LIMA - PERÚ DOMINGO 10 DE SETIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 1991
EFESIOS 1:3-6.
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado".
=== El aspecto relacionado con nuestra herencia es asumido desde sus albores, implicando algo que estuviera aparejado por el Padre, y que, en el contexto de las edades, formara parte de nuestra identidad como hijos de Dios, y que nosotros vamos descubriendo en la medida de nuestro avance espiritual; por eso es algo que el inconforme, el flojo, el eterno reclamador y el inconstante, nunca llegan a alcanzar, y que tienen su ayer y sus remembranzas como una realidad que aún añoran, temiendo que las mismas se desdibujen en el horizonte. Recordemos cómo el pueblo hebreo le reclamara al caudillo Moisés: ¿Para qué nos sacaste de Egipto? Pablo toca aquí el asunto de los valores absolutos desde una correcta perspectiva, y nos comunica los detalles de la divina planificación como una realidad vigente, actuante y palpitante, algo en lo que todos los creyentes habríamos de caminar por las edades revelando la certeza de nuestra esperanza. Es así que Pablo eleva nuestros espíritus al lugar de nuestra procedencia, y bendice a Yahweh como Dios (aquel a quien se adora, nos creó, y de quien dependemos) y Padre (esto es el plano de nuestra filiación, y el sentido claro de la Paternidad de la Deidad en su panorama relacional con nosotros), proponiendo que todo esto era una realidad que solamente Jesús disfrutara, y que generosamente él haría nuestra cuando nos acopláramos al plan divinal en lo tocante a su propósito.
=== Para que entendamos el propósito, el Padre NOS BENDICE CON TODA BENDICIÓN ESPIRITUAL en los lugares celestiales. Si no te elevas en el espíritu, no eres capaz de entender y disfrutar lo que el Padre hiciera contigo. La carne, una de las beneficiadas con el género de vida que proviene de nuestro espíritu, gusta de gozar de los beneficios sin importarle el cómo éste llegara hasta ella; y nunca siente siquiera curiosidad por llegar a saber cómo es que esto se activa en medio nuestro, cediendo a sus impulsos y apetitos instintivos; siendo ello el motivo de sus constantes fracasos. Las bendiciones espirituales (he aquí su esencia), son disfrutables en los lugares celestiales en Cristo (en el contexto de nuestra unión y fusión con él cuando navegamos en el mar de su sola voluntad, donde nuestro tripartito ser se ve empoderado de los valores de su herencia por anticipación). ¿Por qué es que esto funciona cuando nos acoplamos a su voluntad? Porque fue así que él hizo su elección, amalgamándonos en él; como cuando hiciera a Adán de los granos individuales de polvo de la tierra, y luego los uniera, y luego le impartiera su Espíritu soplando en su nariz, infundiendo en aquel modelo de arcilla la vida genérica que lo hiciera un ser viviente, creando nuestra locación para el oportuno contacto con el Padre; señalándonos de paso un sino de orden tripartito: SER SANTOS Y SIN MANCHA DELANTE DE ÉL. Lo primero, implica una separación de lo demás para ser de su tenencia exclusiva; y lo segundo, apunta a nuestra preservación por el accionar del Espíritu Santo guiándonos en todo lo que hagamos para ejecutar su voluntad, y serle agradables, siendo posible nuestra comunión con él como algo ininterrumpido.
=== Y fue su amor, inequívocamente, lo que nos hizo el objeto de su predilección, y toda oposición del maligno hallara en nosotros aquel rechazo que lo hiciera a un lado mientras nos proyectáramos a la patria celestial. Independientemente de todo lo que el enemigo hiciera para encandilarnos, engatusarnos, engañarnos y atraparnos; aquel impulso vital resultaba tan bravo e imperativo, que el maligno sintió el rudo golpe que lo abatiera en el trámite de nuestra marcha a la gloria. ¿Qué deseaba el enemigo de nuestras almas? Que nunca llegara nuestra adopción, y que la presencia de Jesús no pasara de ser una gentil invitación que podíamos desdeñar valiéndonos de nuestra propia justicia, agonizando lentamente en el ministerio de muerte, bajo el imperio de la letra y de una supuesta apoteosis que primara en nuestras alucinaciones. Mas EL PURO AFECTO DE SU VOLUNTAD, que no es otra cosa que su amor en acción para favorecer su propósito en nosotros, nos persuadió para que podamos reconocer con alabanzas la gloria de su gracia, y cuando las puertas del palacio celestial se abrieran para nosotros, y escucháramos el aplauso atronador de los santos de las edades, dándonos la bienvenida, pudimos reconocer que aquella aceptación fue forjada en nosotros en el trámite de nuestra generación, en nuestro recto andar conforme a la voluntad divina, disfrutando el ser ACEPTOS EN EL AMADO.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/09/2017 MENSAJE # 1991.
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado".
=== El aspecto relacionado con nuestra herencia es asumido desde sus albores, implicando algo que estuviera aparejado por el Padre, y que, en el contexto de las edades, formara parte de nuestra identidad como hijos de Dios, y que nosotros vamos descubriendo en la medida de nuestro avance espiritual; por eso es algo que el inconforme, el flojo, el eterno reclamador y el inconstante, nunca llegan a alcanzar, y que tienen su ayer y sus remembranzas como una realidad que aún añoran, temiendo que las mismas se desdibujen en el horizonte. Recordemos cómo el pueblo hebreo le reclamara al caudillo Moisés: ¿Para qué nos sacaste de Egipto? Pablo toca aquí el asunto de los valores absolutos desde una correcta perspectiva, y nos comunica los detalles de la divina planificación como una realidad vigente, actuante y palpitante, algo en lo que todos los creyentes habríamos de caminar por las edades revelando la certeza de nuestra esperanza. Es así que Pablo eleva nuestros espíritus al lugar de nuestra procedencia, y bendice a Yahweh como Dios (aquel a quien se adora, nos creó, y de quien dependemos) y Padre (esto es el plano de nuestra filiación, y el sentido claro de la Paternidad de la Deidad en su panorama relacional con nosotros), proponiendo que todo esto era una realidad que solamente Jesús disfrutara, y que generosamente él haría nuestra cuando nos acopláramos al plan divinal en lo tocante a su propósito.
=== Para que entendamos el propósito, el Padre NOS BENDICE CON TODA BENDICIÓN ESPIRITUAL en los lugares celestiales. Si no te elevas en el espíritu, no eres capaz de entender y disfrutar lo que el Padre hiciera contigo. La carne, una de las beneficiadas con el género de vida que proviene de nuestro espíritu, gusta de gozar de los beneficios sin importarle el cómo éste llegara hasta ella; y nunca siente siquiera curiosidad por llegar a saber cómo es que esto se activa en medio nuestro, cediendo a sus impulsos y apetitos instintivos; siendo ello el motivo de sus constantes fracasos. Las bendiciones espirituales (he aquí su esencia), son disfrutables en los lugares celestiales en Cristo (en el contexto de nuestra unión y fusión con él cuando navegamos en el mar de su sola voluntad, donde nuestro tripartito ser se ve empoderado de los valores de su herencia por anticipación). ¿Por qué es que esto funciona cuando nos acoplamos a su voluntad? Porque fue así que él hizo su elección, amalgamándonos en él; como cuando hiciera a Adán de los granos individuales de polvo de la tierra, y luego los uniera, y luego le impartiera su Espíritu soplando en su nariz, infundiendo en aquel modelo de arcilla la vida genérica que lo hiciera un ser viviente, creando nuestra locación para el oportuno contacto con el Padre; señalándonos de paso un sino de orden tripartito: SER SANTOS Y SIN MANCHA DELANTE DE ÉL. Lo primero, implica una separación de lo demás para ser de su tenencia exclusiva; y lo segundo, apunta a nuestra preservación por el accionar del Espíritu Santo guiándonos en todo lo que hagamos para ejecutar su voluntad, y serle agradables, siendo posible nuestra comunión con él como algo ininterrumpido.
=== Y fue su amor, inequívocamente, lo que nos hizo el objeto de su predilección, y toda oposición del maligno hallara en nosotros aquel rechazo que lo hiciera a un lado mientras nos proyectáramos a la patria celestial. Independientemente de todo lo que el enemigo hiciera para encandilarnos, engatusarnos, engañarnos y atraparnos; aquel impulso vital resultaba tan bravo e imperativo, que el maligno sintió el rudo golpe que lo abatiera en el trámite de nuestra marcha a la gloria. ¿Qué deseaba el enemigo de nuestras almas? Que nunca llegara nuestra adopción, y que la presencia de Jesús no pasara de ser una gentil invitación que podíamos desdeñar valiéndonos de nuestra propia justicia, agonizando lentamente en el ministerio de muerte, bajo el imperio de la letra y de una supuesta apoteosis que primara en nuestras alucinaciones. Mas EL PURO AFECTO DE SU VOLUNTAD, que no es otra cosa que su amor en acción para favorecer su propósito en nosotros, nos persuadió para que podamos reconocer con alabanzas la gloria de su gracia, y cuando las puertas del palacio celestial se abrieran para nosotros, y escucháramos el aplauso atronador de los santos de las edades, dándonos la bienvenida, pudimos reconocer que aquella aceptación fue forjada en nosotros en el trámite de nuestra generación, en nuestro recto andar conforme a la voluntad divina, disfrutando el ser ACEPTOS EN EL AMADO.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/09/2017 MENSAJE # 1991.
EL APÓSTOL NOS DESCRIBE PARTE POR PARTE EL PANORAMA RELACIONAL QUE SOSTENEMOS CON NUESTRO SEÑOR Y DIOS, REVELÁNDONOS CÓMO TODO SE DIO DESDE EL PRINCIPIO PARA LLEGAR A CUBRIR EL OBJETIVO DIVINO CON NOSOTROS.
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