LIMA - PERÚ SÁBADO 14 DE OCTUBRE DEL 2017 MENSAJE # 2060
MEDITACIONES VARIAS
Segunda de Corintios 5:2.
"Deseamos ser revestidoa de aquella nuestra habitación celestial".
=== El corazón de un cristiano bajo el proceso de transformación puede ser lo bastante tierno como para referirse al mismo en términos gloriosos.
=== No hay en ello el arrebato de una lira poética singular, antes bien la concreta visión de lo que Dios le muestra.
=== Los cristianos, NO SUFRIMOS DE ALUCINACIONES; sino que recibimos la revelación divina, y la compartimos conforme la vimos, conscientes de que las interpretaciones son de Dios (Gn.40:8).
=== El día que el Señor despierta nuestras conciencias respecto a la gloria celestial, quedamos tan afectados con ello que, nuestros ojos, oídos y corazones, entran al plano de la trascendencia espiritual, motivándonos a hacer grandes cosas para Dios, y a la búsqueda constante de galardones espirituales cuyo valor rebase el más agudo entendimiento.
=== Despertados por la visión espiritual, se inicia una actividad febril y continua, acudiendo a nuestros corazones un sentido de urgencia, una conciencia del sagrado deber de compartir nuestra fe; una gloriosa estima por la fraternidad y la ayuda mutua, una sana conversación y una apta manera de vivir.
=== El alma, excitada por las mieles de su heredad, se tornará más dócil y sensible; sentirá menos apego por las cosas terrenales (transitorias y perecederas); por el lujo y las modas; tratando de emular las conductas de aquellos siervos de Dios que, por su gracia, alcanzaron su heredad y conquistaron reinos, acumulado victorias en batallas, no mirando nada como imposible, sintiendo NECESIDAD DE DIOS, de su íntima comunión; y percibiendo vívidamente su cercanía, anhelando el revestimiento inmortal, celestial.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/10/2017 MENSAJE # 2060.
HAY UN MOMENTO EN QUE CADA CREYENTE, DE FORMA PERSONAL Y PARTICULAR ANHELA EL CELESTE REVESTIMIENTO, Y DIOS AGUARDA POR NOSOTROS EN ESE SENTIDO ESPECÍFICO. NO SE TRATA DE MORIRSE, SINO DE VIVIR PARA DIOS EN UNA FORMA PLENA, ENTENDIENDO NUESTRO PANORAMA CÉLICO-PEDESTRE.
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