LIMA - PERÚ JUEVES 15 DE FEBRERO DEL 2018 MENSAJE # 2307
HABACUC 1:1-5.
"La profecía que vio el profeta Habacuc. ¿Hasta cuándo, oh Yahweh, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis".
=== La debacle moral, espiritual, social y legal estaba en su nivel más profundo. Y al profeta Habacuc le asombraba la aparente inacción divina, limitado como estaba por su visión panorámica, la cual no le permitía ver más allá de su horizonte natural, haciendo sus deducciones sobre la base de lo que apreciaba, no viendo más allá de lo evidente, quedándose así anonadado por lo que sus ojos vieran, esto es, el triunfo de la maldad, habiéndose apoderado de todo en la tierra que Dios le hubiera dado por heredad a todos los descendientes de Abraham. Cuando se trata de aprovecharse de los demás, esquilmarlos, robarles, engañarlos, y usarlos para obtener ganancias deshonestas, difícilmente se puede superar a la casta judía que intenta vivir como si Yahweh no existiera, aunque los gentiles no le van muy a la zaga, mas no podemos desconocer a los maestros. Lo que viera Habacuc en su tiempo (todos los profetas observaron cosas semejantes, las denunciaron, y reclamaron juicio contra esta casta podrida del pueblo hebreo al denunciar sus injusticias, y la aparente pasividad del Señor). Algo que hemos de ver en este texto (les invito a leerlo totalmente) es la manera como Dios opera, eligiendo el juicio oportuno conforme a la maldad de los perversos. Cuando se utiliza un silbato para canes, ningún ser humano escucha su sonido, porque va más allá de lo que podemos captar con nuestra capacidad auditiva; pero al ver una enorme cantidad de perros acudiendo al llamado del entrenador, nos damos cuenta que el contacto entre él y ellos se había establecido aunque fuera imposible para nuestra capacidad auditiva el captarlo. Así también, en el panorama espiritual profético, no podemos visualizar lo que Dios no nos comparte en el campamento de abajo, habiendo de subir al de arriba, para ser testigos del divino obrar, y confirmar desde dentro de nosotros que el Padre está operando según su sentido aplicativo de la justicia, y lo que iba a venir ERA TAN TRÁGICO Y TERRIBLE, QUE HABACUC TEMBLÓ CUANDO LO SUPO. De allí que la pregunta habacuquiana le fuera dirigida a Dios mismo, y no a un conjunto de "opinólogos" que teorizan de lo que no saben, llegando a absurdas conclusiones que no nos sirven para nada.
=== Para un Dios de amor y misericordia, que actúa siempre con bondad y con justicia, este silencio, esta inacción, esta indiferencia; no hace sino tambalear la fe de los más pacientes y juiciosos entre los descendientes de Abraham; y las grises nubes de la duda y la incertidumbre se ciernen sobre los más lúcidos guardadores de la fe y la verdad entre el pueblo de Dios. Un profeta como Habacuc, desde la cima de su credibilidad, le hace preguntas a su Dios, arguyendo que espera por una respuesta, y que se mantendrá en el puesto del centinela hasta que el Padre le responda, de tal manera que pueda redirigir su pensar, hablar y obrar hacia donde la fe y la esperanza lo guíen. La fe de Habacuc aún no colapsa, y él sigue creyendo en el Todopoderoso, en la certeza de su pacto, y en el hecho de que de alguna manera él está operando las cosas en una forma de la que él no está consciente. En circunstancias como la presente es que uno suele pedirle a Dios que abra sus cielos, para que su mente y su corazón se sosieguen, y el latir de este último se acompase con el de Yahweh, empezando a sentir lo mismo que la Deidad, disminuyendo su alocado ritmo al hacerse uno con la paz del Padre, volviéndole el alma al cuerpo. El frenesí que le causara la condición paupérrima de su nación, viviendo bajo el tirano galopar de la injusticia, la explotación, la miseria y el dolor, y que el cielo no dijera nada al respecto (me refiero a la voz de Dios), hacía trastabillar toda estabilidad, cundiendo el desespero. Cuando somos testigos de excepción sobre la maldad en el juicio, el prevaricato, contubernios y componendas entre los infames que representan la ley, no podemos quedarnos tranquilos, y nuestras voces quedas se tornarán en gritos de desesperación, en demandas airadas, y cosas así.
===Habacuc describe la crisis hebrea de este modo: (I) La ley ha sido debilitada (no actuando con la potencia justiciera que lo hacía cuando Dios presidía los juicios). (II) El juicio no sale según la verdad (el dictamen no es el que corresponde, favoreciendo la impiedad y la injusticia). (III) El impío asedia al justo (lo rodea para imposibilitar el que pueda recibir ayuda alguna, lo ahoga y lo aprieta, anulando toda posible reacción). (IV) Por eso sale torcida la justicia (los trucos legales de los leguleyos alcanzan victoria, y la justicia se adapta al INFIEL de la balanza, dando la razón al perverso, y hundiendo en la pobreza y la ignominia al pobre). Pero Dios los ha visto, y prepara un castigo tan cruel como estos perversos explotadores han sido. Los caldeos serán el instrumento de castigo para la iniquidad en la nación israelita, y eso es algo que nadie se atrevería a soñar, ni imaginar ¿Será peor el remedio, que la enfermedad? Cuando el Padre se hace cargo de la disciplina, los justos no tienen nada que temer; pero los perversos no tendrán dónde huir, y la ira divina habrá de saciarse para que Yahweh detenga su mano. Aquellos que estamos en una fase crítica, sin aparente justificación, alcemos a él nuestro ojos rogándole por la vida de los inocentes, y porque el castigo contra los malos rebose justicia, trayendo todo al plano soberano y justo en el que Dios desea que vivamos. Habacuc pasó de la duda a la más terrible impresión; de allí al panorama que lo hiciera consciente de la ira divina que estaba ejecutando juicio, trayendo su instrumento para castigar desde lejos, y haciendo saber que después de todo, él volverá a crear lo que sea necesario para la tranquilidad y dicha de su pueblo elegido. ¡Confiemos!
"La profecía que vio el profeta Habacuc. ¿Hasta cuándo, oh Yahweh, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis".
=== La debacle moral, espiritual, social y legal estaba en su nivel más profundo. Y al profeta Habacuc le asombraba la aparente inacción divina, limitado como estaba por su visión panorámica, la cual no le permitía ver más allá de su horizonte natural, haciendo sus deducciones sobre la base de lo que apreciaba, no viendo más allá de lo evidente, quedándose así anonadado por lo que sus ojos vieran, esto es, el triunfo de la maldad, habiéndose apoderado de todo en la tierra que Dios le hubiera dado por heredad a todos los descendientes de Abraham. Cuando se trata de aprovecharse de los demás, esquilmarlos, robarles, engañarlos, y usarlos para obtener ganancias deshonestas, difícilmente se puede superar a la casta judía que intenta vivir como si Yahweh no existiera, aunque los gentiles no le van muy a la zaga, mas no podemos desconocer a los maestros. Lo que viera Habacuc en su tiempo (todos los profetas observaron cosas semejantes, las denunciaron, y reclamaron juicio contra esta casta podrida del pueblo hebreo al denunciar sus injusticias, y la aparente pasividad del Señor). Algo que hemos de ver en este texto (les invito a leerlo totalmente) es la manera como Dios opera, eligiendo el juicio oportuno conforme a la maldad de los perversos. Cuando se utiliza un silbato para canes, ningún ser humano escucha su sonido, porque va más allá de lo que podemos captar con nuestra capacidad auditiva; pero al ver una enorme cantidad de perros acudiendo al llamado del entrenador, nos damos cuenta que el contacto entre él y ellos se había establecido aunque fuera imposible para nuestra capacidad auditiva el captarlo. Así también, en el panorama espiritual profético, no podemos visualizar lo que Dios no nos comparte en el campamento de abajo, habiendo de subir al de arriba, para ser testigos del divino obrar, y confirmar desde dentro de nosotros que el Padre está operando según su sentido aplicativo de la justicia, y lo que iba a venir ERA TAN TRÁGICO Y TERRIBLE, QUE HABACUC TEMBLÓ CUANDO LO SUPO. De allí que la pregunta habacuquiana le fuera dirigida a Dios mismo, y no a un conjunto de "opinólogos" que teorizan de lo que no saben, llegando a absurdas conclusiones que no nos sirven para nada.
=== Para un Dios de amor y misericordia, que actúa siempre con bondad y con justicia, este silencio, esta inacción, esta indiferencia; no hace sino tambalear la fe de los más pacientes y juiciosos entre los descendientes de Abraham; y las grises nubes de la duda y la incertidumbre se ciernen sobre los más lúcidos guardadores de la fe y la verdad entre el pueblo de Dios. Un profeta como Habacuc, desde la cima de su credibilidad, le hace preguntas a su Dios, arguyendo que espera por una respuesta, y que se mantendrá en el puesto del centinela hasta que el Padre le responda, de tal manera que pueda redirigir su pensar, hablar y obrar hacia donde la fe y la esperanza lo guíen. La fe de Habacuc aún no colapsa, y él sigue creyendo en el Todopoderoso, en la certeza de su pacto, y en el hecho de que de alguna manera él está operando las cosas en una forma de la que él no está consciente. En circunstancias como la presente es que uno suele pedirle a Dios que abra sus cielos, para que su mente y su corazón se sosieguen, y el latir de este último se acompase con el de Yahweh, empezando a sentir lo mismo que la Deidad, disminuyendo su alocado ritmo al hacerse uno con la paz del Padre, volviéndole el alma al cuerpo. El frenesí que le causara la condición paupérrima de su nación, viviendo bajo el tirano galopar de la injusticia, la explotación, la miseria y el dolor, y que el cielo no dijera nada al respecto (me refiero a la voz de Dios), hacía trastabillar toda estabilidad, cundiendo el desespero. Cuando somos testigos de excepción sobre la maldad en el juicio, el prevaricato, contubernios y componendas entre los infames que representan la ley, no podemos quedarnos tranquilos, y nuestras voces quedas se tornarán en gritos de desesperación, en demandas airadas, y cosas así.
===Habacuc describe la crisis hebrea de este modo: (I) La ley ha sido debilitada (no actuando con la potencia justiciera que lo hacía cuando Dios presidía los juicios). (II) El juicio no sale según la verdad (el dictamen no es el que corresponde, favoreciendo la impiedad y la injusticia). (III) El impío asedia al justo (lo rodea para imposibilitar el que pueda recibir ayuda alguna, lo ahoga y lo aprieta, anulando toda posible reacción). (IV) Por eso sale torcida la justicia (los trucos legales de los leguleyos alcanzan victoria, y la justicia se adapta al INFIEL de la balanza, dando la razón al perverso, y hundiendo en la pobreza y la ignominia al pobre). Pero Dios los ha visto, y prepara un castigo tan cruel como estos perversos explotadores han sido. Los caldeos serán el instrumento de castigo para la iniquidad en la nación israelita, y eso es algo que nadie se atrevería a soñar, ni imaginar ¿Será peor el remedio, que la enfermedad? Cuando el Padre se hace cargo de la disciplina, los justos no tienen nada que temer; pero los perversos no tendrán dónde huir, y la ira divina habrá de saciarse para que Yahweh detenga su mano. Aquellos que estamos en una fase crítica, sin aparente justificación, alcemos a él nuestro ojos rogándole por la vida de los inocentes, y porque el castigo contra los malos rebose justicia, trayendo todo al plano soberano y justo en el que Dios desea que vivamos. Habacuc pasó de la duda a la más terrible impresión; de allí al panorama que lo hiciera consciente de la ira divina que estaba ejecutando juicio, trayendo su instrumento para castigar desde lejos, y haciendo saber que después de todo, él volverá a crear lo que sea necesario para la tranquilidad y dicha de su pueblo elegido. ¡Confiemos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/02/2018 MENSAJE # 2307.
LAS RESPUESTAS A NUESTROS NTERROGANTES LLEGAN EN LOS MOMENTOS MÁS PRECISOS PARA QUIENES VIVEN EN LA PRESENCIA DE DIOS. LA INTRASCENDENCIA, RECIBE LAS CONSECUENCIAS DE SU DESINTERÉS POR LOS VALORES ESPIRITUALES Y ETERNOS.
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