viernes, 29 de diciembre de 2017

CUANDO EL AMOR FRATERNAL HA LLEGADO A SU NIVEL CORRECTO, EL PESO DE LA BALANZA NOS HACE VER LA GRACIA OPERANDO A NUESTRO FAVOR EN DICHOS Y EN HECHOS, Y LA REALIDAD ESPIRITUAL TRASCIENDE AL MUNDO NATURAL SOBRENATURALMENTE, PONIÉNDOLE EL SELLO A NUESTRA REDENCIÓN, Y PROCLAMANDO EL SEÑORÍO DE CRISTO EN TODAS LAS ESFERAS, DANDO UN COLOSAL Y GLORIOSO ESPECTÁCULO, AFECTANDO LAS EDADES DE PRINCIPIO A FIN.

LIMA - PERÚ     VIERNES 29 DE DICIEMBRE DEL 2017        MENSAJE # 2211

FILIPENSES 2:5-11.

"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre".

=== Al iniciar este capítulo, el apóstol busca la unificación de criterios, sentimientos, pensamientos, perspectivas y voluntades; aun en medio de las situaciones más críticas en cuanto a la comunión y el amor fraternal que nos hagan precisar de una sensibilidad que se mantenga misericordiosamente; habiendo de llegar hasta el sacrificio en aras de preservar la unidad (sin abandonar la verdad), hasta ver el amor en los más renuentes, y en los más suspicaces y esquivos; hasta alcanzar un SENTIR COMÚN, en una bendita línea de convergencia, convirtiéndose todo ello en una santa comunión que nos haga caminar en una sola dirección. Al llegar a ese punto, surge una superficie rasa donde la contienda y la vanagloria desaparecen, y la humildad, como naturaleza prevaleciente, nos lleva a una superior consideración sobre las virtudes y capacidades de nuestros hermanos en la fe, prevaleciendo en nosotros la voluntad del servicio a los demás, viendo cómo la simiente de la fe se vierte en amor hacia los otros, entendiendo que somos un todo corporativo que sirve a un propósito: El agrado divinal (vs.1-4).

=== La vocación sacrificial no se hace presente mientras que no haya una identificación con los demás; y cuando esto llega a existir, surge en nosotros un SENTIR, el mismo que surgiera en Jesús al ver nuestra paupérrima condición, viniendo a nuestro rescate, pagando el precio de lo que ello significaba en el cielo y en la tierra. El sacrificio de Jesús había de llegar hasta lo sumo; no habiendo opción para el regateo, llevando el asunto de nuestra redención hasta el climax. La propuesta del Padre a Jesús, lo demandaba todo; y la respuesta del Hijo fue el total amén a sus demandas. Fue así que Jesús se despojó de su gloria, arriesgando el todo por el todo, habiendo un apagón en el panorama célico-pedestre que demandó tres horas de oscuridad, donde el acuerdo trino había de ejecutarse, permitiendo que los que estaban en el cielo y en la tierra pudieran apreciar con horror aquel eclipse que los dejara perplejos en el día del GRAN TRUEQUE, en que nuestras culpas serían absorbidas por aquel agujero negro que todo se lo llevaría, dejando para nosotros un mundo nuevo lleno de su gracia, el cual traería el reino, en lo que Pablo define como "EL DESPOJO DE SÍ MISMO" (2Co.5:21), y que nosotros conocemos como la humanización del Verbo divino (Jn.1:14,18). Pero aquí no acabó todo...

=== La humanización del Verbo lo identificó con nosotros como ser humano; pero la caída adámica nos había hecho seres denigrados, y el que morara en las alturas celestiales hubo de sumergirse aún más, hasta la total degradación que el Padre siempre abominó, y que Yahweh estigmatizara con su maldición: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero" (Gá.3:13). El Señor no deja ningún saldo que el diablo pueda utilizar para atarnos de nuevo. Y cuando el Señor pisó el fondo, y no pudo descender más, fue que compartió con nosotros el ascenso a la gloria, con un TETELESTAI=CONSUMADO ES, que el diablo recuerda con dolor, y que nosotros disfrutamos con honor. Aquellas rodillas dobladas, arriba, abajo, y en lo profundo EN EL NOMBRE DE JESÚS, hizo que las lenguas confesaran que JESUCRISTO ES EL SEÑOR, PARA GLORIA DE DIOS PADRE.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA        29/12/2017        MENSAJE # 2211

1 comentario:

  1. CADA PASO QUE DIERA JESÚS PARA CONSEGUIR NUESTRA REDENCIÓN, RECOBRO Y ASCENSO A LA GLORIA, TUVO SU RAZÓN DE SER. NUESTRA SALVACIÓN ES UN HECHO CONSUMADO, Y ES NUESTRO DEBER VALORARLO COMO TAL, MANTENIENDO FIRME Y SIN FLUCTUAR LA PROFESIÓN DE NUESTRA ESPERANZA.

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