LIMA - PERÚ DOMINGO 17 DE DICIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2187
HECHOS 1:6-8.
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
=== Las instrucciones inherentes al futuro de la iglesia de Dios, tenía a la oncena apostólica con pendiente de lo que habría de venir. Lo inmediato, era la fiesta del Pentecostés, y lo que en ella se les habría de dar, habiendo de ser investidos con el Espíritu Santo, para hacer efectivo el rol protagónico que la tercera persona de la Trinidad efectuaría en cada uno de ellos. Si la Pascua los fusionó con el Cordero de Dios, habiendo obtenido eterna redención; la Fiesta de los Panes sin Levadura los integraría al propósito divinal debidamente empoderados, viviendo en santidad para alcanzar la estatura que los haría santos hasta el extremo, capacitándolos para su herencia al ser uno con el Paracleto, satisfaciendo la santidad divina; y la Fiesta del Nuevo Grano, los impregnaría de aquella vida que no puede más morir, concientizándolos de los valores eternos. En estas tres fiestas iniciales había una condensación de las realidades que componen nuestra nueva creación. Los cincuenta días de espera, para recibir el Espíritu Santo como una realidad vigente, viviente, obrante y vibrante, había de llevar a toda la tierra el evangelio del reino por gente aparejada para ello, que entendieran su redención, su santa vocación y llamamiento; y su singular estilo de vida como ciudadanos de dos campamentos. El revestimiento del Paracleto nos daría un espíritu humano prevaleciente; un alma dispuesta y obediente; y un cuerpo que no ignorara que era el templo del Espíritu Santo, operando tripartitamente, produciendo seminalmente conforme a su género.
=== La impetuosidad apostólica por alcanzar los niveles de gloria, sin haber sido condicionados para el caso, los llevó a efectuar esta interrogante: ¿Qué hay del reino ahora? ¿Ya tienes nuestras asignaciones programadas? ¿Podemos hacer uso de nuestros poderes y dotaciones según el sentir de nuestros corazones? Jesús les respondió: de las siete pautas espirituales, ustedes han disfrutado de tres, y lo que forja el coctel que hará de ustedes lo que yo quiero, tiene en cuenta las cuatro restantes, es decir: Pentecostés, Trompetas, Perdón y Tabernáculos. Lo que está por llegar comprende una llenura espiritual del mensaje que las trompetas declararán en su tiempo. Y cuando el perdón haya operado en su totalidad en ustedes, estarán aptos para ser parte de mi regia manifestación, viviendo conmigo para siempre. ¡No se dejen llevar por su entusiasmo, ni por su deseo de obtener el poder para dominar a otros y sobre otros! Los tiempos (ocasiones en el orden cronológico preciso), y las sazones (el haber llegado a su punto, y señalar el hito profético que apunta al próximo paso); son un asunto divino que le compete al Padre, estando sujeto a su autoridad (vale decir que nadie más puede ordenarlo de un modo arbitrario). Ni Jesús dictarlo porque quiere a título personal; ni yo obtenerlo por capricho. La sumisión del Maestro debe ser un ejemplo a seguir por cada uno de nosotros, de modo que la autoridad no se vea menoscabada jamás, porque ese es el principio que todo lo rige: AUTORIDAD, SUMISIÓN, COMUNIÓN. Lo primero, es supremo; lo segundo, es bendito; y lo tercero, es glorioso, y símbolo superior de PIEDAD.
=== La asignación del poder, implica la fortaleza que te concede la autoridad para tornarte operativo, aun si alguien se atreve a oponerse, pudiendo obligarlo o suprimirlo, según sea el caso. La venida SOBRE NOSOTROS DEL ESPÍRITU, refiere el control ejercido por la autoridad espiritual correspondiente, siendo los heraldos que comunican a los demás el orden divinal que opera para que seamos testigos. Hay en ello un orden, también. Jerusalén es el centro de gravedad de donde todo mensaje parte (algo que refiriera Miqueas en el capítulo 4 de su texto), luego se habla de toda Judea, habiendo de saturar con el mensaje a la nación escogida; y luego, ir a Samaria, apuntando al gentilicio y a la dispersión; y luego, hacerlo a nivel mundial. Esa no era tarea de un día o de pocos meses; llevamos en ello veintiún siglos, y aún hay lugares donde el evangelio del reino no ha llegado, o no ha tenido el impacto que se requería. El reto ha llegado hasta nosotros.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 17/12/2017 MENSAJE # 2187
HECHOS 1:6-8.
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
=== Las instrucciones inherentes al futuro de la iglesia de Dios, tenía a la oncena apostólica con pendiente de lo que habría de venir. Lo inmediato, era la fiesta del Pentecostés, y lo que en ella se les habría de dar, habiendo de ser investidos con el Espíritu Santo, para hacer efectivo el rol protagónico que la tercera persona de la Trinidad efectuaría en cada uno de ellos. Si la Pascua los fusionó con el Cordero de Dios, habiendo obtenido eterna redención; la Fiesta de los Panes sin Levadura los integraría al propósito divinal debidamente empoderados, viviendo en santidad para alcanzar la estatura que los haría santos hasta el extremo, capacitándolos para su herencia al ser uno con el Paracleto, satisfaciendo la santidad divina; y la Fiesta del Nuevo Grano, los impregnaría de aquella vida que no puede más morir, concientizándolos de los valores eternos. En estas tres fiestas iniciales había una condensación de las realidades que componen nuestra nueva creación. Los cincuenta días de espera, para recibir el Espíritu Santo como una realidad vigente, viviente, obrante y vibrante, había de llevar a toda la tierra el evangelio del reino por gente aparejada para ello, que entendieran su redención, su santa vocación y llamamiento; y su singular estilo de vida como ciudadanos de dos campamentos. El revestimiento del Paracleto nos daría un espíritu humano prevaleciente; un alma dispuesta y obediente; y un cuerpo que no ignorara que era el templo del Espíritu Santo, operando tripartitamente, produciendo seminalmente conforme a su género.
=== La impetuosidad apostólica por alcanzar los niveles de gloria, sin haber sido condicionados para el caso, los llevó a efectuar esta interrogante: ¿Qué hay del reino ahora? ¿Ya tienes nuestras asignaciones programadas? ¿Podemos hacer uso de nuestros poderes y dotaciones según el sentir de nuestros corazones? Jesús les respondió: de las siete pautas espirituales, ustedes han disfrutado de tres, y lo que forja el coctel que hará de ustedes lo que yo quiero, tiene en cuenta las cuatro restantes, es decir: Pentecostés, Trompetas, Perdón y Tabernáculos. Lo que está por llegar comprende una llenura espiritual del mensaje que las trompetas declararán en su tiempo. Y cuando el perdón haya operado en su totalidad en ustedes, estarán aptos para ser parte de mi regia manifestación, viviendo conmigo para siempre. ¡No se dejen llevar por su entusiasmo, ni por su deseo de obtener el poder para dominar a otros y sobre otros! Los tiempos (ocasiones en el orden cronológico preciso), y las sazones (el haber llegado a su punto, y señalar el hito profético que apunta al próximo paso); son un asunto divino que le compete al Padre, estando sujeto a su autoridad (vale decir que nadie más puede ordenarlo de un modo arbitrario). Ni Jesús dictarlo porque quiere a título personal; ni yo obtenerlo por capricho. La sumisión del Maestro debe ser un ejemplo a seguir por cada uno de nosotros, de modo que la autoridad no se vea menoscabada jamás, porque ese es el principio que todo lo rige: AUTORIDAD, SUMISIÓN, COMUNIÓN. Lo primero, es supremo; lo segundo, es bendito; y lo tercero, es glorioso, y símbolo superior de PIEDAD.
=== La asignación del poder, implica la fortaleza que te concede la autoridad para tornarte operativo, aun si alguien se atreve a oponerse, pudiendo obligarlo o suprimirlo, según sea el caso. La venida SOBRE NOSOTROS DEL ESPÍRITU, refiere el control ejercido por la autoridad espiritual correspondiente, siendo los heraldos que comunican a los demás el orden divinal que opera para que seamos testigos. Hay en ello un orden, también. Jerusalén es el centro de gravedad de donde todo mensaje parte (algo que refiriera Miqueas en el capítulo 4 de su texto), luego se habla de toda Judea, habiendo de saturar con el mensaje a la nación escogida; y luego, ir a Samaria, apuntando al gentilicio y a la dispersión; y luego, hacerlo a nivel mundial. Esa no era tarea de un día o de pocos meses; llevamos en ello veintiún siglos, y aún hay lugares donde el evangelio del reino no ha llegado, o no ha tenido el impacto que se requería. El reto ha llegado hasta nosotros.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 17/12/2017 MENSAJE # 2187
LOS ÚLTIMOS DETALLES ACERCA DEL REINO Y DEL DIVINO FLUIR APOSTÓLICO PARA QUE EL REINO FUESE ANUNCIADO EN LA CAPITAL JEROSOLIMITANA Y EN TODO EL MUNDO. DIOS NO RESPONDE A LAS CURIOSIDADES; SINO A LA OBEDIENCIA A SU PROGRAMA POR LAS EDADES.
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