LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 08 DE NOVIEMBRE DEL 2017 MENSAJE # 2109
JEREMÍAS 31:31-34.
"He aquí que vienen días, dice Yahweh, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Yahweh. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yahweh: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yahweh; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande dice Yahweh; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado".
=== Aunque las profecías de Jeremías describen una y otra vez la necedad del pueblo elegido, y su obstinación en marcar distancias con el Dios vivo, mostrándose descaradamente opuestos y rebeldes a volver al orden; a pesar de que una y otra vez el Padre les mandara sus profetas con sucesivas ofertas de paz y de perdón, siempre la respuesta era la misma: No volveremos a ti; no oiremos tu voz; seguiremos la guianza de nuestro malvado corazón; no le tememos a tus juicios; adoraremos a otros dioses, y seremos felices con ellos, llenando de ídolos la nación entera, siendo tantos como las calles jerosolimitanas. Así de obdurados eran los israelitas del reino del norte, y también los judíos del reino sureño. Todas estas rogativas a la nación judía fueron hechas sobre la base del pacto que los descendientes de Abraham, al cual fueron infieles; no solamente por quebrantarlo sucesivamente, SINO POR INVALIDARLO. En tales circunstancias, las condiciones pactuales exigían el juicio sumario sobre la nación elegida; y la única salida para que la promesa se pudiera cumplir con la descendencia abrahámica sería la concertación de UN NUEVO PACTO, con el remanente que estuviera dispuesto a arrepentirse, y a volverse al Dios vivo, desechando toda iniquidad, y tomando la determinación de seguir al Dios verdadero haciendo su voluntad, y reintegrándose al panorama regio que Yahweh había postulado ante ellos desde el principio de su relación redentiva.
=== El panorama relacional legal de antaño, en el que el pueblo hebreo arguyera que haría lo indicado por la Deidad, ofreciendo mantener su compromiso de palabra y de hecho, no se cumplió. Y la ley, escrita en aquella pareja de piedras labradas, y que fueran postuladas como los principios que mantendrían la relación célico-pedestre, no bastó; porque la carne tenía otros designios, y cuando el orden divinal resultara para ellos (a pesar de sus buenos resultados y de la divina fidelidad en el contexto de su peregrinar hacia la tierra de promisión, comprobándolo todo en el desierto con el maná, el agua de la roca, el hábitat climatizado, etc.); algo fastidioso, el pueblo se aburrió de una vida de fidelidad, y de la armonía del cielo y la tierra; y las voces extranjeras, y el eco de la naturaleza caída no renovada en su mentalidad y en una plena disposición, planteó la necesidad de separar las sociedades gananciales: Todos los deberes, eran de Dios, por causa de la promesa; y todos los derechos, eran suyos por ser la descendencia de Abraham. Ese modo de pensar dejaría quinientos noventa y nueve mil novecientos noventa y ocho tumbas en el anchuroso desierto, entrando una nueva generación a la tierra de promisión. la cual sería circuncidada en Gilgal para entrar con Josué en Canaán.
=== Todos los que nos hemos convertido en cristianos, hemos aceptado el hecho de que Dios escriba en nosotros, mediante su Espíritu Santo, sus normas en nuestros corazones; las imprimiera en ellos, y renovara nuestra forma de pensar para que alcancemos la realización en calidad de HEREDEROS DE LA GLORIA. Lo que antes fuera algo externo que debiera contar con el permiso de los carnales; ahora es una realidad que anticipadamente habían de gozar los que hacen de Jesús SU SEÑOR Y SALVADOR. Lo primero, es entregarle a él todo el dominio de nuestro ser integral; y lo segundo, es el disfrutar de todo lo que él hizo por nosotros para llevarnos a compartir la gloria como hijos amados del Padre de los espíritus. Cuando hayamos entendido la obra divina, cesarán las interrogantes, las dudas y las inquietudes; pues estaremos conscientes de quién es Dios para con nosotros, de nuestra filiación con él, y de que todo lo que compusiera nuestro trágico pasado ha dejado de ser, viviendo una clase de vida que no puede ser tocada por la muerte, la culpa o la condenación, al haber llegado a la trascendencia de las realidades espirituales que habrán dejado de ser promesas para constituirse en nuestra vida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/11/2017 MENSAJE # 2109
"He aquí que vienen días, dice Yahweh, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Yahweh. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yahweh: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yahweh; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande dice Yahweh; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado".
=== Aunque las profecías de Jeremías describen una y otra vez la necedad del pueblo elegido, y su obstinación en marcar distancias con el Dios vivo, mostrándose descaradamente opuestos y rebeldes a volver al orden; a pesar de que una y otra vez el Padre les mandara sus profetas con sucesivas ofertas de paz y de perdón, siempre la respuesta era la misma: No volveremos a ti; no oiremos tu voz; seguiremos la guianza de nuestro malvado corazón; no le tememos a tus juicios; adoraremos a otros dioses, y seremos felices con ellos, llenando de ídolos la nación entera, siendo tantos como las calles jerosolimitanas. Así de obdurados eran los israelitas del reino del norte, y también los judíos del reino sureño. Todas estas rogativas a la nación judía fueron hechas sobre la base del pacto que los descendientes de Abraham, al cual fueron infieles; no solamente por quebrantarlo sucesivamente, SINO POR INVALIDARLO. En tales circunstancias, las condiciones pactuales exigían el juicio sumario sobre la nación elegida; y la única salida para que la promesa se pudiera cumplir con la descendencia abrahámica sería la concertación de UN NUEVO PACTO, con el remanente que estuviera dispuesto a arrepentirse, y a volverse al Dios vivo, desechando toda iniquidad, y tomando la determinación de seguir al Dios verdadero haciendo su voluntad, y reintegrándose al panorama regio que Yahweh había postulado ante ellos desde el principio de su relación redentiva.
=== El panorama relacional legal de antaño, en el que el pueblo hebreo arguyera que haría lo indicado por la Deidad, ofreciendo mantener su compromiso de palabra y de hecho, no se cumplió. Y la ley, escrita en aquella pareja de piedras labradas, y que fueran postuladas como los principios que mantendrían la relación célico-pedestre, no bastó; porque la carne tenía otros designios, y cuando el orden divinal resultara para ellos (a pesar de sus buenos resultados y de la divina fidelidad en el contexto de su peregrinar hacia la tierra de promisión, comprobándolo todo en el desierto con el maná, el agua de la roca, el hábitat climatizado, etc.); algo fastidioso, el pueblo se aburrió de una vida de fidelidad, y de la armonía del cielo y la tierra; y las voces extranjeras, y el eco de la naturaleza caída no renovada en su mentalidad y en una plena disposición, planteó la necesidad de separar las sociedades gananciales: Todos los deberes, eran de Dios, por causa de la promesa; y todos los derechos, eran suyos por ser la descendencia de Abraham. Ese modo de pensar dejaría quinientos noventa y nueve mil novecientos noventa y ocho tumbas en el anchuroso desierto, entrando una nueva generación a la tierra de promisión. la cual sería circuncidada en Gilgal para entrar con Josué en Canaán.
=== Todos los que nos hemos convertido en cristianos, hemos aceptado el hecho de que Dios escriba en nosotros, mediante su Espíritu Santo, sus normas en nuestros corazones; las imprimiera en ellos, y renovara nuestra forma de pensar para que alcancemos la realización en calidad de HEREDEROS DE LA GLORIA. Lo que antes fuera algo externo que debiera contar con el permiso de los carnales; ahora es una realidad que anticipadamente habían de gozar los que hacen de Jesús SU SEÑOR Y SALVADOR. Lo primero, es entregarle a él todo el dominio de nuestro ser integral; y lo segundo, es el disfrutar de todo lo que él hizo por nosotros para llevarnos a compartir la gloria como hijos amados del Padre de los espíritus. Cuando hayamos entendido la obra divina, cesarán las interrogantes, las dudas y las inquietudes; pues estaremos conscientes de quién es Dios para con nosotros, de nuestra filiación con él, y de que todo lo que compusiera nuestro trágico pasado ha dejado de ser, viviendo una clase de vida que no puede ser tocada por la muerte, la culpa o la condenación, al haber llegado a la trascendencia de las realidades espirituales que habrán dejado de ser promesas para constituirse en nuestra vida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/11/2017 MENSAJE # 2109
UN ENTENDIMIENTO PLENO NOS PERMITE VER EN LO NATURAL LA OBRA SOBRENATURAL QUE DIOS HACE CON SU PUEBLO Y CON SUS ESCOGIDOS DE TODAS LAS NACIONES. ÉL LLENARÁ NUESTROS CORAZONES, NUESTRAS MENTES Y NUESTRAS VIDAS EN UNA REALIDAD CÉLICO-PEDESTRE QUE SORPRENDERÁ A TODOS
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