miércoles, 27 de diciembre de 2017

LAS MORADAS CELESTIALES SÓLO PUEDEN SER DISFRUTADAS POR AQUELLOS QUE HAN ENTENDIDO SU NECESIDAD DE MOVERSE EN EL ESPÍRITU. AQUÍ LA FANTASÍA NO PRIMA, NI LAS ALUCINACIONES TIENEN ALGÚN VALOR. EL PANORAMA TRASCENDENTE LO AFECTA TODO EN NUESTRO UNIVERSO TRIPARTITO,DÁNDONOS LA REVELACIÓN OPORTUNA, Y LA SABIDURÍA Y ENTENDIMIENTO QUE NOS SON NECESARIOS PARA DISFRUTAR DE LO QUE DIOS PREPARARA PARA NOSOTROS.

LIMA - PERÚ     MIÉRCOLES 27 DE DICIEMBRE DEL 2017        MENSAJE #2207

EFESIOS 1:3-5.       (VERSIÓN REINA-VALERA 1977).

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, de la que nos ha colmado en el Amado".

=== (V.3) La carta a los Efesios está pletórica de la enseñanza apostólica, en los términos más profundos y maravillosos. Sigamos al apóstol Pablo en su fluir espiritual volcando en la forma más abreviada las verdades espirituales que componen el cuerpo doctrinal del pueblo de Dios. En esta sublime ministración, Pablo no puede menos que bendecir al Dios y Padre, y reconocer el Señorío de Jesucristo, compendiando en ello las realidades que, viniendo de Dios en calidad de Padre de los espíritus, nos integra a él en ese contexto mediante nuestra filiación con Jesucristo, quien sostiene las cosas por causa de su Señorío, manteniendo las cosas en su exacta dimensión, fijando nuestra posición en calidad de hijos que han sido bendecidos con todas las bendiciones espirituales (esto habla de su esencia trascendente), en los lugares celestiales en Cristo (ello destaca su ubicación, y anuncia las dimensiones de su potencial cuando se mueven en Cristo, esto es el desplazarse por la vida como parte integrante del cuerpo de Cristo, haciendo que lo mortal sea absorbido por la vida, y la realidad de nuestra fusión con él se manifieste abiertamente). Los lugares celestiales se entienden y extienden al conjuro de la ejecución de la voluntad divina: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mt.6:9-10). Y esta es la base a la que se refiere el apóstol cuando menciona los lugares celestiales en Cristo.  ¡Hermano Fulano, quítese su traje de astronauta, y deje de decir que está en el Enterprise, por favor! Gracias.

=== (V.4) Luego, Pablo nos transporta en la distancia, llevándonos, así como Juan el apóstol lo hiciera en su evangelio, a la eternidad pasada, antes de que la humanidad entrara en el perfecto concierto acordado por la Trinidad, y se fuera tejiendo la historia con las generaciones que existieran en las edades, mostrándonos cómo eligiera a sus santos en calidad de protagonistas, y los fuera ubicando en los hitos históricos que componen nuestra vida trascendente. La santidad o rectitud de ser y de hacer, nos hace gozar de la albura celestial, y de la pureza que caracteriza a quien, obediente a su voluntad, la ejecuta para agradarle, emulando a Jesús en esta porción: "Y el que me envió, está conmigo; no me ha dejado solo el Padre, PORQUE YO HAGO SIEMPRE LO QUE LE AGRADA" (Jn.8:29). Si nos mantenemos dentro de esa perspectiva, andaremos delante de él, y disfrutaremos de su amor como lo haría la pareja edénica en el huerto de las delicias. El Padre lo hizo todo en el plano perimetral del cuerpo de Cristo, y nadie está estrecho en aquella oceánica navegación, donde como parte de un todo nos vamos integrando a la realidad en la que nos movemos, vivimos y somos: "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, siendo el Señor del cielo y de la tierra... él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una misma sangre ha hecho toda nación de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de las estaciones y las fronteras de los lugares de su residencia, para que busquen a Dios... Porque en él vivimos, y nos movemos y somos..." (Hch.17:24a,25b-27,28a).


=== (V.5) El trabajo divino, en su trinitaria participación, iba componiendo un sino, el cual se revelaría en el tiempo de nuestra peregrinación, siendo incluidos en la realidad trascendente que comprende nuestra filiación, la que hace que lo transitorio llegue a alcanzar su panorama eternal mediante la gracia de la adopción, naciendo a la realidad que le daría a él un gozo sempiterno, al vernos sumidos en su plano eternal, después de ver y entrar en el reino de Dios. Es cuando despertamos a su realidad más alta, que nos sentimos dichosos y agradecidos con él, sintiéndonos saciados en el Amado, donde la comodidad se ha vuelto paz interior, y podemos sentir el perfume que se desprende de las moradas eternas para recibirnos, llenándonos de su aroma, de forma semejante a cuando la mujer recién casada rompe su vaso de alabastro y comparte con su cónyuge en aquella intimidad el goce del tálamo nupcial, haciendo de ello una experiencia inolvidable que la memoria olfativa nunca olvidará.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA         27/12/2017       MENSAJE # 2207

1 comentario:

  1. LAS REALIDADES ESPIRITUALES TIENEN LA GLORIA DE LO NEOCREACIONAL, HACIÉNDOSE TANGIBLES PARA QUIENES HAN APRENDIDO A ANDAR POR EL ESPÍRITU, SUBORDINANDO A LA CARNE, PARA QUE SU CAMINAR SEA IMPECABLE.

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