos firmes y sin fluctuar en la profesión o confesión de nuestra esperanza? Para ello habría que pasar por la prueba de fuego. Así, pues, Dios le mostró a Habacuc lo que haría mediante la invasión de los caldeos, haciendo temblar el alma del profeta al darle las pautas sobre lo que ellos habrían de hacer con los perversos, mientras que Dios preservara a los justos en las bóvedas de su fe milenaria, y a pesar de que todo sería arrasado, el Padre conservaría las integridades de sus escogidos, bendiciéndolos por haberse mantenido fieles a su palabra y dándoles un plano de esperanza que los haría sonreír en medio de todo lo que se vería y vendría contra la nación elegida, y contra sus depredadores internos, los cuales estaban siendo guardados para el castigo más severo que Yahweh podría apicarles, mostrando así la certeza de su accionar en el juicio que traería contra la maldad; porque la justicia y el juicio son las bases de su trono. La injusticia recibirá su merecido. Los justos entenderán que la fe es más de lo que ellos pueden ver a diario, convirtiéndola en algo trascendente al mirar más allá de lo evidente, siguiendo esta regla: Nuestro gozo estará siempre basado en nuestra confianza en Dios; y esta última, está fundamentada en nuestro conocimiento de él.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 11/09/2017 MENSAJE # 1993
=== Cada profeta hebreo tuvo una visión del divino proceder conforme a su sazón, y las mismas se pueden comparar o diferenciar unas de otras, correspondiendo cada contacto a momentos históricos y proféticos que nos permiten ver al Padre obrando en consecuencia con su voluntad y su propósito para las edades, dentro del contexto generacional de quienes fueran elegidos para oír y obedecer la voz divina, y para ponernos al día del accionar divinal sobre el pueblo de su elección, y sobre aquellas naciones con las que el Padre actuara según su parecer soberano. El profeta Habacuc, como parte del ministerio profético para su tiempo, se siente sorprendido por las cosas que le ha tocado experimentar, las mismas que parecían desdecir la naturaleza del Padre como un Dios protector y lleno de bondad para con sus siervos elegidos. Mas esro ocurre porque sólo estamos mirando u observando las cosas desde la pasividad de considerarnos los hijos predilectos del Padre, y no ver la responsabilidad que nos cabe en calidad de tales. Si bien el profeta se daba cuenta de lo que pasaba, y le parecía que ya Dios debería haber intervenido y juzgado a los perversos de entre los israelitas, malvados y abusivos, quienes aprovechaban su condición y solvencia en lo natural para explotar, pervertir y esclavizar a los demás, manteniendo el panorama judicial como algo susbsistente sólo porque ello los favorecía, y mantenía su dominio sobre la sociedad hebrea que veía que se mantenían las formas, mientras se pervertían los fondos; haciendo prevalecer la violencia, el crimen, y todo lo que compusiera la maldad hasta el colmo, dejando a los demás sin esperanza. Y este es el panorama, descrito por Habacuc en la forma más sencilla y breve: "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá" (Hab.2:4).
=== La naturaleza pura del que le cree a Dios, lo mantiene en estado de buena esperanza, y aun en medio de la mayor desdicha o crisis situacional, confía en que el Padre le ayudará y lo sustentará, porque mora en el plano de la trascendencia; pero en el caso del que sustenta el poder basado en la injusticia y en la iniquidad, no hay lugar para el arrepentimiento; sino para el solaz del momento, para la gratificación de la ocasión, no pensando jamás en el juicio justo de la Deidad, y en el balance equitativo de sus premisas y su ley, tomando ello como un cuento de viejas, o un freno para la maldad, o como "el opio de las naciones", según una atea afirmación. ¿Por qué parecía que estos perversos parecieran tener razón? ¿Acaso el Padre se había olvidado de su ley y de su justicia? ¡Para nada! Lo que pasaba es que lo que Dios se proponía no podía ser alcanzado por una mente locataria, y que la maldad no podía ser juzgada por la torcida justicia de la época, mereciendo una tratativa divina que fuera más allá de los treinta y nueve azotes; y que dejaría a los perversos tan desconcertados, que ni en la peor de sus pesadillas podrían haber imaginado el castigo punitivo que se les acercaba, y toda la nación se iba a acordar de ello el resto de sus vidas. Hay momentos en que la actividad divina no es percibida por la fe sencilla, y los domésticos de la misma no pueden ver más allá de lo que Dios les revela. Cuando la fe aguarda por más (Hab.2:1), es porque quiere traspasar los umbrales de lo convencional, y junto con el Espíritu Santo, hurga el corazón de Dios, descubriendo cosas que lo pasmarán y lo atemorizarán si no está dispuesto a oír, y luego escribir sobre el particular para que otros también entren en confianza con la Deidad, y se sumerjan en la fe de lo que está más allá de lo evidente, pudiendo gozarse de lo que vendrá como resultado del divino accionar.
=== La justicia ha de pasar por fases críticas para confirmarse como tal. ¿Seremos capaces de mantenernos firmes y sin fluctuar en la profesión o confesión de nuestra esperanza? Para ello habría que pasar por la prueba de fuego. Así, pues, Dios le mostró a Habacuc lo que haría mediante la invasión de los caldeos, haciendo temblar el alma del profeta al darle las pautas sobre lo que ellos habrían de hacer con los perversos, mientras que Dios preservara a los justos en las bóvedas de su fe milenaria, y a pesar de que todo sería arrasado, el Padre conservaría las integridades de sus escogidos, bendiciéndolos por haberse mantenido fieles a su palabra y dándoles un plano de esperanza que los haría sonreír en medio de todo lo que se vería y vendría contra la nación elegida, y contra sus depredadores internos, los cuales estaban siendo guardados para el castigo más severo que Yahweh podría apicarles, mostrando así la certeza de su accionar en el juicio que traería contra la maldad; porque la justicia y el juicio son las bases de su trono. La injusticia recibirá su merecido. Los justos entenderán que la fe es más de lo que ellos pueden ver a diario, convirtiéndola en algo trascendente al mirar más allá de lo evidente, siguiendo esta regla: Nuestro gozo estará siempre basado en nuestra confianza en Dios; y esta última, está fundamentada en nuestro conocimiento de él.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 11/09/2017 MENSAJE # 1993
PUEDE QUE NUESTRO PANORAMA ACERCA DE LAS COSAS QUE ACONTECEN SEA UN TANTO SESGADO, Y ENTONCES TENDREMOS QUE PASAR MÁS ALLÁ DE LA QUEJA PARA INQUIRIR DEL PADRE SOBRE LO QUE ÉL ESTÁ HACIENDO "TRAS BAMBALINAS", PONIÉNDONOS AL TANTO DEL DIVINO FLUIR MÁS ALLÁ DE NUESTRO CLÁSICO ENTENDIMIENTO. LO QUE VEAMOS, NOS TRANSPORTARÁ AL PLANO TRASCENDENTE, Y EN LUGAR DE NUESTRA CONFUSIÓN, HABRÁ UN SANO ENTENDIMIENTO QUE NOS LLENARÁ DE GOZO Y ALEGRÍA AL VER LO QUE DIOS PREPARA.
ResponderEliminar