jueves, 28 de septiembre de 2017

EL PRECIOSO TEXTO A LOS HEBREOS NOS MUESTRA A CRISTO EN EL ETÉREO HOGAR CELESTIAL, LA GLORIA ANGELICAL QUE LO RODEA, Y EL SENTIDO DE LA MISMA EN SU PANORAMA RELACIONAL.

LIMA - PERÚ     JUEVES 28 DE SETIEMBRE DEL 2017          MENSAJE # 2027

HEBREOS 1:8-9.

"Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado al justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros".

=== El autor elige el panorama angelical, y su excelsa posición  en el ámbito de la compañía celeste, para mostrarnos la superioridad de Cristo sobre cualquiera en el contexto del plano angelical: Arcángeles, Serafines. Querubines y ángeles, quienes ofrecerán a Jesús adoración cuando el Primogénito sea introducido en el mundo. Lucero también estaba allí como un adorador más, aunque dentro de la corte angelical, rindiéndole pleitesía al Hijo de Dios como tal, haciendo el Padre las precisiones del caso, presentándonos a los ángeles como sus espíritus que hacen su voluntad, y los que ministran con un ígneo consejo, mostrando en su ardor su vigencia como luminares divinos, revelando en todo trance la gloria de Dios, magnificando su presencia como la gloria de la compañía del Señor en el Éter; algo que siempre nos encandila, encanta y habla al corazón sobre lo que es la celeste adoración. Pero de allí, hay un salto formidable, hacia la esfera del reino mismo, mostrándonos el TRONO DIVINAL, como aquello que compone la realidad regia, y el derecho que es revelado en la individualidad de Jesús como coigual con el del Padre, mostrándonos la Deidad del Hijo con su par trinitario, Yahweh: Dios Padre, cuya voz llenara el cielo al hablar de su Hijo, desde entonces, y para siempre, como aquel que lo representará en el contexto divino-humano, pues cuando el Padre comparte su gloria, lo hace en tal forma que nadie puede ignorar su soberano designio, proponiendo el cubrimiento de su propósito por las edades, guardando siempre lo mejor para el final, como en la creación original, sellando la misma con la creación del género humano, y su comunión con el plano célico-pedestre.

=== El cetro, o bastón de mando, siempre en la mano de la Deidad, para señalar su consejo, su aprobación y su designio; tiene una forma simétrica que propone la EQUIDAD o igualdad como su consigna regia, como medida aplicable a todas sus determinaciones; implicando que delante de la Deidad no hay preferencias, y que SU JUSTICIA habrá de ser aplicada en la misma medida con todos los seres creados, cada uno dentro de su esfera, aguardando por la excelencia en todo lo que para él se hace, correspondiendo nuestro diseño a su perfecto obrar. Dios, el Padre, no espera más que una total correspondencia a las capacidades o dotaciones que él nos impartiera; pues ello es lo justo; razón por la cual se nos advierte que a quien más él haya dado, más se le pedirá. De allí, el autor pasa a proclamar las virtudes que adornaran al elegido de la Deidad, arguyendo que: "Has amado la justicia", indicando con ello su afinidad con la Deidad en lo concerniente a la aplicación correcta de los postulados divinos, sintiéndose a gusto con ello; y también nos refiere la actitud que corresponde a la maldad, la misma que había de ser rechazada plenamente, proclamando que el Señor LA ABORRECÍA. Si la pareja hubiera comido el fruto del árbol de la vida, su bien y su mal hubieran estado debidamente contrapesados, entendiendo la naturaleza de las cosas en su plano intrínseco, definiendo el qué hacer con ello sobre la base de la vida de Dios; y no por la impresión que estas cosas pudieran causarle, subyugando su espíritu, ora hacia lo uno, ora hacia lo otro. No te sientas satisfecho con la mitad de la realidad, asimílala toda, de modo que sepas elegir lo bueno y rechazar lo malo.

=== Y este es el resultado en la celeste esfera, reaccionando el Padre en razón directanente proporcional a la respuesta a lo propuesto; derramando Yahweh sobre Yeshúa el aceite de la unción que corresponde a la gloria regia, arguyendo que la relación Padre-Hijo se traduciría en la sumisión que trae la autoridad del Padre como una asignación que el Hijo comparte en la misma medida y plenitud que torna activo el trino fluir, al derramar el Espíritu Santo para que la vida espiritual pertinente se exteriorice: El Padre, el Hijo, la Unción, corresponden totalmente a la trina autoridad de la Deidad en la perfecta fusión que todo cristiano lleva consigo en su fuero interno. Así, pues, el escogido por el Padre, se mueve en la vida de Dios mediante el Verbo, y el Espíritu Santo o Paracleto activa el divino fluir en las humanas experiencias, en las que los ángeles suelen hacernos compañía, guardándonos, cuidándonos, sirviéndonos, etc. La compañía angelical en nuestras existencias es tan evidente como los dos campamentos que viera Jacob, al que él reconociera como Mahanaim; y nosotros actualmente en este siglo XXI vivimos en ese contexto.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA            28/09/2017         MENSAJE # 2027

1 comentario:

  1. EL AUTOR DE HEBREOS NOS PRESENTA AL SEÑOR ACOMPAÑADO DE SU CORTE ANGELICAL, Y EL TESTIMONIO DEL PADRE SOBRE ÉL, QUE MARCA LA DIFERENCIA.

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