jueves, 4 de enero de 2018

LAS AFLICCIONES Y LAS TRIBULACIONES QUE EXPERIMENTAMOS, NO BUSCAN ELIMINARNOS; SINO DISUADIRNOS COMO SIERVOS DE DIOS. SI LO ASUMIMOS COMO PARTE DEL CONTROL DE CALIDAD QUE SIEMPRE EL CIELO UTILIZA PARA NUESTRA FORMACIÓN COMO SOLDADOS DE CRISTO, LAS TOMAREMOS COMO LO QUE SON, UN ACICATE PARA SEGUIR ADELANTE, UN PELDAÑO PARA NUESTRO ASCENSO, Y PARTE DE NUESTRO DESARROLLO COMO SIERVOS ÚTILES PARA LA GLORIA DE DIOS.

LIMA - PERÚ   JUEVES 04 DE ENERO DEL 2018        MENSAJE # 2223

SEGUNDA DE TESALONICENSES 1:3-10.

"Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás; tanto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que  conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo, los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia de Dios y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)".

=== Los hermanos tesalonicenses, quienes moraban en la capital de la provincia de Macedonia, hubieron de pasar por una serie de persecuciones y aflicciones por haber abrazado la fe evangélica al compartírseles el evangelio del reino, recibiendo el tal en plenitud de palabra y poder, pues el Padre bien había anticipado lo que sufrirían por obedecer a la fe. Los apóstoles no dejaban de sorprenderse  por la capacidad de los tesalonicenses para soportar con increíble estoicismo el sufrimiento mientras disfrutaban de los beneficios del evangelio de Dios, sintiendo cómo sus heridas fueron curadas, sus ánimos restaurados, y sus corazones consolados, templando sus espíritus del mismo modo que lo hace el hierro cuando es calentado hasta casi derretirse, y luego puesto en el agua, haciendo que esta acción logre un temple que le cambia el nombre y la estructura al "fierro chancho", transformándolo en acero, con las características que lo adornan. Nuestra naturaleza cómoda nos hace rehuir la aflicción y el sufrimiento, porque no ve en ellos las riquezas de un entrenamiento que los lleve al temple y a la veteranía, de quienes han entendido su rol como soldados de Cristo; para que donde antes hubiera flaccidez, se mostrara una impresionante musculatura que soporta el frío, el calor, la presión, los golpes y los reveses; manteniendo impertérrito al curtido siervo de Dios, quien ha pasado de su nivel instintivo, al advertido, el esforzado, el valiente; quien  no se arredra frente a las dificultades; sino que se excita, aparejándose para la batalla, la misma que nunca rehuye. Ellos no nacieron así; fueron hechos así, forjados en la escuela de la adversidad, el dolor, la angustia, y el ataque cobarde del enemigo, que siempre esperara su rendición, y no el guantelete que lo golpeara retándolo a una batalla espiritual en la que sabe que está perdido.

=== La naturaleza regia esta ligada a la aflicción, al dolor y a los tiempos críticos, haciendo emerger en nosotros la esencia de la que estamos hechos al responder desde nuestro espíritu, al bravucón amenazante, quien está poniendo en el tapete nuestra dignidad y resistencia como gente de Dios, siendo el padecimiento como las hierbas amargas de una santa cena que anunciara nuestra liberación. Pero todo no queda allí, porque aquellos que procuran nuestro mal habrán de ser castigados cuando se manifieste el Señor Jesús desde los cielos con los ángeles de su poder. Permítaseme aplicar esta porción a lo que acontece cuando nos reunimos en la iglesia, en los tiempos de oración y de liberación; cuando oramos por la sanidad de algún miembro del cuerpo de Cristo; cuando le damos consejería o lo consolamos tiernamente, quitando los efectos devastadores que el enemigo hubiera dejado en su mente o en su corazón o en su cuerpo, quitándole al enemigo el gozo por torturarnos o el afligirnos con alguna maldad o enfermedad, saliendo el Señor en contra del enemigo, haciéndole conocer su ira y su juicio contra todo aquel que procure nuestro mal, o que nos indujera a mantenernos en  el error: no pagando nuestras deudas, guardando rencor, no perdonando, criticando a nuestros ministros maliciosamente, pecando contra el espíritu fraterno que debe adornar nuestra comunión, o convirtiéndonos en piedra de tropiezo para otros con nuestra liviandad, irreverencia y profanidad.

=== El Padre se reserva el derecho de castigar la maldad de quienes nos dañan, y de aquellos que no quieren reconocer la bondad divina, rechazando su gracia y a él en la forma más grotesca, descartando todo llamado a la obediencia a la fe (Ro.1:5). La persistencia en ese estado, fija la condenación de sus almas, y el detalle de la exclusión de su presencia, sólo puede tener una explicación espiritual, pues el Padre lo ocupa todo; y tendría que forjar un espacio para los malos que los separe totalmente de la posibilidad de alcanzar la gracia y la misericordia que hoy con tanta soberbia desechan. Pablo revela que la gloria divina habrá de verse en sus santos, y que el resplandor de ésta se mostrará en aquellos que si le creyeron a Dios y que miraron las promesas como realidades anticipadas, estando tan conscientes como Job al decir: "Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantara sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, EN MI CARNE HE DE VER A DIOS; al cual veré por mí mismo; y mis ojos lo verán, y no otro..." (Job 19:25-27a). Y si nos preguntamos qué es lo que producirá ese milagro: "Por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros". ¡Aleluya! Ello marca la diferencia entre la redención y la condenación.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA       04/01/2018        MENSAJE # 2223.

2 comentarios:

  1. LOS QUE HAN SIDO ADMITIDOS EN LA ESFERA DEL REINO, SABEN QUE EL SUFRIMIENTO, LA AFLICCIÓN Y EL DOLOR, SON PARTE DE NUESTRO ENTRENAMIENTO; Y LO QUE RESULTARA SUMAMENTE DIFÍCIL AL PRINCIPIO, SE CONVIERTEN EN GAJES DEL OFICIO, Y POSITIVAS EXPERIENCIAS QUE NOS TORNAN MÁS SABIOS, MÁS CAUTOS, Y MÁS ADVERTIDOS.

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  2. GRACIAS A DIOS POR LA BATALLA TRAS BATALLA QUE NOS HACE FUERTES EN EL.

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