LIMA - PERÚ VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2113
LAMENTACIONES 1:7-8, 10.
"Jerusalén, cuando cayó su pueblo en manos del enemigo y no hubo quien la ayudase, se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron sus enemigos, y se burlaron de su caída. Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida; todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; y ella suspira, y se vuelve atrás. Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; ella ha visto entrar en su santuario a las naciones de las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación".
=== Jeremías describe con su pluma, otrora inspirada y llena de amor por Jerusalén, derramando su alma ante lo que sus ojos contemplan; algo que él jamás imaginara que pudiera pasar, habiendo agotado las advertencias solemnes de parte del Padre; sus constantes rogativas, y su insistencia para que el Padre no desatara su ira (justa hasta la saciedad), contra la nación impenitente, la misma que jamás mostró el menor ánimo por arrepentiirse de su maldad, y mantuvo su rebeldía y su obstinación, pensando que Yahweh era demasiado misericordioso para ser justo. Pero el trono divino no tiene como cimientos el engreimiento y la lenidad de carácter; sino la JUSTICIA Y EL JUICIO; y esto es algo que debemos entender todos los hijos de Dios, para estar atentos a las advertencias divinas, y dejar toda rebeldía, obedeciendo al Padre en principios y prácticas, los cuales aseguran nuestra relación célico-pedestre en la mejor de las formas.
=== Aquellos que, ligados a la necedad y al absurdo "engreimiento abrahámico", no cambiaron su actitud hacia la Deidad, vieron cómo la nación cayó en manos de sus enemigos; y cuando buscó el apoyo de las naciones poderosas de su época, éstas se lo negaron, viéndola descender en aquella caída libre que la hizo estrellarse con la realidad de la justicia divina, no inhibiéndose a operar como correspondía ante la rebelión y la apostasía que era la persistente actitud de los rebeldes, no mostrando jamás el temor de Dios, a quien veían como 'un padre buenazo que jamás castigaría a sus hijos'. Y al rememorar su panorama relacional, no pudo menos que desolarse por su condición. Los enemigos, dice el profeta, se burlaron de su caída. y al instante el escritor arguye que Jerusalén había cometido pecado (al singularizarlo, entendemos que se puede referir a la rebelión o la idolatría), que son cosas que el Padre no puede pasar por alto, llevando esto a la remoción de Judá como nación, siendo llevada cautiva. Y al ser el escarnio público, ella suspira bajo los efectos de su gran culpa y su depresión, y se vuelve para que otros no vean su vergüenza.
=== Así como el fornicario y el adúltero, y el resto de amantes eventuales, la habían usado para su placer y diversión; al verla tan compungida y vulnerable, sintieron que podían recobrar lo que le pagaran a la nación desvergonzada por brindarle sus favores, y comenzaron a desvalijarla. Esto es lo que pasa con todo creyente que abandona la fe, y piensa que Dios no hará nada al respecto. Ellos piensan que si se olvidan del pacto de sangre (y me refiero aquí al Calvario), Dios queda desechado. Craso error, pues Dios puede cobrarse por el pacto quebrantado; y no tengamos duda de que él lo hará, por cuanto está en su derecho. La entrada de las naciones al santuario, será por causa de que los rebeldes le dieron a Satán permiso para que ello fuera posible. Y así como cuando se va un demonio de alguien, y luego vuelve, y ve que la casa está barrida y adornada; va y trae otros siete, para que el postrer estado de aquella persona sea peor que el anterior. El mandamiento de Yahweh es transgredido, no porque él no pueda evitarlo; sino porque su consorte les ha dado permiso al desvincularse del Dios vivo. ¿Les gusta vivir así?
"Jerusalén, cuando cayó su pueblo en manos del enemigo y no hubo quien la ayudase, se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron sus enemigos, y se burlaron de su caída. Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida; todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; y ella suspira, y se vuelve atrás. Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; ella ha visto entrar en su santuario a las naciones de las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación".
=== Jeremías describe con su pluma, otrora inspirada y llena de amor por Jerusalén, derramando su alma ante lo que sus ojos contemplan; algo que él jamás imaginara que pudiera pasar, habiendo agotado las advertencias solemnes de parte del Padre; sus constantes rogativas, y su insistencia para que el Padre no desatara su ira (justa hasta la saciedad), contra la nación impenitente, la misma que jamás mostró el menor ánimo por arrepentiirse de su maldad, y mantuvo su rebeldía y su obstinación, pensando que Yahweh era demasiado misericordioso para ser justo. Pero el trono divino no tiene como cimientos el engreimiento y la lenidad de carácter; sino la JUSTICIA Y EL JUICIO; y esto es algo que debemos entender todos los hijos de Dios, para estar atentos a las advertencias divinas, y dejar toda rebeldía, obedeciendo al Padre en principios y prácticas, los cuales aseguran nuestra relación célico-pedestre en la mejor de las formas.
=== Aquellos que, ligados a la necedad y al absurdo "engreimiento abrahámico", no cambiaron su actitud hacia la Deidad, vieron cómo la nación cayó en manos de sus enemigos; y cuando buscó el apoyo de las naciones poderosas de su época, éstas se lo negaron, viéndola descender en aquella caída libre que la hizo estrellarse con la realidad de la justicia divina, no inhibiéndose a operar como correspondía ante la rebelión y la apostasía que era la persistente actitud de los rebeldes, no mostrando jamás el temor de Dios, a quien veían como 'un padre buenazo que jamás castigaría a sus hijos'. Y al rememorar su panorama relacional, no pudo menos que desolarse por su condición. Los enemigos, dice el profeta, se burlaron de su caída. y al instante el escritor arguye que Jerusalén había cometido pecado (al singularizarlo, entendemos que se puede referir a la rebelión o la idolatría), que son cosas que el Padre no puede pasar por alto, llevando esto a la remoción de Judá como nación, siendo llevada cautiva. Y al ser el escarnio público, ella suspira bajo los efectos de su gran culpa y su depresión, y se vuelve para que otros no vean su vergüenza.
=== Así como el fornicario y el adúltero, y el resto de amantes eventuales, la habían usado para su placer y diversión; al verla tan compungida y vulnerable, sintieron que podían recobrar lo que le pagaran a la nación desvergonzada por brindarle sus favores, y comenzaron a desvalijarla. Esto es lo que pasa con todo creyente que abandona la fe, y piensa que Dios no hará nada al respecto. Ellos piensan que si se olvidan del pacto de sangre (y me refiero aquí al Calvario), Dios queda desechado. Craso error, pues Dios puede cobrarse por el pacto quebrantado; y no tengamos duda de que él lo hará, por cuanto está en su derecho. La entrada de las naciones al santuario, será por causa de que los rebeldes le dieron a Satán permiso para que ello fuera posible. Y así como cuando se va un demonio de alguien, y luego vuelve, y ve que la casa está barrida y adornada; va y trae otros siete, para que el postrer estado de aquella persona sea peor que el anterior. El mandamiento de Yahweh es transgredido, no porque él no pueda evitarlo; sino porque su consorte les ha dado permiso al desvincularse del Dios vivo. ¿Les gusta vivir así?
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/11/2O17 MENSAJE # 2113
SI TOMAMOS EL TIEMPO PARA DAR LECTURA A LOS CINCO CAPÍTULOS DE LAMENTACIONES, PODREMOS PERCATARNOS QUE LA IRA DIVINA NO SE CALMA SINO HASTA HABER HECHO JUSTICIA Y JUICIO. SI TODO ELLO TE CONMUEVE, PIENSA EN CÓMO SE SIENTE EL PADRE DE TENER QUE EJECUTAR TODO ELLO EN CONTRA DE SU PUEBLO ELEGIDO.
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