LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 31 DE ENERO DEL 2018 MENSAJE # 2277
MATEO 9:14-17.
"Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán los días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan mutuamente".
===Dentro del contexto del tiempo, han de entenderse los planos y las perspectivas de los que han sido llamados. Los fariseos formaban parte del Sanedrín; los discípulos de Juan representaban el llamamiento para que el reino de Dios fuera establecido; y los apóstoles del Señor formaban parte del reino a su sazón, teniendo como su líder al Rey Jesús para implantar el mismo en el trámite del siglo I. Los fariseos interpretan el panorama espiritual religioso de la época, teniendo una liturgia, un ritual y las ceremonias arqueotestamentarias que pasarían a la historia con la muerte del Señor Jesús como el Cordero de Dios, que quitaría el pecado del mundo, viéndose desfasado cuando el sacrificio vicario se diera. Los discípulos de Juan estaban formando parte de la interfase que preludiara la presencia de Jesús como aquel que asumiría el reino, Cuando los tales supieran quién era Jesús, dejarían el discipulado juanino, y pasarían a engrosar las filas de los neoconvertidos del pueblo evangélico que participaría del reino de una manera viva, y no solamente simbólica. Así, mientras que se mantuvieran en ese estado los veremos contender con el discipulado de Jesús por su arraigo judaico, y por las tradiciones que tanto significaban para ellos, hasta que la realidad llegara como tal y los afectara, haciendo lo mismo que hicieran Andrés y Pedro cuando el bautista les dijera quién era él.
=== La interrogante de los jóvenes discípulos de Juan ameritaba una respuesta espiritual válida para su conciencia religiosa afectada. Y Jesús no se las negó. Al referirse a él como el ESPOSO (de la Esposa del Señor, la nación israelita), los desconectó de su mundo referencial, trayéndolos a su esfera, implicando que su relación con la nación estaba ejecutándose ante sus ojos, invitándolos a participar de su realidad trascendente. Su ayuno, al igual que el de los fariseos, indicaba que aún no se habían identificado con Jesús, y que no se habían dado cuenta que debían pasar del velo religioso al panorama espiritual correcto, disfrutando de una boda que se ejecutaba en su presencia; en lugar de buscar la aceptación religiosa mediante sacrificios que ya no eran necesarios, por haber perdido su eficacia, cuando el velo legalista es trascendido para nuestra felicidad. La estadía del ESPOSO con ellos hacía absurdo un ayuno, pues era tiempo de disfrutar y banquetear; y no de pasar hambre y desazón buscando la divina dirección. Cuando el ESPOSO les fuera quitado (apuntando aquí a su muerte y sepultación) recién sería ocasión para afligir sus almas. Así, los fariseos (la guardia vieja); los discípulos de Juan (detenidos en el intervalo entre ley y gracia); y los discípulos de Jesús (la guardia nueva que disfruta del don inefable de la salvación en forma anticipada); subsisten en esta dimensión, para ser incluidos en la tercera perspectiva mencionada.
=== Jesús no lo deja allí, y quiere ponerlos en antecedentes sobre una correcta asociación con el Padre. El paño nuevo (las noticias del reino), no servirán sino para dañar la gastada vestidura que intenta juntar las leyes ceremoniales con la gracia divinal. Y en la primera lavada, la tela nueva encogerá, rasgando la vestidura de antaño, y haciendo más notoria la rotura de la misma. No tiene sentido cortar una tela nueva para parchar una tela vieja. No se requiere parchar lo viejo; sino renovar totalmente el atuendo. El vino nuevo, dentro del pellejo u odre nuevo halla su ámbito ideal, porque en el proceso de su conservación y añejamiento, el jugo de la uva buscará expandirse, haciéndolo estupendamente en el cuero u odre nuevo, subsistiendo para otorgar deleite, en una sociedad que traerá gozo al corazón de quien lo pruebe posteriormente. La nueva creación no halla cabida en los perímetros de la vida antigua, urgiendo aparejar los corazones para recibir, mantener y conservar el mensaje de las buenas nuevas en los nuevos corazones, visiones y audiciones; para que las cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, tengan al fin su sentido, y se conviertan en nuestra piedad o estilo de vida, agradando a Dios en todo. Que los cielos nuevos y la tierra nueva puedan encontrar la gente nueva que necesitan para constituirse en la gloria de Dios.
"Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán los días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan mutuamente".
===Dentro del contexto del tiempo, han de entenderse los planos y las perspectivas de los que han sido llamados. Los fariseos formaban parte del Sanedrín; los discípulos de Juan representaban el llamamiento para que el reino de Dios fuera establecido; y los apóstoles del Señor formaban parte del reino a su sazón, teniendo como su líder al Rey Jesús para implantar el mismo en el trámite del siglo I. Los fariseos interpretan el panorama espiritual religioso de la época, teniendo una liturgia, un ritual y las ceremonias arqueotestamentarias que pasarían a la historia con la muerte del Señor Jesús como el Cordero de Dios, que quitaría el pecado del mundo, viéndose desfasado cuando el sacrificio vicario se diera. Los discípulos de Juan estaban formando parte de la interfase que preludiara la presencia de Jesús como aquel que asumiría el reino, Cuando los tales supieran quién era Jesús, dejarían el discipulado juanino, y pasarían a engrosar las filas de los neoconvertidos del pueblo evangélico que participaría del reino de una manera viva, y no solamente simbólica. Así, mientras que se mantuvieran en ese estado los veremos contender con el discipulado de Jesús por su arraigo judaico, y por las tradiciones que tanto significaban para ellos, hasta que la realidad llegara como tal y los afectara, haciendo lo mismo que hicieran Andrés y Pedro cuando el bautista les dijera quién era él.
=== La interrogante de los jóvenes discípulos de Juan ameritaba una respuesta espiritual válida para su conciencia religiosa afectada. Y Jesús no se las negó. Al referirse a él como el ESPOSO (de la Esposa del Señor, la nación israelita), los desconectó de su mundo referencial, trayéndolos a su esfera, implicando que su relación con la nación estaba ejecutándose ante sus ojos, invitándolos a participar de su realidad trascendente. Su ayuno, al igual que el de los fariseos, indicaba que aún no se habían identificado con Jesús, y que no se habían dado cuenta que debían pasar del velo religioso al panorama espiritual correcto, disfrutando de una boda que se ejecutaba en su presencia; en lugar de buscar la aceptación religiosa mediante sacrificios que ya no eran necesarios, por haber perdido su eficacia, cuando el velo legalista es trascendido para nuestra felicidad. La estadía del ESPOSO con ellos hacía absurdo un ayuno, pues era tiempo de disfrutar y banquetear; y no de pasar hambre y desazón buscando la divina dirección. Cuando el ESPOSO les fuera quitado (apuntando aquí a su muerte y sepultación) recién sería ocasión para afligir sus almas. Así, los fariseos (la guardia vieja); los discípulos de Juan (detenidos en el intervalo entre ley y gracia); y los discípulos de Jesús (la guardia nueva que disfruta del don inefable de la salvación en forma anticipada); subsisten en esta dimensión, para ser incluidos en la tercera perspectiva mencionada.
=== Jesús no lo deja allí, y quiere ponerlos en antecedentes sobre una correcta asociación con el Padre. El paño nuevo (las noticias del reino), no servirán sino para dañar la gastada vestidura que intenta juntar las leyes ceremoniales con la gracia divinal. Y en la primera lavada, la tela nueva encogerá, rasgando la vestidura de antaño, y haciendo más notoria la rotura de la misma. No tiene sentido cortar una tela nueva para parchar una tela vieja. No se requiere parchar lo viejo; sino renovar totalmente el atuendo. El vino nuevo, dentro del pellejo u odre nuevo halla su ámbito ideal, porque en el proceso de su conservación y añejamiento, el jugo de la uva buscará expandirse, haciéndolo estupendamente en el cuero u odre nuevo, subsistiendo para otorgar deleite, en una sociedad que traerá gozo al corazón de quien lo pruebe posteriormente. La nueva creación no halla cabida en los perímetros de la vida antigua, urgiendo aparejar los corazones para recibir, mantener y conservar el mensaje de las buenas nuevas en los nuevos corazones, visiones y audiciones; para que las cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, tengan al fin su sentido, y se conviertan en nuestra piedad o estilo de vida, agradando a Dios en todo. Que los cielos nuevos y la tierra nueva puedan encontrar la gente nueva que necesitan para constituirse en la gloria de Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 31/01/2018 MENSAJE # 2277.
EL SEÑOR NO ESTÁ LIMITADO PARA HACERLO TODO NUEVO, ¿POR QUÉ PEDIRLE A DIOS QUE HAGA EN UNA SEMI DERRUIDA CABAÑA ALGUNAS REPARACIONES; SI PODEMOS PEDIRLE UNA CASA NUEVA? DEJEMOS DE PARCHAR NUESTROS ATUENDOS CON TELAS QUE NO ARMONIZAN, O QUE HARÁN QUE LAS ROTURAS SE HAGAN MAYORES. DIOS QUIERE DARNOS ALGO NUEVO.
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