sábado, 17 de febrero de 2018

EL PROCESO ESPIRITUAL QUE HACE DE NOSOTROS HEREDEROS DE DIOS POR MEDIO DE CRISTO, ES LENTO Y PROGRESIVO. EL PADRE SE RESERVA EL DERECHO DE ENTREGARNOS CIERTAS CARGAS EN LOS MOMENTOS ADECUADOS, RECONOCIENDO EN NOSOTROS LA MADUREZ PARA REALIZARLO ÓPTIMAMENTE.

LIMA - PERÚ     VIERNES 16 DE FEBRERO DEL 2018         MENSAJE # 2309

GÁLATAS 4:1-7.

"Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Asi también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo"

=== Nuestra participación de las bondades y los beneficios divinos, corresponde  a nuestra preparación, entrenamiento y capacitación en el ámbito de la familia de Dios con derechos plenos. Los derechos de la herencia nos han sido asignados como una realidad sobrenatural que vendrá a afectarnos en la medida de nuestra comprensión, vocación y dedicación, siendo asimilados gradualmente, mientras nos sometamos al entrenamiento que hará de nosotros hijos maduros. Sin embargo, Pablo aclara que mientras que el heredero es un infante inmaduro, no va usted a encontrar diferencia alguna entre él y otro  niño cualquiera, porque la herencia compone una promesa que, para cumplirse, y constituirse en herencia, tiene que ver habilitado por completo al heredero, pasando por el proceso que lo transporte a la madurez o cabalidad exigida por el padre, para lo cual le son asignados tutores (guardianes, maestros, mentores) y curadores (o restauradores del ánimo del sujeto en formación, exhortándolo y animándolo para que continúe su formación social. económica, jurídica, política, académica, espiritual y ética; hasta alcanzar la meta señalada para el manejo oportuno de la herencia asignada por el progenitor). Muchos de los que se convierten al Señor, pretenden que tal proceso es innecesario; alucinando que Dios tiene que hacer una excepción con ellos que, cual pollitos acelerados con incubadoras especiales (como plátanos madurados a la fuerza con el carburo), deban recibir sus estrellas de generales mientras que van aprendiendo a cambiarse los pañales... ¡Es patético!

=== La asignación de los tutores y curadores, es para que el grado de crecimiento y aprovechamiento esté supervisado por gente preparada para ello, exigiendo al máximo al futuro heredero, quien tendrá que exhibir las características y dotaciones que corresponden a su posición. ¡No te fatigues de su corrección! El gobernar implica una capacidad enorme, y el desarrollo amplio del criterio que velará por el bienestar para todos los que componen la esfera de tu influencia, la cual debe ser gobernada con juicio y justicia, para que cuente con la divina aprobación y para que perdure en el tiempo. El denominado 'tiempo señalado por el padre', implica que no eres tú quien define cuándo concluye tu formación. Nuestro estado de niñez comienza con enseñanzas rudimentarias, o con lo que llamaríamos el aspecto teórico, hasta que llegue el tiempo de las aplicaciones con responsabilidad, en el que cada decisión será juzgada drásticamente. El título de heredero, en el tiempo de tu adiestramiento, no significa gloria; sino una exigencia mayor en todas las cosas; y si no  queremos que el titulo nos quede ancho, procuremos llegar al nivel de las demandas que nuestra alta investidura nos exige. Allí no hay ni injusticia, ni dureza divina, sino la justa medida que hará de nosotros gente madura en la fe.

=== En nuestra experiencia en la preparatoria, los tutores y curadores; los guardianes de nuestra excelencia, y los que estarán cuidándonos celosamente para que lleguemos enteros e incólumes al ejercicio de nuestros deberes y privilegios, son comparados con  los mandamientos de la ley en su aspecto ceremonial, legal y moral, los cuales van sazonando el corazón del creyente hasta convertirlo en alguien muy circunspecto (serio, grave, respetable), habiendo aprendido las cosas de la vida como se hace con las reglas de urbanidad, aplicándolas a su sazón, siendo aprobado por el padre, y por quienes ven el progreso del infante hasta alcanzar el nivel adecuado que lo constituye en el hombre probo que Dios diseñara para ser su representante. Cuando el niño ha madurado hasta el nivel de ser catalogado como un adulto responsable, los tutores y curadores, se inhiben, dejando el cargo al mismo padre, quien ve en su heredero su beneplácito, su deseo satisfecho, su certeza de un futuro sin sombras, redimiéndolo de la ley al recibir la adopción en calidad de hijo (teleios=hijo maduro), es reconocido socialmente como el sucesor de su padre, alguien cuya opinión vale. La esclavitud en forma de rudimentos, le da lugar abierto al Espíritu, proporcionando el lenguaje que es característico de los renacidos: ¡ABBA, PADRE! Al salir de aquella esclavitud (entrenamiento prefiero llamarlo), nuestra identificación como HIJOS, nos trae la consciencia como HEREDEROS DE DIOS POR MEDIO DE CRISTO.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA          16/02/2018        MENSAJE # 2309.

1 comentario:

  1. SI HEMOS SIDO LLAMADOS A FORMAR PAARTE DEL EJÉRCITO, HAGÁMOSLO PASO A PASO, CRECIENDO RÍTMICAMENTE HASTA ALCANZAR EL NIVEL DESEADO POR EL PADRE, Y HACIENDO UN GRAN PAPEL COMO REPRESENTANTES SUYOS.

    ResponderEliminar