jueves, 26 de octubre de 2017

CUANDO NOS ADENTRAMOS JUNTO AL APÓSTOL A LOS LUGARES CELESTIALES, VAMOS DESCUBRIENDO EL AMPLIO ESPECTRO DE LO QUE EL SEÑOR JESÚS HIZO POR NOSOTROS, Y CON NOSOTROS. ASUMAMOS ESTE PÁRRAFO COMO UNA REALIDAD QUE NOS TOCA DISFRUTAR EN EL SIGLO XXI.

LIMA - PERÚ     JUEVES 26 DE OCDTUBRE DEL 2017        MENSAJE # 2083

ROMANOS 1:1-6.

"Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que el había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, quien era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo...".


=== La salutación paulina está pletórica de revelación, tanto acerca del llamamiento de Pablo en calidad de apóstol, como de la expresión de la voluntad divinal para que su misión como tal se confirmara en forma plena. El llamamiento divino implica que la Deidad estaba haciendo su voluntad sobre la base de algo que él ya se había propuesto anteladamente. Por eso se presenta el apóstol primero en calidad de esclavo y servidor de Cristo, luego refiere lo de su llamado al ministerio, y revela que él fue separado, apartado, elegido y confirmado para ser un portador del mensaje de salvación para todo el género humano. Al decir que Dios ya había manifestado su promesa a través del ministerio profético, consolida su posición como una realidad escritural de la que forma parte integral. Cuando el hombre de Tarso quiere mostrarnos la obra divina, nos la declara como una realidad irreversible; de allí su deseo de pormenorizar el asunto de su elección, como posteriormente se referirá a la de ellos, los hermanos que están en Roma.


=== De allí, Pablo apunta al tópico que lo hiciera comunicarse con los santos de la capital imperial, argumentando estas cosas básicas: 

(1) Jesús era el Hijo de Dios, implicando con ello el factor trinitario, y el propósito de nuestra filiación como una realidad trascendente; 

(2) Jesús es nuestro Señor, porque a través de él nos santificará para el alcance de nuestra herencia, porque sin ella nadie verá a Dios;

(3) Jesús era del linaje de David según la carne, refiriéndose a su encarnación, mostrando su gloria Verbal, y su identificación con nosotros para el alcance pleno de la redención al ser el Cordero de Dios, que quitaría el pecado del mundo.

(4) Jesús fue declarado o proclamado Hijo de Dios con poder, él no autoasumió esa posición, como hacen otros en la actualidad; que ostentan supuestos títulos o derechos sobre otros para mostrarse como entidades poderosas, o seres únicos de divina representación. El Señor no se autoproclamó Hijo de Dios; sino que Yahweh Dios, el Padre, lo reconoció como tal, aun antes de su muerte redentora en la cruz del Calvario.

(5) Fue el Espíritu de Santidad, indicando esto que la función redentiva había cubierto la justicia del Padre, y que la dignidad de Jesús fue conservada incólume para que pudiera surgir una vida genérica que no tuviera nada que ver con la vida antigua, la que concluyera con la muerte. Su salida del Hades y su victoria sobre la muerte, al no ser retenida por ellos, proclamó la santidad de su regio revestimiento, y su derecho inalienable para ascender a la gloria del Padre.

(6) Jesús resucitó de entre los muertos, y esta es la VIDA GENÉRICA que él busca compartir con nosotros. Su propósito no era evitar la muerte tan solo; sino impartirnos vida nueva, para que fuéramos habitantes del plano eternal con el Padre, penetrando en la trascendencia en la que moran los redimidos, disfrutando los poderes de la vida venidera.

(7) Jesús es quien impartió a todos la gracia, y Pablo fue elegido para proclamar la misma entre los gentiles, para cubrir la palabra dada al patriarca Abraham: "En ti serán benditas todas las familias o naciones de la tierra".

(8) La obediencia a la fe (lo que Dios dice acerca de nosotros, de nuestra redención y de nuestra autoridad, y de nuestros derechos regios; para que nos comportemos como lo que somos, y gocemos de todo lo que Jesús dispuso para nosotros como parte de la familia de Dios).

(9) Él hizo todo esto por amor de su nombre; jamás perdamos la perspectiva. El amor de Dios está vinculado al nombre de nuestro Dios, y el de Jesús significa Yahweh salva, perteneciéndole al Señor toda la gloria, permitiendo que su nombre sea nuevamente glorificado en toda la tierra por todos los pueblos, naciones y lenguas, quienes declararán que Jesucristo es el Señor.

(10) ENTRE LOS CUALES ESTAMOS TAMBIÉN NOSOTROS, LLAMADOS  A SER DE JESUCRISTO. ¡GÓZALO, CREYENTE!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA            26/10/2017         MENSAJE # 2083

1 comentario:

  1. TRANSPORTÉMONOS JUNTAMENTE CON EL APÓSTOL PABLO POR LOS LUGARES CELESTIALES, PARA QUE ENTENDAMOS LO QUE DIOS EL PADRE, DIOS EL HIJO, Y DIOS EL ESPÍRITU SANTO, HAN HECHO POR Y CON NOSOTROS. ¡GÓZATE, HERMANO!

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