LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 20 DE DICIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2193
JOSUÉ 3:3-5.
"Y mandaron al pueblo diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Yahweh vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella habrá distancia como de dos mil codos, no os acercaréis a ella. Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Yahweh hará mañana maravillas entre vosotros".
=== Habiendo recibido el informe de los dos espías, y de cómo todo lo que acaeciera con la nación israelita, desde su salida de Egipto, hasta sus victorias contra los reyes amorreos del otro lado del Jordán; era algo conocido entre los jericoítas y entre todos los cananeos, cuyos corazones ya habían desmayado llenos de temor por lo que Dios hacía con Israel, temiendo que llegara la confrontación. Y el Padre quiso demostrar ante los azorados ojos de los cananeos todo su poder, haciéndolo de un modo peculiar y espectacular, abriendo el río Jordán en dos, como antes lo hiciera con el mar Rojo (con algunas variables que el acucioso lector ya debe haber indagado en su estudio de las Sagradas Escrituras), revelando con ello que era su voluntad que Israel poseyera la tierra, y que era él quien les abría las puertas de par en par para que todo esto se ejecutara conforme a su designio. En el texto de Josué se nos muestra el cómo Dios apareja las cosas, y utiliza los tiempos, las circunstancias, las cosas y las personas a su sazón, y todas las cosas van a acontecer delante de nosotros como en cámara lenta. Los judíos nunca fueron atacados, descansando de este lado del río, quedándose frente a él por tres días, revelando al pueblo las estrategias a seguir, informándoles lo que se iba a hacer, como cuando uno prepara una ceremonia, y muestra cada paso a seguir en detalle. Al hacer pasar el arca del pacto delante de ellos, se aludía a la marcha sostenida del pueblo en el desierto, yendo siempre delante el Ángel Yahweh, el mismo que mostrara su gloria en cada batalla que les tocara enfrentar, llevando consigo la nube guiadora y el fuego nocturno para protegerlos de cualquier mal, los mismos que ya no estaban con ellos p;porque su función había variado en forma; no en fondo. Recordemos que con Moisés había que seguir a la nube de día y a la columna de fuego de noche; pero estando a las puertas de la tierra de promisión, tales manifestaciones se hacían innecesarias; y el nuevo régimen se estaba haciendo notorio que Yahweh estaba con Josué por dondequiera que fuera.
=== Aquí, la formidable presencia divina, como una realidad viva y vigente, cobraba la forma del arca del pacto, la misma que, cargada sobre los hombros de los levitas según la ordenanza, iba delante de ellos marcándoles la senda a seguir, abriéndoles paso para la conquista de las naciones cananeas. Los cargadores del arca mostrarían una fe poderosa hasta el extremo; tanto para ver la apertura del río Jordán ante sus pies, como para penetrar hasta el medio del mismo, quedándose allí durante horas, hasta que cada uno de sus hermanos pasara hasta el otro lado, y sus rostros reflejaban una serenidad absoluta, mientras iban contando las decenas y centenas de millares que pasaran hacia el territorio cananeo que el Padre les había prometido. Y después que todos hubieron pasado, ellos tuvieron que quedarse allí para que se recogiesen doce piedras por cada uno de los representantes tribales, para trasladarlas a donde acamparían; y luego que se tomaran otras doce para colocarlas en medio del río como un testimonio visible del paso del Jordán. Y fue solamente entonces que los sacerdotes pudieron pasar hacia el lado cananeo. Hay momentos en los que es preciso afirmar nuestra fe, y convertirnos en el nexo necesario para que el resto de nuestros hermanos tengan la confianza de hacer las cosas indicadas por el Padre, unos dos mil codos más allá (los mismos que simbolizaran la gracia de Dios actuando en el contexto de dos mil años de historia, para que el panorama regio se hiciera evidente para el pueblo en general. Si bien se requería valor y confianza para atravesar por el río en seco; se requería mucho más para mantenerse firmes en medio del lecho del río con una fe que superara largamente la del resto de sus hermanos hebreos.
=== En el contexto de una vida cristiana normal, la invisible presencia del Espíritu Santo debe hacerse tangible en la mente y el corazón de los hijos, de modo que le atribuyamos a Dios el poder y la autoridad para ejecutar su voluntad teniéndonos como sus instrumentos más proximos, viendo cómo las cosas se interrumpen, y vuelven después a su recorrido normal en el curso de la presente edad, viabilizando nuestro obrar de consuno con el Señor, siendo testigos de excepción del obrar bicampamentario, mientras se ejecuta soberanamente la voluntad del Padre. Junto con la promesa divina, a los hombres del pacto, mediante sus siervos ungidos para ello, nos preparamos para ver el maravilloso obrar de la Deidad, asombrándonos a nosotros, y maravillando a los que lo contemplan, viendo el poder de Dios en una sublime expresión que nos sobrecoge. Y aunque todo esto nos parezca una locura, nos hemos dado cuenta de que el Dios Soberano hace lo que quiere, donde quiere y cuando quiere. El guardó a las dos tribus y media que se quedaran del otro lado del Jordán, dándoles una completa guardianía y total seguridad. Se tomó el tiempo para circuncidar a todos los que aún estaban incircuncisos, esperando hasta que todos sanaran. ¡Nadie los atacó! ¡Nada los intimidaba! ¡Esto no es normal! ¡Esto es algo sobrenatural! No esperemos menos del divino favor para nosotros en esta temporada de gracia.
"Y mandaron al pueblo diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Yahweh vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella, a fin de que sepáis el camino por donde habéis de ir; por cuanto vosotros no habéis pasado antes de ahora por este camino. Pero entre vosotros y ella habrá distancia como de dos mil codos, no os acercaréis a ella. Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Yahweh hará mañana maravillas entre vosotros".
=== Habiendo recibido el informe de los dos espías, y de cómo todo lo que acaeciera con la nación israelita, desde su salida de Egipto, hasta sus victorias contra los reyes amorreos del otro lado del Jordán; era algo conocido entre los jericoítas y entre todos los cananeos, cuyos corazones ya habían desmayado llenos de temor por lo que Dios hacía con Israel, temiendo que llegara la confrontación. Y el Padre quiso demostrar ante los azorados ojos de los cananeos todo su poder, haciéndolo de un modo peculiar y espectacular, abriendo el río Jordán en dos, como antes lo hiciera con el mar Rojo (con algunas variables que el acucioso lector ya debe haber indagado en su estudio de las Sagradas Escrituras), revelando con ello que era su voluntad que Israel poseyera la tierra, y que era él quien les abría las puertas de par en par para que todo esto se ejecutara conforme a su designio. En el texto de Josué se nos muestra el cómo Dios apareja las cosas, y utiliza los tiempos, las circunstancias, las cosas y las personas a su sazón, y todas las cosas van a acontecer delante de nosotros como en cámara lenta. Los judíos nunca fueron atacados, descansando de este lado del río, quedándose frente a él por tres días, revelando al pueblo las estrategias a seguir, informándoles lo que se iba a hacer, como cuando uno prepara una ceremonia, y muestra cada paso a seguir en detalle. Al hacer pasar el arca del pacto delante de ellos, se aludía a la marcha sostenida del pueblo en el desierto, yendo siempre delante el Ángel Yahweh, el mismo que mostrara su gloria en cada batalla que les tocara enfrentar, llevando consigo la nube guiadora y el fuego nocturno para protegerlos de cualquier mal, los mismos que ya no estaban con ellos p;porque su función había variado en forma; no en fondo. Recordemos que con Moisés había que seguir a la nube de día y a la columna de fuego de noche; pero estando a las puertas de la tierra de promisión, tales manifestaciones se hacían innecesarias; y el nuevo régimen se estaba haciendo notorio que Yahweh estaba con Josué por dondequiera que fuera.
=== Aquí, la formidable presencia divina, como una realidad viva y vigente, cobraba la forma del arca del pacto, la misma que, cargada sobre los hombros de los levitas según la ordenanza, iba delante de ellos marcándoles la senda a seguir, abriéndoles paso para la conquista de las naciones cananeas. Los cargadores del arca mostrarían una fe poderosa hasta el extremo; tanto para ver la apertura del río Jordán ante sus pies, como para penetrar hasta el medio del mismo, quedándose allí durante horas, hasta que cada uno de sus hermanos pasara hasta el otro lado, y sus rostros reflejaban una serenidad absoluta, mientras iban contando las decenas y centenas de millares que pasaran hacia el territorio cananeo que el Padre les había prometido. Y después que todos hubieron pasado, ellos tuvieron que quedarse allí para que se recogiesen doce piedras por cada uno de los representantes tribales, para trasladarlas a donde acamparían; y luego que se tomaran otras doce para colocarlas en medio del río como un testimonio visible del paso del Jordán. Y fue solamente entonces que los sacerdotes pudieron pasar hacia el lado cananeo. Hay momentos en los que es preciso afirmar nuestra fe, y convertirnos en el nexo necesario para que el resto de nuestros hermanos tengan la confianza de hacer las cosas indicadas por el Padre, unos dos mil codos más allá (los mismos que simbolizaran la gracia de Dios actuando en el contexto de dos mil años de historia, para que el panorama regio se hiciera evidente para el pueblo en general. Si bien se requería valor y confianza para atravesar por el río en seco; se requería mucho más para mantenerse firmes en medio del lecho del río con una fe que superara largamente la del resto de sus hermanos hebreos.
=== En el contexto de una vida cristiana normal, la invisible presencia del Espíritu Santo debe hacerse tangible en la mente y el corazón de los hijos, de modo que le atribuyamos a Dios el poder y la autoridad para ejecutar su voluntad teniéndonos como sus instrumentos más proximos, viendo cómo las cosas se interrumpen, y vuelven después a su recorrido normal en el curso de la presente edad, viabilizando nuestro obrar de consuno con el Señor, siendo testigos de excepción del obrar bicampamentario, mientras se ejecuta soberanamente la voluntad del Padre. Junto con la promesa divina, a los hombres del pacto, mediante sus siervos ungidos para ello, nos preparamos para ver el maravilloso obrar de la Deidad, asombrándonos a nosotros, y maravillando a los que lo contemplan, viendo el poder de Dios en una sublime expresión que nos sobrecoge. Y aunque todo esto nos parezca una locura, nos hemos dado cuenta de que el Dios Soberano hace lo que quiere, donde quiere y cuando quiere. El guardó a las dos tribus y media que se quedaran del otro lado del Jordán, dándoles una completa guardianía y total seguridad. Se tomó el tiempo para circuncidar a todos los que aún estaban incircuncisos, esperando hasta que todos sanaran. ¡Nadie los atacó! ¡Nada los intimidaba! ¡Esto no es normal! ¡Esto es algo sobrenatural! No esperemos menos del divino favor para nosotros en esta temporada de gracia.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 20/12/2017 MENSAJE # 2193
EL PADRE REQUIERE DE CIERTAS PERSONAS QUE ESTÉN DISPUESTAS A CUBRIR LAS PLAZAS NECESARIAS PARA REALIZAR CON ENTEREZA Y DEDICACIÓN CIERTAS LABORES QUE PODRÍAN PARECERNOS MUY RIESGOSAS, Y DE LAS CUALES DEPENDEN TODOS LOS MIEMBROS DE LA NACIÓN, O DEL CUERPO DE CRISTO.
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