LIMA - PERÚ MARTES 30 DE ENERO DEL 2018 MENSAJE # 2275
DANIEL 6:1-5
=== En los gobiernos seculares, acostumbrados como están los participantes a transar para mantenerse dentro del panorama político con relativa seguridad, ya sea ocultando información, o soltándola en fases críticas para la destrucción de honras, o para echarse abajo a alguien cuya honestidad haya venido a ser un tropiezo para los que son por naturaleza CORRUPTOS; los que asumen la corona: Darío en este caso; habían de velar para no salir dañados en el trámite de su gobernación o reinado, requiriendo de personas honradas a carta cabal. Si pensamos que la corrupción es algo moderno, nos equivocamos, y no conocemos el ánimo de muchas personas que dicen querer ayudar a sus compatriotas, y trabajar por el bienestar general, y cosas así. Para Darío, con el gigantesco imperio que le tocaría regir precisaba de gobernantes probos y capaces que ayudaran a la buena marcha del reino en cuestión; pero no ignoraba la forma de ser de sus compatriotas, y de los extranjeros afines, que poseían la capacidad, pero no la probidad. ¿Por qué tantas satrapías? Porque si eran menos, la concentración de poder podría gestar más de una rebelión, segmentando el reino vía la traición, el robo y la colusión. En medio de todo esto, le fue fácil descubrir que aquel transportado de Judá por Nabucodonosor, poseía cualidades superiores. ¿Tenía superpoderes? ¡No! Era un hombre íntegro, fiel y justo, que significara un muro infranqueable para la voracidad de los otros gobernantes, los cuales se sintieran frustrados con su presencia, dedicándose sistemáticamente a buscar alguna falla, un error...algo de qué acusarlo.
=== Dada la acrisolada integridad del anciano judío, que lo hiciera el favorito de varios reyes, que lo mantuvieran en las esferas más altas como un amigo y un consejero personal a prueba de todo, Darío decidió que él debía ser el que gobernara admnistrativamente el reino, pues poseía la capacidad e idoneidad para ello. Si bien Darío se sentía seguro con Daniel; la vida del profeta pendía de un hilo. No había gobernante que no aborreciera a Daniel debido a su honradez, y su destreza para llevar las cuentas, entregando al rey en forma pormenorizada (por cuenta y por peso) cada utilidad que se recabara. La astucia de estos hombres perversos les haría buscar la forma de hacerlo caer si hacían competir la autoridad del rey contra la autoridad divina, creando el interdicto que provocara la caída del profeta, sugiriendo al rey que fuera dios por treinta días, respondiendo él con sublimado ego que aceptaba "humildemente", el ensayar esa posibilidad. Daniel no fue tentado, el rey Darío sí; cuando llegó la confrontación la ley de Media y de Persia, que no podía ser abrogada, Daniel fue a parar al foso de los leones. Y aunque el rey buscara la forma de salvar a Daniel, la inquebrantable ley medo-persa lo coactó a cumplir su palabra, y así tuvo que hacerlo.
=== ¿Qué requieren los que mal nos quieren para llevarnos al foso leonino? Los cínicos y los desobedientes no encontrarán pecado en hacer algunas cositas que no sean tan graves ¡pecados veniales! para poder ganarse alguito, y vivir en paz con los partidos políticos, cambiando votos por blindajes; guardando silencios cómplices; exagerando las palabras o actitudes que los demás usaran descuidadamente o inadecuadamente; alguna infidencia; alguna suspicacia. Entre las autoridades humanas, y la divina, cuando surge un conflicto de intereses, somos desafiados a mantener nuestra obediencia, aun si ello nos condena o nos denigra. Aquel hombre íntegro que conoció el rey Darío, y en el cual confiaba, era ahora la víctima de su egolatría; y los sátrapas aguardaban por su decisión, coactándolo a ello; y allá en el foso los hambrientos felinos aguardaban para saborear carne judía. Daniel no obedeció la orden del rey, porque tenía ante sí un compromiso mayor; pero aceptó mansamente la confrontación cuando la ley medo-persa le exigiera que pagara con su vida aquella desobediencia. Daniel salió ileso del foso de los leones; porque la Corte Suprema de arriba halló al profeta culpable de una fidelidad inalterable, condenándolo a seguir viviendo como el segundo político a nivel medo-persa, y haciendo que los leones se devoraran a los acusadores del profeta judío.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/01/2018 MENSAJE # 2275.
"Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuse perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasion alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Entonces dijeros aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios".
=== En los gobiernos seculares, acostumbrados como están los participantes a transar para mantenerse dentro del panorama político con relativa seguridad, ya sea ocultando información, o soltándola en fases críticas para la destrucción de honras, o para echarse abajo a alguien cuya honestidad haya venido a ser un tropiezo para los que son por naturaleza CORRUPTOS; los que asumen la corona: Darío en este caso; habían de velar para no salir dañados en el trámite de su gobernación o reinado, requiriendo de personas honradas a carta cabal. Si pensamos que la corrupción es algo moderno, nos equivocamos, y no conocemos el ánimo de muchas personas que dicen querer ayudar a sus compatriotas, y trabajar por el bienestar general, y cosas así. Para Darío, con el gigantesco imperio que le tocaría regir precisaba de gobernantes probos y capaces que ayudaran a la buena marcha del reino en cuestión; pero no ignoraba la forma de ser de sus compatriotas, y de los extranjeros afines, que poseían la capacidad, pero no la probidad. ¿Por qué tantas satrapías? Porque si eran menos, la concentración de poder podría gestar más de una rebelión, segmentando el reino vía la traición, el robo y la colusión. En medio de todo esto, le fue fácil descubrir que aquel transportado de Judá por Nabucodonosor, poseía cualidades superiores. ¿Tenía superpoderes? ¡No! Era un hombre íntegro, fiel y justo, que significara un muro infranqueable para la voracidad de los otros gobernantes, los cuales se sintieran frustrados con su presencia, dedicándose sistemáticamente a buscar alguna falla, un error...algo de qué acusarlo.
=== Dada la acrisolada integridad del anciano judío, que lo hiciera el favorito de varios reyes, que lo mantuvieran en las esferas más altas como un amigo y un consejero personal a prueba de todo, Darío decidió que él debía ser el que gobernara admnistrativamente el reino, pues poseía la capacidad e idoneidad para ello. Si bien Darío se sentía seguro con Daniel; la vida del profeta pendía de un hilo. No había gobernante que no aborreciera a Daniel debido a su honradez, y su destreza para llevar las cuentas, entregando al rey en forma pormenorizada (por cuenta y por peso) cada utilidad que se recabara. La astucia de estos hombres perversos les haría buscar la forma de hacerlo caer si hacían competir la autoridad del rey contra la autoridad divina, creando el interdicto que provocara la caída del profeta, sugiriendo al rey que fuera dios por treinta días, respondiendo él con sublimado ego que aceptaba "humildemente", el ensayar esa posibilidad. Daniel no fue tentado, el rey Darío sí; cuando llegó la confrontación la ley de Media y de Persia, que no podía ser abrogada, Daniel fue a parar al foso de los leones. Y aunque el rey buscara la forma de salvar a Daniel, la inquebrantable ley medo-persa lo coactó a cumplir su palabra, y así tuvo que hacerlo.
=== ¿Qué requieren los que mal nos quieren para llevarnos al foso leonino? Los cínicos y los desobedientes no encontrarán pecado en hacer algunas cositas que no sean tan graves ¡pecados veniales! para poder ganarse alguito, y vivir en paz con los partidos políticos, cambiando votos por blindajes; guardando silencios cómplices; exagerando las palabras o actitudes que los demás usaran descuidadamente o inadecuadamente; alguna infidencia; alguna suspicacia. Entre las autoridades humanas, y la divina, cuando surge un conflicto de intereses, somos desafiados a mantener nuestra obediencia, aun si ello nos condena o nos denigra. Aquel hombre íntegro que conoció el rey Darío, y en el cual confiaba, era ahora la víctima de su egolatría; y los sátrapas aguardaban por su decisión, coactándolo a ello; y allá en el foso los hambrientos felinos aguardaban para saborear carne judía. Daniel no obedeció la orden del rey, porque tenía ante sí un compromiso mayor; pero aceptó mansamente la confrontación cuando la ley medo-persa le exigiera que pagara con su vida aquella desobediencia. Daniel salió ileso del foso de los leones; porque la Corte Suprema de arriba halló al profeta culpable de una fidelidad inalterable, condenándolo a seguir viviendo como el segundo político a nivel medo-persa, y haciendo que los leones se devoraran a los acusadores del profeta judío.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/01/2018 MENSAJE # 2275.
EN LOS TIEMPOS DE DECISIÓN, NUESTROS CORAZONES DEBEN ESTAR PERSUADIDOS SOBRE LO QUE DECIDIREMOS EN MOMENTOS DE CONFLICTO: ¿OBEDECEREMOS A DIOS, O PREVALECERÁ EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN?
ResponderEliminar